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La discriminación antisindical, una queja que predomina en los gremios de la región
- 20/03/2024 00:00
- 19/03/2024 19:14
Aunque la libertad sindical en América Central y el Caribe es muy activa, todavía es muy común que se presenten quejas con alegaciones de actos de discriminación antisindical, por ejemplo, despidos de dirigentes sindicales o despidos de personas que están formando un sindicato, así como las dificultades de negociar colectivamente las condiciones de trabajo, especialmente en el sector público.
En casos menos frecuentes y en determinados países hay problemas serios de violencia antisindical, atentados contra la libertad sindical y dirigentes empleadores. Todos estas acciones ocurren cuando la respuesta del sistema judicial o las inspecciones de trabajo de los gobiernos son demasiados lentas.
Así lo confirmó Xavier Beaudonnet, coordinador de los convenios de negociación colectiva en el Servicio de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), durante la Conferencia Subregional sobre Libertad Sindical, Diálogo Social y Solución de Conflictos, que organizó la Escuela Internacional de Diálogo Social Tripartismo y Resolución de Conflictos de la Universidad de Panamá.
Según la OIT, “la discriminación antisindical es una de las violaciones más graves de la libertad sindical, ya que puede poner en peligro la propia existencia de los sindicatos”.
El evento, que inició este lunes y se extendió hasta este 20 de marzo, tuvo como finalidad analizar las experiencias y situación actual de los procedimientos de quejas ante el Comité de Libertad Sindical (CLS) de la OIT, así como también, promover y fortalecer los mecanismos nacionales de resolución de conflictos en materia sindical, alerta y atención temprana.
Para Ana Virginia Moreira, subdirectora general y directora regional para América Latina y el Caribe de la OIT, la actividad se prestó para analizar y revisar, por parte de las representaciones de ocho países participantes, temas centrales que tienen incidencia en los sistemas de relaciones laborales y en la protección y ejercicio de los derechos, especialmente en la libertad sindical, la negociación colectiva y el diálogo social.
Consideró que esta fue una ocasión para revisar los temas centrales referentes al diálogo social y libertad sindical de la región, con perspectiva técnica, práctica y de mejora mirando hacia el futuro. “La libertad sindical debe considerarse un derecho esencial para los trabajadores en todas las partes, pero especialmente en América Latina y el Caribe, que debería reforzar sus instituciones y procesos democráticos para disminuir la desigualdad y permitir a los trabajadores lograr mejores condiciones y un nivel de vida más alto, porque de esta forma se crearía un círculo vicioso de desarrollo”, reflexionó.
Según Beaudonnet, las quejas que más se presentan en la región tienen sus rasgos en que los sindicatos son muy activos, por lo que cree que si estos grupos consideran que tienen un problema, no van a dudar en acudir a los organismos internacionales, en especial la OIT. Sin embargo, aclaró que esta libertad de presentar quejas no se da en todos los países porque hay algunos en los cuales las organizaciones de trabajadores tienen restringido este derecho. Aún así destacó que en la región estos casos de censura no se dan y, por lo tanto, “es muy positivo”.
Planteó que por eso es importante la labor sobre los mecanismos de resolución de conflictos, porque si la justicia nacional es “un poco lenta”, como pasa en muchos países, entonces por qué no prever mecanismos alternativos de resolución de conflictos basados en el diálogo social.
“Siempre hay espacio para la mejora, por ejemplo en ciertos países se pueden hacer algunos ajustes legislativos que serían útiles para permitir que todos los trabajadores, tanto del sector privado como público, puedan sin obstáculo crear organizaciones sindicales ante algunas restricciones legislativas, porque se cuestiona mucho qué tan eficaz es la justicia laboral para tratar de manera ágil las quejas de los trabajadores que puedan presentarse. De hecho, a veces, creemos que los sindicatos acuden a la OIT porque a menudo los sistemas judiciales nacionales son demasiados lentos, entonces eso también es un elemento que hay que trabajar”, manifestó el representante de la OIT.
Una queja que es presentada ante el Servicio de Libertad Sindical de la OIT no quiere decir que exista necesariamente una violación. El marco general establece a los órganos de control, que con base en las informaciones presentadas por los gremios querellantes y el gobierno, se deben definir si se considera que hay que tomar recomendaciones para orientar a los gobiernos y mejorar la aplicación de las normas y principios de la OIT.
Beaudonnet recordó que otro tema que analizan es la existencia de sectores que son difíciles de agrupar en un sindicato porque vienen de la economía informal.
“El hecho de que haya una economía informal puede ser un obstáculo para que las organizaciones de los trabajadores tengan peso o fuerza. Es importante que sigan esforzándose en poder representar la totalidad de la fuerza del trabajo aun en aquellos sectores donde es difícil agrupar a trabajadores sabiendo que es uno de los problemas de la libertad sindical. Muchas veces los trabajadores más vulnerables son los que necesitan acción colectiva, pero al mismo tiempo por esa vulnerabilidad es más difícil que puedan agruparse. Entre las actividades relacionadas a este reto están los trabajadores domésticos, el sector de la agricultura, la venta al por menor y la economía de plataformas”, concluyó.