‘Sueño con un Panamá feliz, con mucho trabajo, medicinas y una educación digna e igual para todos’

Desde la sala de su casa, Maricel de Mulino contó a revista MÍA cómo fue ese primer encuentro con su actual esposo. “Nos conocimos en la casa de un amigo y quedé impactada. Me atrajo su inteligencia, ambiciones y los planes que tenía. Vi en él alguien que iba a avanzar”, recordó sonriente.

Con 38 años de casados, Maricel de Mulino reconoce la clave para un matrimonio duradero: “mucha paciencia y evitar peleas por cosas que no valen la pena”, dijo.

La panameña ha acompañado a su esposo en la política desde que inició, aunque también tiene sus proyectos personales. “Amo a los animales y con mis hijas hemos vendido comida para perros, al igual que iniciar una guardería y ‘spa’ para mascotas”.

Actualmente acompaña al candidato José Raúl Mulino en su campaña por el partido político Realizando Metas y aseguró: “no van a ver a uno solo, sino seis Mulinos trabajando, porque así somos nosotros. En mi familia el compromiso de uno es el compromiso de todos”.

Conversó con el medio sobre los sueños que tiene para Panamá, los retos que conlleva el rol de la primera dama y su matrimonio con el político panameño.

Para una relación duradera, hay que tener paciencia. Y lo segundo es no pelear por cosas que no valen la pena. La vida es muy corta para eso.

Él siempre ha sido el alma de la fiesta por sus anécdotas e historias. Es una persona que te puedes sentar a escuchar por horas y aprender. Yo soy la que planea todas las actividades y siento que ambas cosas se complementan muy bien.

Él es impaciente y quiere que las cosas se hagan ya. Yo soy más calmada.

Sueño con un Panamá feliz, con mucho trabajo, medicinas y una educación digna e igual para todos. Lo que mis hijos y mis nietos han aprovechado en educación, me gustaría que fuese igual para todos. Que los niños puedan gozar de computadoras, libros y cuadernos gratis.

El calor de la gente y las enseñanzas que te dejan. Llevo a mis hijas también para que conozcan sobre las necesidades de los demás y eso es importante.

No poder ver a José Raúl tanto cómo me gustaría.

En mi familia el compromiso de uno es el compromiso de todos. No van a ver solo uno, sino seis Mulinos trabajando, porque así somos nosotros. Sé que lo vamos a lograr y vamos a estar juntos, porque vamos a trabajar juntos.

Bastante, y te digo una cosa: mis hijos nacieron y crecieron con la política. Yo creo que la juventud tiene que ingresar en el sector, aprender e involucrarse.

Siempre hay personas o prensa que te ataca y lo entiendo hasta cierto punto, pero tengo mis límites. Como madre, duele ver cómo a veces agreden a tus hijos, pero es algo que nunca haría yo.

Trato de no entrar a redes sociales. Prefiero vivir tranquila y enfocarme en cosas positivas.

El despacho es el brazo social del presidente. Yo creo que hay mucha gente que quiere llegar al presidente para darle su sentir (a la gente), resolver lo que les hace falta, los problemas que tienen y el Despacho de la Primera Dama debe ser justamente para eso, para oírlos a todos.

Sería bueno contar con un despacho en cada provincia, para que de alguna manera la población pueda manifestar sus necesidades y hacerlas llegar al mandatario.

Me involucro mucho y dejo que las cosas me afecten. Quizás eso no sea tan bueno.

Me gustaría continuar con la labor de realizar mamografías y papanicolaous en áreas de difícil acceso. Me gustaría continuar proyectos de antiguos gobiernos, como el programa para personas con el trastorno del espectro autista (TEA) que se dedica a buscar tratamientos y ayudar a los padres de familia a entender cómo manejarse correctamente con los hijos que padezcan el mismo.

Creo firmemente que las mujeres podemos hacerlo todo e incluso, junto al género opuesto. Somos organizadas, trabajadoras y es importante que la población femenina desee progresar para lograr un cambio en el país. Considero que tener la oportunidad de trabajar nos hace más fuertes.

No me parece factible. El despacho es un acercamiento entre el presidente y la población. Permite conocer de primera mano los problemas y situaciones que vive el panameño y así ayudarlo a avanzar, cambiar y progresar.

A mí me gusta trabajar y he estado junto a José Raúl desde el primer día que ingresó a la política. No me parece que cerrar un despacho donde se pueden hacer cambios sea factible.

José Raúl tiene muchas cualidades para ofrecer a este país. Es un hombre inteligente, organizado, honesto y leal. Nadie puede negar su lealtad, y, sobre todo, es un hombre de trabajo y de palabra. Yo no sé si hay alguien más con estas aptitudes. Él puede demostrarlo con hechos, tanto en su vida profesional como en su vida política, así como en su vida familiar. Somos un equipo de trabajo, tanto en lo que respecta a la familia como al rol que él desempeña en la política.

Como ministro de seguridad, dio todo de sí, aunque quizás a algunas personas no les gustó la forma en que lo hizo, sin embargo, era el papel que debía desempeñar en ese momento. Recibió un país inseguro y tuvo que tomar las riendas para hacer lo que era necesario. A veces no comprendemos las situaciones o los momentos, pero él es un hombre muy honesto.

Me gustaría tener un país próspero y con mucho trabajo para todos. También sueño en que se reactive el turismo en Panamá.