SIP: Industria local puede proveer la mayoría de los medicamentos señalados por el Gobierno

A criterio del Sindicato de Industriales de Panamá (SIP), la industria local de medicamentos tiene el potencial para contribuir a abaratar el precio de los medicinas más utilizadas en territorio nacional.

“En Panamá tenemos seis fabricantes, a nivel nacional, que tienen la capacidad de suplir 15 de los 20 medicamentos que el Gobierno Nacional busca abaratar”, aseguró a este medio, el expresidente y miembro del SIP, Luis Frauca,

“Eso ayudaría mucho a abaratar los costos. Por los volúmenes de producción que tienen y la capacidad que tienen para producir, pueden hacerlo a muy buen precio”, agregó.

El pasado 2 de enero, el presidente de la República, José Raúl Mulino, aseguró que en el mes de enero se “van a poner en disposición” de las farmacias, las 20 medicinas más utilizadas por los panameños con “un descuento importante”, expresó, durante su discurso a la nación.

Es por eso que el pasado 8 de enero el mandatario firmó, en conjunto con el titular de Salud, Fernando Boyd Galindo, el Decreto Ejecutivo que establece el procedimiento de Registro Sanitario de Medicamentos fabricados y registrados en países que cuenten con autoridades reguladoras que forman parte de la lista de autoridades de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El ministro de la Presidencia, Juan Carlos Orillac, alegó ese día que “no es posible que Panamá tenga las medicinas más caras de la región, con precios completamente inaccesibles para el pueblo. Para la inmensa mayoría de los panameños, tener medicinas es un lujo”.

Orillac mencionó que los medicamentos que estén aprobados por la OMS, en su alto estándar, por ejemplo, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), tendrán registro sanitario “automática e inmediato”.

“Esto permitirá más competencia entre empresas y el ingreso de nuevos laboratorios y fabricantes, lo que generará más volumen de oferta para los pacientes”, dijo Orillac.

La embajadora de la Unión Europea (UE), en Panamá, Izabela Matusz, aseguró a la ‘Decana’ que ven con “muy buenos ojos” esta iniciativa. “Como Unión Europea nos gusta servir y esta es una gran oportunidad de servicio. Para nosotros es un orgullo que nuestras experiencias puedan ser usadas por otros países”, destacó.

Matusz dijo que si “Panamá quiere aprovechar nuestra experiencia en esta área, estamos más que felices”; a la par de reconocer que la colaboración en materia de medicamentos sigue sin ser muy explorada, en la relación que posee la UE con el territorio panameño.

Durante su discurso, Mulino aseguró que existe una “mafia” en la Dirección de Farmacias y Drogas del Ministerio de Salud. “Voy a pelear para que así sea. Si hay funcionarios que piensan servir a cuatro o cinco distribuidores, que renuncien y vayan a trabajar con ellos, al sector privado”, acusó.

En la actualidad, Panamá cuenta con cinco distribuidores: Compañía Astor, C.G. De Haseth, Corporación Impa Doel, Droguería Ramón González Revilla y Reprico.

Entre los medicamentos que el gobierno busca abaratar están: Amlodipina, Atenolol, Enalapril, Irbersartán, Ibuprofeno, Paracetamol, Salbutamol base, Azitromicina, Indapamida, Timolol, Claritromicina y otros.

Para Frauca, las políticas de venta de las grandes farmacéuticas son difíciles de entender. “La lógica indica que a mayor capacidad de producción, para las grandes farmacéuticas, mejor debiera ser el precio, eso es básico. Pero las políticas de las grandes farmacéuticas siguen sin ser entendibles”, acotó.

El empresario cuestionó que, en un país, vecino, como Colombia, se encuentren los mismos medicamentos, a un precio más bajo.

En 2024, la Amoxicilina de 250 mg se vendía en Colombia por $3.77, mientras que, en Panamá, se hacía por $8.91. Un caso similar al de la Azitromicina (500 mg), la Cefalexina (500 mg), la Fluoxetina (20 mg) y la Amlodipina (5 mg).

“Las grandes farmacéuticas toman en cuenta factores como el Producto Interno Bruto (PIB), el tamaño del mercado y otros, al momento de fijar un precio, pero, de todas formas. Para aquellos que producimos bienes, el tamaño y la escala de producción de las grandes farmacéuticas deben ser suficiente, para que tengamos medicamentos a muy buenos precios, así que esos no deben ser los factores causantes de su alto costo”, añadió Frauca.

El empresario consideró que, en estos momentos, el mayor problema es que “no hay claridad sobre a qué se refiere el gobierno al momento de plantear cómo va a bajar los precios”. “Ese es el sentir de los distribuidores y fabricantes locales”, afirmó.

“Es necesario que el gobierno explique cómo va a aplicar las medidas que propone y cómo esas medidas se van a reflejar en el precio, porque es algo que no se sabe. Lo lógico es hablar con los participantes del mercado, tanto locales como internacionales, pero hay muy poca información a mano”, abogó.

El presidente Mulino mencionó durante su intervención de inicio de año que se buscará que los distribuidores le “vendan a las farmacias al mismo precio que le venden al Gobierno” y que, si no se cumplía se “iba a hacer por importación directa”.

El mandatario aseguró que instruirá a la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco), a imponer “fuertes multas” a quienes “especulen con la salud de las personas”.

Frauca considera que lo que necesita el sector es “abrir el mercado” para que los fabricantes puedan ir a competir. “Hay que crear las condiciones para crear un mercado en donde la oferta sea la que determina el precio y eso es algo difícil”, reconoció.

“Las farmacéuticas locales tienen toda la capacidad para producir medicamentos o hacer crecer la producción, en caso de que sea necesario, pero si el mercado es inestable, no es muy atractivo invertir en capacidad productiva. Si las reglas fueran iguales para todos, ten por seguro que lo harían. Es necesario que todos participen por igual”, concluyó.