Colón con sabor afro

El 30 de mayo se celebra el Día de la Etnia Negra, una ocasión especial para rendir tributo a la comunidad afrodescendiente y sus significativos aportes a la sociedad panameña. Desde su participación en la construcción del ferrocarril interoceánico a mediados del siglo XIX, hasta el Canal de Panamá terminado en 1914, entre otras contribuciones destacadas.

Aquellos trabajadores que emigraron de sus países de origen: Jamaica, Barbados, Martinica, Guadalupe, lo dejaron todo para buscar una nueva vida en Panamá. Trajeron consigo sus sabores, costumbres y tradiciones que se juntaron con otras culturas provenientes de China, España, Italia, Irlanda y Estados Unidos. Un hervidero de acentos y nacionalidades que dan cuenta de la diversidad étnica que reúne Panamá hoy en día.

A Colón también llegaron los afrocoloniales, esclavos traídos a Portobelo en tiempos de la Conquista. Sus raíces siguen vivas en los bailes de los congos, vestidos con trajes coloridos cargados de simbolismo, y en los tambores que resuenan en cada celebración como lo hacían en los palenques.

Cada vez que voy a Colón lo hago con mi amiga Jenny Ceballos, fundadora de la agencia de viajes El Trip de Jenny. El paseo empieza por la Av. Central rodeada de edificios de arquitectura neoclásica que reviven la época de inicios del siglo XX. Luego seguimos por la calle del Mercado que se ha mantenido en la misma esquina desde hace 85 años. La mayoría de los vendedores ambulantes ofrece productos locales como coco rallado, jengibre, achiote, tomillo, entre otros ingredientes que no faltan en la cocina afro.

Al otro lado de la calle está el restaurante Canadá, famoso por su arroz chino frito y dos cuadras más adelante la refresquería Eugenio, donde los colonenses van a desayunar. Si estás en Colón entonces debes saber que a la hojaldra no le llaman hojaldra, le dicen “harina”, y sabe mejor con bistec picado.

Otra parada obligatoria es la panadería Colón para probar el pan de coco, el pan bon que suele venderse en Semana Santa y los patties, empanaditas dulces rellenas que también tienen su versión salada. Para almorzar, el restaurante Dos Mares es un clásico que tiene 15 años ofreciendo pescados y mariscos. En el menú figura la tradicional bebida ‘isinglass’ preparada a base de algas marinas, traída por los afroantillanos. Vale la pena probarla, sobre todo porque no suele verse con frecuencia en la capital.

De regreso a la ciudad paramos en La Tapa del Coco, el restaurante del chef Isaac Villaverde que conjuga los sabores e influencias de la cocina afropanameña. A lo largo de más de diez años ha sabido transmitir el legado de la comunidad afro a las nuevas generaciones. Su inspiración está en Colón, en sus raíces y en las recetas que busca reinterpretar a diario para entender esa mezcla de culturas que ha definido en una sola palabra: Afropanamá.