OIT: Los migrantes representan el 4,7 % de la fuerza laboral mundial

Un análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la participación de los migrantes internacionales en la fuerza de trabajo mundial, publicado recientemente, destaca el papel vital que desempeñan estas personas en el mercado laboral mundial.

El informe examina las tendencias de la participación en la población activa y presenta una visión detallada del papel fundamental que desempeñan los trabajadores migrantes internacionales en la economía mundial.

Además, aborda los principales retos al tiempo que proporciona estimaciones regionales que ponen de relieve las diversas dinámicas de la migración laboral. Así, las últimas estimaciones de la OIT revelan que los trabajadores migrantes representaron el 4,7 % de la fuerza laboral mundial en 2022. El organismo estima que para ese año, 167,7 millones de migrantes formaban parte de la fuerza de trabajo de sus países de destino.

“Los trabajadores migrantes son indispensables para hacer frente a la escasez mundial de mano de obra y contribuir al crecimiento económico”, dijo en el reporte, el director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo. Por lo tanto, “garantizar sus derechos y el acceso a un trabajo decente no es sólo un imperativo moral, sino también una necesidad económica”, ponderó Houngbo.

De acuerdo con el análisis de la OIT, de los 167,7 millones de migrantes que forman parte de la fuerza de trabajo, 102,7 millones son hombres y 64,9 millones mujeres. En general, las mujeres representan el 38,7 % de los migrantes internacionales en el mercado laboral, mientras que los hombres el 61,3 %. Según el informe de la OIT, la menor representación de las mujeres entre los migrantes internacionales en la fuerza laboral puede atribuirse a su proporción ligeramente inferior en el total de la población migrante (48,2 %) y a las menores tasas de participación en la fuerza laboral.

Los datos proporcionados muestran que el número total de migrantes internacionales alcanzó los 284,5 millones en 2022, de los cuales 255,7 millones eran personas en edad activa (15 años o más). En el mismo año, el número de migrantes internacionales en la fuerza laboral, definidos como migrantes internacionales que están empleados o desempleados, fue de 167,7 millones, 30 millones de personas más que en 2013.

Si bien el número de migrantes internacionales en la fuerza laboral aumentó con el tiempo, su proporción entre los migrantes en edad laboral se mantuvo estable, alrededor del 66,1 % en 2013, 67,1 % en 2017, 66,8 % en 2019 y 65,6 % en 2022.

Los inmigrantes en la fuerza laboral aumentaron anualmente en un promedio de 3,5 % y 2,5 %, respectivamente, de 2019 a 2022, sin embargo, la tasa del crecimiento se desaceleró a menos del 1 % anualmente, lo que podría atribuirse a una serie de factores, incluida la pandemia de la Covid-19.

La mayor parte de los migrantes en la fuerza laboral se concentró en los países de ingresos altos, que representaron el 68,4 % del total (114,7 millones de personas), seguidos por el 17,4 % (29,2 millones) en los países de ingresos medios-altos, como: Europa septentrional, meridional y occidental, América del Norte y los Estados árabes.

La proporción de migrantes en la población activa que viven en Europa Septentrional, Meridional y Occidental aumentó del 22,5 % en 2013 al 23,3 % en 2022. Por el contrario, la de América del Norte y los Estados Árabes experimentó ligeros descensos.

Por otro lado, los hombres y las mujeres migrantes tenían tasas de participación en la fuerza laboral más altas que los no migrantes en 2022, pero con variaciones significativas entre grupos de ingresos y regiones, 65,8 % y 60,1 %, respectivamente. Muchos migrantes se desplazan principalmente por razones económicas, en busca de mejores oportunidades de empleo y salarios más altos.

Adujo que este fuerte impulso económico se traduce a menudo en una mayor participación de la mano de obra. Además, algunos países tienen políticas de inmigración que favorecen a los trabajadores calificados o a quienes ya tienen ofertas de empleo, lo que puede dar lugar a una mayor participación en la fuerza laboral entre los migrantes.

Sin embargo, la tasa de participación en la fuerza laboral de las mujeres migrantes (52,8 %) es inferior a la de los hombres migrantes (77,9 %). La OIT recalcó que las barreras estructurales, los factores socioculturales y las prácticas discriminatorias en los mercados de trabajo dificultan más que los hombres las oportunidades de empleo de las mujeres migrantes. Además, la participación de las mujeres migrantes en la fuerza laboral era inferior a la de las no migrantes en los países de ingresos bajos y medianos altos, así como en las regiones de Europa oriental, América del Norte y el África subsahariana.

De los 167,7 millones de migrantes en la fuerza de trabajo en 2022, 155,6 millones estaban empleados, mientras que 12,1 millones estaban desempleados. Persistieron importantes disparidades de género, ya que las mujeres migrantes tenían una relación empleo-población de solo el 48,1 %, frente al 72,8 % de los hombres migrantes.

La tasa de desocupación de los migrantes era más elevada (7,2 %) que la de los no migrantes (5,2 %), y la de las mujeres migrantes (8,7 %) era superior a la de los hombres (6,2 %). Esta disparidad puede deberse a factores como las barreras lingüísticas, las cualificaciones no reconocidas, la discriminación, las opciones limitadas para el cuidado de los hijos y las expectativas basadas en el género que restringen las oportunidades de empleo, especialmente para las mujeres.

Los datos indican que una proporción significativa de migrantes -el 68,4 %- trabajaba en el sector servicios, frente al 51,5 % de los no migrantes. Esta tendencia, añade el documento de la OIT, se debe en gran medida a la demanda global de cuidados y trabajo doméstico, sobre todo entre las mujeres. El 28,8 % de las mujeres y el 12,4 % de los hombres migrantes trabajaban en la economía del cuidado, frente al 19,2 % de las mujeres y el 6,2 % de los hombres no migrantes.

El informe subraya las complejidades de la migración laboral y la necesidad clave de políticas específicas de apoyo a los migrantes internacionales. Entre ellas se incluyen la mejora del acceso a oportunidades de trabajo decente y la mejora de la protección de los trabajadores migrantes. Dado que la mayoría de los migrantes trabajan en sectores de gran demanda, garantizar un acceso equitativo a las oportunidades de trabajo para fomentar el desarrollo sostenible y los mercados laborales inclusivos es una prioridad política, puntualiza el informe.