Este evento que se vio fundamentalmente desde América, empezó sobre la medianoche de este viernes 14 de marzo y llegó a su máximo sobre las 3 de la mañana,...







- 24/02/2025 19:43
- 24/02/2025 15:07
Volví a Venezuela en 2023, luego de cinco años, en aquella oportunidad no solo me reencontré con mi familia en mi ciudad natal, también descubrí parte de una oferta gastronómica que no conocía. Hay propuestas innovadoras, otras renovadas, y están las que han mantenido su esencia sin importar el paso del tiempo. Lo que no imaginé es que regresaría con más ganas de seguir probando. En ese viaje confirmé lo que ya antes me habían comentado: en Caracas se come rico.
La lista a continuación no es definitiva, sobre todo porque aún hay mucho por explorar, pero sí incluye algunos que considero necesarios, de esos que repito sin vacilar. Hay restaurantes galardonados por su concepto impecable, pero también están las empanadas que me hacen feliz en el desayuno o los cachitos de la panadería del barrio, fundada por los portugueses que migraron a Venezuela y apostaron por ella.
También me alegró conectar con personas que laboran a diario en el desarrollo de la industria gastronómica, con la idea de hacerla crecer y lograr su reconocimiento internacional, una tarea compleja que requiere trabajo en equipo. Conversé con restauranteros, empresarios, periodistas, cocineros y profesores que solo quieren ver al país brillar por su cocina.
Comienzo con Arriva, Bocca Di Lupo y Mesa. Los dos primeros son italianos, en formato casual, que destacan por sus pizzas variadas, pastas, entradas y postres, platos bien hechos y sabrosos. Mesa en cambio, se define como una propuesta franco caribeña, liderada por Ana Isabel Torrealba y su esposo Diego Rocas, con énfasis en el producto local, resaltando los pescados y los crudos. Quizá uno de los restaurantes de los que más se habla en Caracas, actualmente.
En mis indispensables están los cachitos de la panadería Rosita, que hace poco renovó su imagen y sus dueños le dieron un giro al negocio. Un caso similar ocurrió con El Arabito, un clásico de la comida libanesa en la ciudad y también de mi infancia, comprar pan árabe o comer shawarmas con mi familia es uno de los recuerdos que más atesoro. Hoy tienen un menú extenso en su restaurante que luce moderno junto a un bodegón lleno de productos y dulces recién hechos.
Las empanadas que ya he mencionado son de Carupanadas, el típico local sin pretensiones con sillas y mesas de plástico, y una lista de rellenos que parece infinita. Para la cena elijo mi bocado preferido del Street food caraqueño: el perro caliente o hot dog con todo, en el puesto de Rulo’s, en Las Mercedes.
Otro nuevo que vale la pena visitar es Robusto Bar, un speakeasy que invita a los amantes de los habanos y la buena coctelería a reunirse en un solo lugar que se distingue por su diseño sobrio y elegante. Sentarse en la barra y pedir un Martini hace que la noche sea aún más especial, los platillos del menú no tienen desperdicio.
Para darse gusto con la cocina caraqueña está Casa Veroes, el restaurante indicado para cerrar con un buen almuerzo después de una caminata por el Centro de la ciudad. En ese mismo paseo, mi guía el periodista Ruben Rojas, me llevó a la heladería Fragolate que me sedujo con sus sabores criollos, viajé de nuevo a la infancia gracias al helado de Crema Real.
También probé los helados de Proyecto Ubre, hechos con leche de oveja, proveniente de la finca del mismo nombre. En la tienda ofrecen quesos, yogurts, dulce de leche, entre otros productos derivados. Proyecto Ubre, a su vez, surte al restaurante Cordero, único en la lista de los 50 mejores de Latinoamérica 2024, dirigido por el chef Issam Koteich, una parada que todo el mundo debería hacer en su visita a Caracas.