Ciclistas, atletas, patinadores y paseantes de la capital colombiana tienen una cita infaltable desde hace 50 años: la ciclovía de los domingos y festivos,...
- 24/06/2019 02:00
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Siempre me he preguntado si como consumidores somos conscientes, ¿del poder que mantenemos? Y no en el sentido de llegar a reclamar por cualquier cosa o bien de cualquier forma. El poder a que me refiero y que tenemos todos como consumidores, es respecto al uso de la información la cual podemos ubicar, ya sea por conducto de la Acodeco o por las publicaciones que constantemente se presentan sobre temas de consumo en las redes.
El manejar la información o bien investigar sobre el producto o servicio que deseamos adquirir no solo nos ayuda a realizar una compra inteligente, también nos restará algunos problemas que se puedan dar ya sea por asumir ventajas del servicio o creer que se sabe todo del producto obtenido.
Poniendo en práctica lo aquí indicado, puedo comentar la consulta de una amistad que en días pasados compró un celular, el que había comprado fuera de Panamá, contaba con dos tarjetas y asumió que el que vendía otro operador local tenía las mismas características y funciones, la realidad la pudo palpar al abrirlo y probarlo, el mismo sólo venía con una tarjeta lo que le imposibilitaba mantener los dos números y no podía entonces, retractarse de la compra porque nuestra ley no concede este derecho a los consumidores, como en otras legislaciones del mundo. Cuando le informé que debería revisar el contrato firmado y cotejar el equipo recibido me indicó que sabía que había hecho una mala compra y que entendía el por qué no podría poner la queja.
Existen muchísimos casos, que podemos comentar en los años de experiencias en protección al consumidor, en ocasiones es la empresa la que no puede hacer entrega de lo prometido al consumidor o, en las oportunidades de servicios de reparación, por no contar con los repuestos en existencia.
Nosotros somos el primer agente de cambio, el primero que debe estar pendiente y preocupado de obtener todos los detalles, para beneficiarnos de lo invertido y máxime si mantenemos información fresca y precisa de los agentes económicos al alcance. Duele escuchar de parte hasta de compañeros de trabajo o en las consultas que se reciben cómo por no hacer una pausa y tomarse el debido tiempo hasta para obtener cotizaciones o verificar precios, se pierden oportunidades de ubicar mejores costos y hasta mejores atenciones de respaldo.
Seamos consumidores comprometidos, hagamos valer nuestros derechos establecidos en nuestra Ley 45 de 31 de octubre de 2007, la cual ha sido modificada y robustecida para apoyar las relaciones de consumo que se desarrollen, con el fin que la asimetría de la información sea menos desequilibrada. Ensayemos cambios de hábitos por más pequeños que estos sean, como el dar lectura a la etiqueta y confirmar la fecha de expiración o a una advertencia en una volante de un anuncio puede traducirse, en mejoras a nuestras costumbres y en ahorros siendo pilares fundamentales, para poder tomar decisiones en nuestras compras, porque un consumidor informado tiene poder.
JEFA DE RRHH