Nigeria: Las memorias del horror

Actualizado
  • 15/04/2015 02:00
Creado
  • 15/04/2015 02:00
Amnistía Internacional denuncia en un informe el 'reinado del terror' de Boko Haram tras cumplirse un año del secuestro de las 219 niñas 

Aisha, de 19 años, fue secuestrada el año pasado por Boko Haram mientras participaba de la boda de un amigo.

Los yihadistas la raptaron y se llevaron también a su hermana y, sin reparos, a la novia. Las confinaron a un campamento en Gullak, una localidad al norte de Nigeria, en donde les ordenaron contraer matrimonio con los terroristas, las violaron en numerosas ocasiones y, lo peor, les obligaron a presenciar la masacre de su propio pueblo.

El día de los asesinatos colectivos mataron a la hermana de Aisha. A todos los enterraron en una fosa común entre la maleza. ‘Yo no vi la fosa, pero hasta nosotras llegaba el olor de los cuerpos en descomposición', recuerda la adolescente.

El escalofriante relato está consignado en un reciente informe de Amnistía Internacional (AI), que recoge la sanguinaria campaña de los terroristas para establecer un califato islámico en Nigeria.

El documento fue publicado al cumplirse un año de la desaparición de las más de 200 niñas de la escuela nigeriana de Chibok (norte). Nunca aparecieron. Seguramente fueron trasladadas a los campamentos yihadistas ‘para adoctrinarlas en la estricta visión del Islam'. Por ironías, Boko Haram quiere decir ‘la educación no islámica es pecado'.

AI alerta de que ‘las escolares (secuestradas) son sólo una pequeña proporción de las mujeres, jóvenes y niños secuestrados por Boko Haram'.

En los últimos quince meses, durante el reinado de los yihadistas liderados por Abubakar Shkau, más de dos mil mujeres y niñas han sido retenidas por los rebeldes, y más de cinco mil civiles fueron asesinados. Se cuentan a diario violaciones, lapidaciones por adulterio, y lo peor: un millón de desplazados por el conflicto, 80 mil de ellos, niños, según Unicef. El horror en vida.

Por eso es común que las mujeres se inmolen en las barbaries ejecutadas por los yihadistas, que recientemente se unieron y juraron lealtad al sanguinario Estado Islámico.

LAS NORMAS DE BOKO HARAM

Amnistía también documenta, a través de imágenes por satélite, la devastación de algunas ciudades tomadas por Boko Haram en el norte.

Bama, la segunda ciudad mayor en el estado de Borno, quedó prácticamente arrasada cuando los radicales destrozaron 5,900 estructuras.

Una vez al mando de las localidades, gobernadas por un emir nombrado por Boko, los rebeldes imponen su ley con espeluznantes castigos como la flagelación pública a quien no acuda a las oraciones o presencie la ejecución, en caso de adulterio. Abandonar el territorio también supone una muerte segura. ‘Es como una prisión al aire libre', indica la ONG.

Mustafá Salé, de 15 años y oriundo de Bama, presenció y participó en la lapidación de cinco hombres y cinco mujeres por adulterio: ‘Los sentenciaron el viernes. Llamaron a los residentes y les dijeron que les apedrearan. Yo participé en la lapidación. Cavaron un agujero, enterraron todo el cuerpo y les apedrearon la cabeza. Cuando la persona murió, los dejaron'.

Además, también hay un código para la apariencia y vestimenta. Los hombres deben llevar el cabello largo, dejarse una barba densa y tupida, y los pantalones no pueden tocar el suelo.

Las mujeres, por su parte, deben cubrirse totalmente el cuerpo, incluida la cara. El alcohol y el tabaco también quedan terminantemente prohibidos.

Por su parte, el presidente electo de Nigeria, Muhammadu Buhari, dijo que no podía prometer el regreso de las estudiantes, pero sí aseguró que combatirá a Boko Haram de ‘forma más efectiva' que el mandatario saliente Goodluck Jonathan, a quien sucederá el 29 de mayo.

Desde principios de este año, los Ejércitos de Níger, Chad y Camerún movilizaron sus tropas para frenar el avance de los yihadistas, que ya perdieron cerca de 60 localidades.

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