Finca ganadera aumenta la producción de leche de vaca con collares inteligentes

Actualizado
  • 04/11/2020 15:32
Creado
  • 04/11/2020 15:32
La finca bovina en Chiriquí colocó collares a los vientres de su hato para detectar el celo y acortar el intervalo entre partos

En los últimos años, la finca Zaragoza Ganadera, S.A. cuya operación se ubica en Volcán, provincia de Chiriquí aumentó la producción de su hato bovino, con la implementación de tecnología en collares, que le ayuda a disminuir el intervalo entre partos con la detección oportuna del celo.

Durante el año 2016, la finca ganó la Convocatoria Pública de Proyectos de Innovación Empresarial, de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), con el proyecto "Implementación de podometría a como herramienta para el mejoramiento reproductivo", recibiendo $95,500 no retornable, para costear una parte del proyecto.

La vacas de Zaragoza Ganadera portan los collares con georreferenciación que —una vez colocado— manda mensajes directos a una antena para luego ser almacenados y procesados en una base de datos de forma automática. 

La plataforma recibe todo tipo de información sobre el comportamiento del animal si está enfermo, cuánto come y bebe o si está lista para ser inseminada artificialmente. Este último punto es aplicado para disminuir los intervalos entres partos, ya que se utiliza el proceso de celo, para establecer estrategias para la inseminación de un mayor volumen de vacas.

Peter Janson, administrador del proyecto, comentó a través de un comunicado de prensa de la Senacyt que antes de iniciar el proyecto, la explotación tenía un promedio de 11% en la tasa de preñez, luego en 2017 con el sistema de collares la tasa de preñez se incrementó a 19% manteniéndose hasta el momento. La finca maneja entre 420 a 450 vacas en ordeño. Todas con collar electrónico.

"Aumentar la tasa de detección de celos tiene una relación directa con la tasa de preñez del hato”, dijo Janson. La última tasa de preñez se trata de la velocidad con la que se preñan las vacas y es el objetivo para monitorear la reproducción en primera instancia. 

El ganadero explicó que “es el primer indicador que refleja la eficiencia del sistema en forma global e integral. La tasa de preñez se mide cada 21 días (un ciclo estral) y representa la proporción de vacas que se preñan en un ciclo. Cuando se habla de Tasa de Preñez anual se hace referencia al promedio ponderado de los 17 o 18 ciclos que tiene un año, unos 21 días cada uno”.

Janson comparó los partos antes de implementar los collares. "En comparación de intervalo entre parto promedio en enero de 2017 (423 días de intervalo entre partos), el cual es el reflejo del desempeño reproductivo previo a la implementación del sistema 'Silent Herdsman', con el intervalo entre partos de enero de 2019 (399 días de intervalo entre partos), observándose una disminución de 24 días de intervalo entre partos", ejemplificó.

Según el comunicado, "matemáticamente al disminuir el intervalo entre partos en relación con el precio promedio ponderado del litro de leche pagado a la empresa y el promedio de producción por vaca por día ponderado es de $0.65 y 22.41 litros respectivamente, con lo que se puede determinar que el impacto económico por cada día de intervalo entre parto disminuido en la empresa es de $14.56 por vaca, por lo tanto, al multiplicar este valor por los 24 días que se disminuyeron gracias al sistema, hay un total de $349.44 por vaca al año". 

El número promedio de vacas en ordeño es de 424 vacas en consiguiente el valor total del impacto económico en la empresa es de $148,162.56 gracias a los collares.

Janson reconoció que estos sistemas integrados de collares aún no cuentan con suficientes estudios en sistemas pastoriles. Debido a lo anterior, la gran mayoría de estos sistemas de detección de celo automatizados son instalados a sistemas intensivos de estabulación o semiestabulación. 

“Para esto una vez instalado el sistema en Zaragoza Ganadera, S.A. se realizó una validación de este para determinar el nivel de sensibilidad de los collares y si la detección de celo iba acompañada realmente de un celo clínico o si adicional si las vacas detectadas en celo y servidas culminaron efectivamente en una preñez”, afirmó Janson en el comunicado de la Senacyt.

Los bovinos portan unos collares de georreferenciación que registran toda la actividad del animal.
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