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P anamá se encuentra en un buen momento económico con una proyección de crecimiento sostenible para los próximos años. Estas proyecciones se apoyan en diversas fuentes de inversión como lo son: la ampliación del Canal, la inversión pública en infraestructuras, así como por el incremento de la inversión del sector privado local, que ha reaccionado positivamente a las perspectivas de desarrollo de la Nación.
Esta coyuntura económica ha sido impulsada simultáneamente por el logro de Panamá como país con grado de inversión, calificación alcanzada hasta ahora por pocos países de Latinoamérica.
El beneficio de esta calificación de riesgo positiva se refleja directamente en la deuda del país, específicamente en las emisiones de bonos soberanos, puesto que en términos generales un país con grado de inversión tiene un costo de financiamiento más bajo.
Esto conlleva otros beneficios, como el hecho de que muchos de los grandes bancos internacionales sólo invierten en países que tienen grado de inversión, lo cual incrementa la inversión directa extranjera, que dinamiza la economía del país aún más.
Para promover y atraer esta inversión, a partir de 2003 Panamá inició un proceso a fin de lograr el incremento de su PIB apoyado, entre otros aspectos, por incentivos fiscales.
Adicionalmente, el Estado impulsó un ambicioso plan de inversión destinado a mejorar la infraestructura del país. De igual forma se puso en marcha la ampliación del Canal de Panamá, un mega-proyecto que garantiza el crecimiento del PIB por varios años, al atraer inversión directa extranjera para el financiamiento de la obra.
El sector privado por su parte, dio un mayor empuje al sector inmobiliario, apoyando directamente la construcción masiva de edificios de apartamentos, cadenas de hoteles y plazas comerciales.
Por su parte, entre otras medidas, el Estado aplicó reformas fiscales adicionales, decisión que le ha permitido ampliar los ingresos del fisco y continuar contribuyendo al crecimiento económico del país.
En medio de este escenario, en marzo de 2010, Panamá alcanza su primera calificación como grado de inversión de parte de Fitch Ratings. En el mismo año, dicha calificación es ratificada por Standard & Poors y en junio por Moody’s. El grado alcanzado fue BBB- con perspectiva positiva, es decir, que a corto plazo se esperaba un mejoramiento de la misma.
La calificación otorgada era la mínima en el grado de inversión. Sin embargo, en ese momento sólo 5 países gozaban de dicho privilegio: Perú y Panamá con BBB-; Brasil y México con BBB y Chile con A+.
Pasado poco más de un año, Fitch Ratings elevó la calificación a BBB con perspectiva estable, destacando el buen desempeño de la economía panameña para hacerle frente a la pasada crisis financiera mundial y la perspectiva de mantener la tasa de crecimiento de la economía (7%), para los siguientes años.
De la mano de lo anterior, la Inversión Directa Extranjera (IDE) en Panamá alcanzó en el 2010 B/. 2,362 millones, destinado a la compra de acciones de empresas, expansión de las existentes, el desarrollo hotelero e inmobiliario y del hub logístico.
Todo lo anterior ha redundado en el desarrollo del sector financiero, que ha fortalecido a la banca panameña aún más, que al igual que la economía panameña, es una de las más sólidas de la región. Así nuestro país se distingue por su competitividad y plataforma para manejar el flujo internacional de capital, desde y hacia Panamá, en el marco de una correcta y transparente interrelación con la banca extranjera.