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- 19/09/2009 02:00
- 19/09/2009 02:00
CARACAS. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció ayer en un foro de emergencia una ola de amenazas y legislaciones contra la libertad de expresión que se expande por América, con Venezuela y Cuba a la cabeza de las restricciones.
La SIP, que agrupa medios en todo el continente, se reunió en Caracas mientras el oficialismo se movilizaba en su contra y la ministra de Comunicación venezolana defendía la necesidad de que medios alternativos rompan el “cerco mediático” capitalista.
“El presente es aterrador, pero el futuro parece que puede ser peor, porque hay tendencias que se repiten de un país a otro”, dijo el vicepresidente de la SIP, Gonzalo Marroquín, tras enumerar crecientes problemas en el continente.
El empresario guatemalteco señaló que en Cuba se ha restringido la libertad de expresión por medio siglo, con periodistas encarcelados con penas severas; mientras que Venezuela lidera un movimiento contra la prensa seguido por los líderes de sus países aliados: Ecuador, Bolivia y Argentina.
“Venezuela es el abanderado y ha marcado la línea que otros han seguido con el mismo fin: controlar la información”, advirtió Marroquín, alegando que paralelamente se han creado cadenas de medios gubernamentales o progubernamentales para hacer propaganda y desinformar.
Además criticó una ley que se discute en Argentina para desguazar conglomerados de medios; el cierre de una radio crítica en Perú; agresiones verbales de los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Bolivia, Evo Morales; y que jueces en Estados Unidos exijan a periodistas revelar sus fuentes.
Previamente, el presidente de la SIP, Enrique Santos, al inaugurar el foro, se refirió a los valores de la prensa libre en una democracia.
Refiriéndose a las medidas administrativas con las cuales se han cerrados medios de comunicación y a las leyes de prensa que se están instaurando en países como Venezuela, Argentina y Ecuador, Santos recalcó que la obligación del Estado no es asumir un papel autoritario, sino todo lo contrario. “A esa libertad de crítica y disenso debe responder, no reprimiendo, sino incentivando la creación de mayor cantidad de medios independientes, ya que en la pluralidad y la diversidad se encontrarán los remedios para fortalecer la democracia y permitir que los buenos medios, aquellos de calidad y credibilidad, sean en los que el público confíe”, dijo Santos.