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- 11/08/2024 13:54
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Rusia admitió el domingo que tropas ucranianas se habían adentrado en la región de Kursk en una incursión que, según un alto cargo de seguridad ucraniano, se propone “desestabilizar” a Moscú y dispersar a las fuerzas implicadas en la invasión de Ucrania.
Ucrania lanzó el martes una sorpresiva operación a gran escala en la región fronteriza rusa de Kursk, dos años y medio después del inicio de la invasión de Ucrania y tras meses de repliegue ante las fuerzas de Moscú en el frente oriental.
El ejército ruso reconoció de hecho el domingo que Ucrania penetró profundamente en su territorio al afirmar en un comunicado que había impedido “intentos de avance” en Tolpino, Juravli y Obshchi Kolodez, tres localidades situadas a unos 30 km de la frontera con la exrepública soviética.
Los avances fueron frenados por bombardeos aéreos, drones y artillería, así como con el envío de contingentes del agrupamiento “norte”, desplegado en la región ucraniana de Járkov, según la misma fuente.
“Estamos a la ofensiva”, declaró por su parte el alto funcionario de seguridad ucraniano el sábado por la noche, bajo condición de anonimato.
“El objetivo es estirar las posiciones del enemigo, infligir el máximo de pérdidas, desestabilizar la situación en Rusia, porque son incapaces de proteger sus propias fronteras”, indicó.
El funcionario aseguró que “miles” de soldados ucranianos participaban en la operación.
Periodistas de AFP vieron el domingo decenas de vehículos blindados ucranianos en carreteras de la región de Sumy, fronteriza con la de Kursk, con triángulos blancos pintados, supuestamente para identificar a las tropas ucranianas que participan en la incursión.
Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022 y desde entonces mantiene una ofensiva implacable, ocupando franjas del este y el sur del país y sometiendo a las ciudades ucranianas a ataques diarios de artillería, misiles y drones.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, admitió el sábado por primera vez la implicación de su país en la incursión en Rusia, indicando que esta busca “desplazar la guerra al territorio del agresor”.
Según Moscú, que prometió una “respuesta severa”, los ucranianos dispararon el sábado por la noche un misil contra un edificio en la ciudad de Kursk, hiriendo a 15 personas.
Rusia anunció la evacuación de más de 76.000 personas en esa región.
El operador ferroviario ruso fletó trenes de emergencia desde Kursk a Moscú, a unos 450 kilómetros de distancia, para quienes quieran abandonar el lugar.
“Da miedo tener helicópteros sobrevolando tu cabeza todo el tiempo. Cuando fue posible marcharse, me fui”, declaró Marina, llegada en tren a la capital rusa el domingo, que se negó a dar su apellido.
Ucrania, a su vez, pidió evacuar a al menos 20.000 civiles de la región de Sumy.
En un centro de evacuación en la capital regional homónima, Mykola, un jubilado de 70 años que abandonó su aldea --Khotyn, a unos 26 km de la frontera con Rusia--, afirmó el domingo que la ofensiva en territorio ruso le dio una dosis de ánimo.
“Dejemos que descubran lo que es. No entienden lo que es la guerra. Dejemos que lo prueben”, declaró.
Los analistas indicaron que Kiev lanzó probablemente el asalto para aliviar la presión sobre sus tropas en otras partes del frente, superadas en número y faltas de armas.