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- 24/10/2024 07:03
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Recibir un diagnóstico de cáncer puede ser uno de los momentos más difíciles en la vida. Pacientes y familiares experimentan una montaña rusa emocional, desde incredulidad hasta ansiedad. Comprender y gestionar esto es clave para enfrentar el proceso con mayor resiliencia.
Miedo y shock
La incertidumbre sobre el futuro, la sensación de pérdida de control y los pensamientos sobre tratamientos generan miedo en la persona diagnosticada. Aunque el miedo es natural, es crucial manejarlo para evitar que interfiera en la terapia.
El Instituto Oncológico Nacional de Panamá ofrece reuniones psicoeducativas para orientar a los pacientes que ingresan. El objetivo es que conozcan el lugar y su funcionamiento. Así se reduce el impacto de la sobreinformación. Eybar Sanguillén, psicólogo clínico del Instituto, explica que también se trabaja con los pacientes en el manejo de defensas y el fortalecimiento de recursos psicológicos. “Algunos llegan enojados o temen a los efectos del tratamiento”, comenta. El apoyo emocional busca facilitar la aceptación y tratar problemas de salud mental que afecten el tratamiento.
Ansiedad y estrés
La ansiedad genera pensamientos intrusivos y dificulta relajarse. Dividir las tareas médicas y decisiones en pasos pequeños ayuda a reducir el estrés. Actividades como yoga o ejercicio suave pueden liberar endorfinas, mejorando el estado de ánimo.
Lilah Troitiño, terapeuta de yoga oncológico, explica que el yoga ayuda a manejar síntomas y emociones en cada etapa del proceso. Durante la quimioterapia, las técnicas de respiración promueven balance y calma. Algunas posturas alivian náuseas o dolores. “No se trata de que la práctica apapache; la práctica impulsa. Ayuda a recuperar autonomía y, a veces, después de mucho tiempo, les permite volver a sonreír”, comenta Lilah. En la remisión, el yoga acompaña en la gestión del estrés y el sentimiento de soledad. En la etapa terminal, la práctica ayuda a aceptar los procesos de la vida y a hacer las paces con las emociones.
Apoyo a cuidadores y familiares
El autocuidado es esencial. Lilah recomienda yoga para apoyar al cuidador en la regulación emocional. Reconocer la necesidad de pedir ayuda y acudir a psicoterapia son formas de manejar el desgaste emocional.
Eybar sugiere dialogar con el paciente: “No asumir lo que puede o no puede hacer. Preguntarle. Hay momentos donde la enfermedad no es limitante”. Acompañarle a las citas y anotar la información. También destaca la importancia de la prevención: reducir el estrés, cuidar la salud mental, minimizar alimentos procesados y toxinas. Son hábitos que todos podemos adoptar.