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- 20/01/2023 10:38
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Mientra Ucrania aguarda decisiones clave de sus socios internacionales sobre ayuda militar recuerda a los "cyborgs", las fuerzas regulares y voluntarios que defendieron el aeropuerto de Donetsk 242 días entre 2014 y 2015 contra los ataques de fuerzas apoyadas por Rusia de la autodenominada República Popular de Donetsk.
El territorio del aeropuerto se convirtió en el epicentro de una de las batallas más duras de la guerra en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk después de que protestas locales se convirtieron en combates con la llegada de fuerzas paramilitares rusas, lideradas por el oficial retirado formalmente de los servicios especiales rusos Igor Guirkin "Strelkov".
El aeropuerto fue inicialmente atacado el 26 de mayo de 2014 por fuerzas separatistas locales ayudadas por mercenarios rusos, pero el asalto fue repelido por soldados ucranianos con apoyo de la aviación.
El combate por el aeropuerto se reanudó tras la firma por parte de Ucrania, Rusia y la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE) en septiembre de 2014 tras la batalla de Ilovaisk, donde varios cientos de soldados ucranianos fueron superados y murieron a manos de tropas rusas que cruzaron la vecina frontera para ayudar a los prorrusos a repeler al avance ucraniano.
Fuerzas rusas y prorrusas insistieron en que el aeropuerto, que era la última parte controlada por Ucrania en la ciudad de Donetsk, tenía que serles entregado.
Aseguraban que eso estaba previsto en los Acuerdos de Minsk, que aportaron un plan político para intentar contribuir al fin de las hostilidades en el Donbás y preveían un alto el fuego permanente, la retirada de algunas posiciones por ambas partes, la restauración del control de Ucrania sobre su frontera con Rusia y elecciones en áreas que Kiev no controlaba entonces.
Ucrania insistía en que el destino del aeropuerto nunca se había fijado explícitamente y señaló que las fuerzas separatistas no cumplieron el primer punto del acuerdo e implementaron un alto el fuego.
Ambas partes emplearon la artillería, tanques y otro armamento pesado excepto aviación en las posteriores batallas, mientras las fuerzas ucranianas intentaban repeler los ataques del enemigo.
La batalla fue notable porque Ucrania tuvo que depender únicamente de su equipo mientras que la otra parte contaba con tanques rusos, artillería y aviones. Al encontrarse en una situación logísticamente desfavorable, las tropas ucranianas fueron perdiendo terreno.
La nueva terminal del aeropuerto, que fue construida unos años antes para la Eurocopa de fútbol de 2012, coorganizada por Ucrania, se convirtió en el epicentro de la batalla y ambos bandos combatían en el interior del edificio.
En un momento dado las tropas ucranianas controlaban solo la segunda planta de la terminal, mientras que el otro bando tenía los pisos inferior y superior. Gran parte de la batalla consistió en combates próximos con uso de granadas y armas de fuego.
Las fuerzas ucranianas fueron superadas en enero de 2015 después de que los pisos superiores se derrumbaran sobre muchos de los combatientes tras una serie de explosiones controladas.
Según Ucrania, allí murieron unos 100 soldados y otros 400 resultaron heridos en combates en los que también murieron 800 de las tropas enemigas. Según fuentes rusas y prorusas, fueron casi 600 los muertos ucranianos en el lugar y unos 40 los fallecidos entre las fuerzas rusas y prorrusas.
La batalla demostró las ineficiencias del Ejército ucraniano, que se vio obligado a reformarse rápidamente en medio de las hostilidades tras años de relativa dejadez. Aunque terminó con la derrota ucraniana probablemente hizo ganar algo de tiempo al Ejército en su preparación para preparar las líneas de defensa del Donbás.
También se ha convertido en uno de los símbolos de la determinación de Ucrania de seguir luchando incluso en condiciones de desventaja, resumido en la frase "Los cyborgs (los soldados) aguantaron hasta el final, solo cedió el hormigón".
Cientos de participantes en la batalla se han convertido en los soldados con más experiencia y a quienes se confió el combate contra la invasión rusa en 2022.
Este viernes uno de ellos, el soldado "Bilyi", afirmó en un vídeo compartido por las Fuerzas de Asalto del Ejército del Aire que "esta vez, las 'paredes' aguantarán porque todo el país es nuestro nuevo aeropuerto".