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- 11/02/2022 00:00
Un grito unánime: ¡basta ya!
Cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos del mundo. Cómo no llorar y condenar enérgicamente el asesinato de un niño de un año, que huía en brazos de su madre y junto a otro grupo de venezolanos desde Tucupita (estado Delta Amacuro-Venezuela), quienes fueron embestidos a manos de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago. ¡Son tan solo venezolanos que huyen del horror de la dictadura!
Esta noticia no solo nos dueles a los venezolanos, sino que debe enlutar a todos los seres humanos. Trágico y doloroso desenlace, no hay palabras para tanto dolor. Otro niño que pierde la vida intentando huir de Venezuela en los brazos de su madre. Esto tiene que acabar y las autoridades de Trinidad y Tobago deben responder inmediatamente ante esta situación.
Asimismo afirmamos ante este dantesco episodio, que debe existir mayor empatía y concientización de la comunidad internacional frente al drama venezolano y que no se puede continuar con la “indolencia y el descaro” con el que lamentablemente continúan actuando algunas naciones del mundo.
Sobre este lamentable hecho también se pronunció el presidente interino, Juan Guaidó, quien expresó que “la muerte de un niño venezolano, que junto a su madre huía de la dictadura, nos duele en el alma como país. Los disparos realizados por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago, no tienen justificación, lo mataron”. El Presidente enfatizó, que “no fue un incidente, fue un asesinato”.
El comisionado de la Secretaría General de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, David Smolansky también citó que “es urgente que se esclarezca el fallecimiento de un niño de un año de edad que huyó desde Tucupita con su madre y un grupo de personas en peñero hacia Trinidad y Tobago. Arde en el alma que sigan muriendo migrantes venezolanos en toda la región cuando huyen de una dictadura”.
Es importante resaltar que también la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lamentaron profundamente el asesinato de un niño venezolano en aguas de Trinidad y Tobago en un comunicado conjunto.
Por otra parte, Jean Gough, directora de Unicef para América Latina y el Caribe, dijo “ningún niño o niña migrante debería morir jamás, ya sea viajando con sus padres o solo. Ninguna madre quiere poner en riesgo la vida de sus hijos en un pequeño barco en alta mar, a menos que no tenga otra opción”. Ese es el punto, para la mayor parte de los venezolanos no hay otra opción hoy día.
Como dato curioso el pasado viernes arribó a Venezuela el nuevo embajador designado por Trinidad y Tobago, Edmund Dillon. Esperamos el pronunciamiento del diplomático y su gobierno, ya que de otra forma solo están siendo cómplices de un régimen que sigue violando abiertamente los derechos humanos de todo un pueblo, y empujando su huida por el terror, el hambre y la violencia.
Sabemos que los buenos somos más y tenemos que accionar, por estas muertes y actos atroces contra todo un país. Seguiremos con más fuerza elevando nuestra voz, y continuaremos convocando e invitando a que cada uno de ustedes que nos escuchan para que se sumen con su liderazgo y radio de acción. Segura estoy que juntos conseguiremos la justicia en esta tierra, más temprano que tarde. La indiferencia y neutralidad no son una opción ante semejante tragedia.