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La incursión ucraniana en Rusia: ¿Un revés para el Kremlin?
- 14/08/2024 13:33
- 14/08/2024 10:27
Este martes 13 de agosto se cumplió una semana desde que 14 brigadas del Ejército ucraniano incursionara de forma sorpresiva en las regiones de Kursk y Belgorod, fronterizas con Ucrania.
Si bien la información relacionada a la entrada ucraniana en territorio ruso se fue develando a cuentagotas, en los últimos días se han sabido los verdaderos alcances de esta maniobra que busca desafiar abiertamente al presidente ruso Vladimir Putin ante su decisión de seguir prolongando la invasión a Ucrania, que ya va por los 30 meses.
Las fuerzas ucranianas lograron penetrar los puestos fronterizos en ambas localidades en una operación sorpresiva y mantenida bajo secreto hasta hace muy poco cuando en las redes sociales se dieron a conocer videos de soldados ucranianos en territorio ruso.
Por otro lado, las imágenes de los más de 120 mil rusos siendo evacuados de manera preventiva por las fuerzas de seguridad era visto como una suerte de ironía dado que los ucranianos han tenido que atravesar esta misma situación desde la invasión de febrero de 2022.
Estos últimos acontecimientos generaron la molestia de Putin quien en una reunión con varios oficiales de su gobierno, instruyó al Ministerio de Defensa ruso a “sacar al enemigo de nuestros territorios”, de acuerdo con lo citado por la agencia AFP.
En este sentido, el Instituto para el Estudio de la Guerra de Estados Unidos apuntó en un informe que estas declaraciones de Putin fueron hechas públicas por el Kremlin con el fin de advertir de forma tácita a otros funcionarios rusos a que se abstengan de hacer algún comentario relativo a la incursión ucraniana con el fin de controlar la narrativa oficial de los hechos y mantener la paz social en Rusia.
La respuesta del presidente ucraniano Volodimir Zelenski no se hizo esperar al catalogar la incursión de su Ejército en Kursk como “el desastre de esta guerra”, según EFE. “Rusia trajo la guerra a otros, ahora va a su casa. Ucrania siempre ha querido la paz únicamente y ciertamente garantizaremos la paz”, agregó.
En este sentido, el diario estadounidense The New York Times (NYT) indicó que la incursión en Kursk tendría como uno de sus objetivos utilizar este territorio como una moneda de cambio en unas eventuales negociaciones de paz. Esto con el fin de recuperar el territorio conquistado por Rusia.
No obstante, el éxito de la operación terrestre en territorio ruso quedaría supeditado a la fortaleza de las tropas para permanecer en Kursk. “Es una gran apuesta por parte de los ucranianos”, afirmó el periodista del NYT Eric Schmitt.
Sobre las motivaciones de Ucrania en Kursk, el portavoz del ministerio de Exteriores ucraniano Gueorgui Tiji dijo que su país no está interesado en tomar este territorio, sino proteger las vidas de su gente.
“Por desgracia, Ucrania no tiene la posibilidad de llevar a cabo ataques de largo alcance con las armas existentes para protegerse de este terror (...) Por ello, es necesario liberar estas zonas fronterizas donde los contingentes militares rusos con la ayuda de las Fuerzas Armadas (rusas) atacan Ucrania o dan cobertura al terror contra los ucranianos”, remarcó Tiji citado por la agencia Ukrinform.
El vocero quiso destacar que la operación en Kursk complica la logística del Ejército ruso – que se mantiene con una fuerte presencia en Donetsk – y apuntaló que los soldados ucranianos forman parte de un Ejército que respeta las leyes de la guerra y el derecho humanitario internacional.
En tanto, un cable de la agencia EFE informó que si bien Rusia se mantiene reacia a retirar un volumen de fuerzas significativo del este ucraniano, donde mantiene la presión en Donetsk, podría verse obligada a hacerlo pronto bajo la probabilidad de que la zona controlada por los ucranianos al otro lado de la frontera se vea en franca expansión.
Otros objetivos para lanzar esta operación, según el NYT, sería la incitación de una movilización estratégica del Ejército ruso hacia las zonas invadidas por los ucranianos así como fortalecer la moral dentro de las tropas y los mismos ciudadanos.
La operación también tiene un mensaje en clave internacional ya que, por ejemplo, los comicios estadounidenses de este año tienen como candidato a Donald Trump, quien ya se mostró reticente a seguir apoyando al Ejército de Kiev.
Una victoria significativa en el terreno de batalla por parte de los ucranianos podría evidenciar la utilidad de seguir defendiendo a Ucrania a través de la facilitación de recursos económicos y equipos militares.
Para poner la incursión ucraniana en perspectiva, el internacionalista Euclides Tapia aseguró a La Estrella de Panamá que la operación militar busca dar un golpe de efecto.
“Esta operación busca demostrar que Rusia también puede ser el objeto de un ataque extranjero. El hecho de que no hayan podido derrotar a Ucrania habla muy mal del Ejército ruso. La peligrosidad de esta acción está en no poder mantener esa posición capturada por mucho tiempo ya que los soldados podrían ser objeto de una estrategia militar rusa que busque expulsarlos de ese lugar, lo que lo convierte en una acción arriesgada. Más aún, teniendo en cuenta que hay una desventaja en cuanto al armamento que los ucranianos tienen como los tanques estadounidenses Abrams mientras que los rusos tienen drones para atacar en cualquier punto de Ucrania”, consideró.
Tapia además consideró que aunque se diera el caso de que Rusia se quedara finalmente con las regiones del Donbás, Jersón y Zaporiyia, el Ejército ruso ya perdió la guerra a pesar de que está lejos de ser terminada.
“Si uno ve las consecuencias económicas y el aislamiento internacional del que Rusia está siendo objeto, ya podemos decir que Rusia perdió la guerra. Lo que sucede es que en Rusia gobierna una dictadura en la que la población nunca se va a enterar del verdadero costo humano y económico de la guerra por el velo que impone la maquinaria propagandística”, expresó.
Una situación que el también profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá comparó al secretismo que había en torno a la invasión soviética de Afganistán, que duró de 1979 a 1989.
Sobre el apoyo que Occidente le debe seguir suministrando a Ucrania, Tapia subrayó la importancia de acciones continuadas en este sentido ya que la caída de Ucrania pondría en peligro la integridad de otras naciones europeas como Moldavia y Georgia. Todo ello en un contexto en el que Rusia está librando una guerra híbrida con los miembros de la Organización del Tratado Atlántico Norte.
“Occidente tiene que estar consciente de que la caída de Ucrania significa que vienen después los demás”, advirtió.
Tapia ponderó que si finalmente Rusia gana la guerra de Ucrania, hay grandes probabilidades que se refuerzen los regímenes dictatoriales a imagen y semejanza del de Putin en América Latina, al tiempo que remarcó la zona de influencia rusa en países como Cuba, Nicaragua y Venezuela.