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- 29/01/2024 09:56
- 28/01/2024 21:52
La costarricense, Gisela Sánchez Maroto, es la décimo sexta presidente Ejecutiva del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y la primera mujer en ocupar este puesto en los 63 años de historia de la institución financiera multilateral de desarrollo. Fue electa para el cargo por la Asamblea de Gobernadores, el 17 de noviembre de 2023, tras un exhaustivo proceso de selección en el cual participaron alrededor de 250 postulantes. Sánchez, quien reemplaza al hondureño Dante Mossi, fue la apuesta del Gobierno de Costa Rica y con la que el país centroamericano retomó la presidencia del BCIE después de 30 años. En su primera visita a Panamá en el cargo, Sánchez conversó en exclusiva con “La Decana” el pasado 19 de enero, sobre su visión, sus planes y sus propuestas para el BCIE, entre otros temas, en un periodo de gestión en el que la ética, la transparencia, la eficiencia y la optimización de los recursos administrados y canalizados serán sus prioridades. La nueva presidenta del BCIE asumió su mandato el 1 de diciembre de 2023 y estará en el cargo por un período de cinco años. Ella es madre de dos hijos y comprometida con el desarrollo sostenible. Cuenta con una destacada carrera en el ámbito estratégico y corporativo y se ha desempeñado importantes posiciones en empresas como BAC Credomatic, Citibank, Florida Ice & Farm Company y Global Endeavors; y ha recibido reconocimientos por su destacado liderazgo.
¿Quién es Gisela Sánchez?
Si tengo que describirme por mi esencia, soy una mamá, orgullosa de dos hijos y una persona trabajadora y comprometida con el desarrollo sostenible.
Usted fue postulada a la presidencia del BCIE por el Gobierno de Costa Rica ¿Cómo fue el proceso?
Sí, correcto. Recibí una invitación para considerar la posibilidad de postularme de parte del Gobierno de Costa Rica, del presidente de la República y además recibí el apoyo de la población de mi país, y estoy muy agradecida por eso, pero el proceso ya en sí de llegar a la presidencia, fue un proceso muy competitivo a cargo de una empresa (firma Heidrick & Struggles) en Estados Unidos que recibió alrededor de 250 personas que aplicaron para esta posición (...).
¿Es un puesto político o social?
Diría que es un puesto técnico, en el sentido de que el BCIE tiene que regirse por los más altos estándares y criterios técnicos posibles, para asegurar que se maximice el impacto social y ambiental en los países que servimos. Pero, no hay que dejar de lado que son 15 países miembros los que están representados en el banco, a través de sus ministros de finanzas o de sus presidentes de Banco Central y, por ende, tiene un cierto componente político, porque son estos países los que componen el banco y los que toman, a través de los gobernadores y sus directores, las decisiones más importantes a nivel estratégico.
¿Cómo recibe este doble hecho histórico: es la primera mujer en ocupar la presidencia del BCIE en seis décadas y con su elección, Costa Rica vuelve a tener la presidencia del banco después de 30 años?
Para mí, como mujer, no solo es un gran orgullo poder representar a nuestro género sino también una gran responsabilidad de abrir más oportunidades para mujeres en posiciones de liderazgo. Lo he asumido con ese nivel de compromiso, de tratar de hacer las cosas de la mejor forma posible. Las mujeres tenemos ciertas competencias que son complementarias a los hombres, nuestra capacidad y espíritu de servicio, empatía y visión de largo plazo que yo creo puede ser de gran valor agregado para el banco. Y, con respecto a que Costa Rica tenía más de 30 años de no ocupar la presidencia del banco, también es un gran compromiso con mi país, con hacer un buen trabajo, dejar en alto, no solo a Costa Rica, sino a la región. Mi experiencia en los últimos 25 años ha sido en puestos regionales, entonces, no me veo solo representando a Costa Rica sino a toda la región y, por supuesto, tratando de servir de la mejor manera posible a todos estos países que forman parte del BCIE.
Si bien todavía hay un rezago en la equidad de género en cargos decisorios, poco a poco vemos más mujeres en posiciones de liderazgo, en distintos campos, un ejemplo muy particular es su reciente nombramiento ¿Cómo analiza la participación femenina en estos ámbitos?
Particularmente, me siento muy orgullosa de ver mujeres sobresaliendo en todos los campos, político, sector privado, sociedad civil (...) La verdad creo que estamos rompiendo brechas. Esos techos de cristal, que siempre, tal vez han limitado el crecimiento de las mujeres. Soy una fiel creyente de que cuando las mujeres tienen una oportunidad la aprovechan al máximo y no solo dan la milla extra, sino cien millas extras, para poder hacer un buen trabajo y abrir más oportunidades para las mujeres.
¿Cuál es su visión sobre su gestión en los próximos cinco años en la presidencia del BCIE? ¿Cuál es el foco?
Mi responsabilidad y mi visión es que haya una transformación positiva en el BCIE, no porque no esté bien. Creo que es un banco muy sólido, financieramente, en una posición envidiable; y en términos de calificación de riesgo, de la mejor de América Latina, pero también, siempre hay oportunidades de mejoras. Mi foco para estos cinco años tiene tres componentes: el primero es cómo fortalecemos la ética, la transparencia y el cumplimiento. De hecho, esa es una de las razones por las que estamos aquí en Panamá, para firmar una alianza muy importante con el alto comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. El tema de fortalecer la ética y rendir cuentas de manera transparente, es mi prioridad número uno. La segunda tiene que ver hacia adentro del banco, con excelencia operacional, en cómo somos más eficientes en el uso de los recursos del banco y cómo podemos asegurar que somos lo más austeros posible también para que la mayoría de los recursos se vayan hacia los países que servimos; y, en ese sentido, mi tercer objetivo tiene que ver con maximizar el impacto que el banco puede tener. En los últimos 20 años, de los fondos que ha recibido Centroamérica, 47% han venido del BCIE. Entonces, claramente, somos un catalizador de valor, económico, ambiental y social. Pero eso no significa que no podemos maximizar ese impacto positivo y en eso es en lo que nos vamos a enfocar, en los próximos cinco años.
Profundice, ¿cuál es el alcance de la alianza del BCIE con Derechos Humanos de Naciones Unidas?
Es una alianza estratégica para fortalecer, primero, hacia adentro del banco, de cómo levantamos nuestros estándares y asegurar el cumplimiento de las políticas y de los lineamientos en materia de derechos humanos; pero, también cómo fortalecemos los controles y el seguimiento de nuestros proyectos en esta materia. El otro gran reto que tenemos con Panamá, es que ustedes tienen una plaza muy competitiva. Son líderes en temas bancarios en la región, entonces, eso nos impulsa a tener que esforzarnos un poco más para poder ofrecer desde el BCIE soluciones financieras que se adecúen a los requerimientos del país. Es un país muy dinámico. Personalmente, admiro muchísimo el espíritu panameño, su emprendimiento, su forma de trabajar (...) A diferencia de otros sectores económicos, el sector bancario, en general, es sumamente competitivo en Panamá (...).
¿La alianza incluiría algún apoyo financiero, por parte del BCIE?
Más bien, vamos a recibir de parte de Naciones Unidas apoyo en capacitación, asesoría técnica, para poder hacer una revisión de nuestros procesos, encontrar brechas en donde podemos mejorar, (...) fortalecer la forma en que damos seguimiento al tema de derechos humanos, que es fundamental (...). Es una gran oportunidad que vamos a aprovechar al máximo (...).
¿Qué oportunidades han identificado para financiar en Panamá?
En el caso nuestro, hay una relación de doble vía en la que el Gobierno y el sector privado panameño pueden proponer proyectos al BCIE. Pero soy una fiel creyente de que también podemos ser proactivos y proponer iniciativas que pueden ser valiosas para el país, que no solo incluyan a Panamá sino que pueden ser proyectos regionales, en donde haya relaciones ganar-ganar y se pueda fortalecer la integración. Tenemos en marcha una cartera de proyectos en Panamá que, honestamente, diría que es pequeña, comparada con lo que podría ser. Panamá tiene una calificación de riesgo extraordinaria que podría ser de gran beneficio para la diversificación de la cartera del BCIE; pero, además tienen tanto acceso a capital de diferentes fuentes, que nos pone en una competencia muy sana, no solo con los bancos multilaterales, sino también con otras fuentes de financiamiento e inversionistas.
Especifique, ¿cuál es la cartera de proyectos que tiene el BCIE con Panamá y a nivel regional?
A nivel regional tenemos una cartera de un poco más de cien proyectos, de diferentes niveles, la gran mayoría, más del 90%, tiene que ver con el sector público de los países, es decir, es un financiamiento que le damos a los gobiernos, en diferentes áreas: infraestructura, salud, ambiente, educación (...). Específicamente, en Panamá, tenemos varios proyectos en marcha que tienen que ver con infraestructura de transporte, carreteras, sector financiero y otras múltiples iniciativas. En este momento, entre el 4% y el 6% de nuestra cartera total está en Panamá, así que hay una gran oportunidad de que podamos crecer ese tamaño de la cartera y apoyar más proyectos panameños.
Y, para este año, ¿qué podemos esperar del banco con respecto a proyectos en Panamá?
Tenemos dos elementos: continuar con los proyectos que están en marcha, darle seguimiento y asegurar que se lleven a feliz término y, por supuesto, explorar nuevas iniciativas que podamos financiar. En este momento, estamos en una etapa inicial de exploración de una iniciativa que el gobierno está solicitando. Específicamente, es una operación de política de desarrollo, de cómo podemos apoyar al gobierno en iniciativas que sean prioritarias para ellos. Estamos en una etapa muy incipiente de evaluación, pero esperamos que en los próximos meses se pueda concretar algo.
Entiendo que recién acaba de ocupar la presidencia del BCIE, pero ¿cómo se encuentra el banco financieramente?
Hay una mezcla entre la clara solidez financiera, un equipo robusto de trabajo, pero también oportunidades de mejora. En términos de indicadores financieros, el banco es robusto y, en cuanto a mejoras, hay una gran oportunidad de más eficiencia. El banco creció significativamente en la cantidad de personas, de colaboradores que tiene sobre todo en la sede en Honduras. Ahora nos toca una época de más austeridad. Vamos a aprobar, la próxima semana, en el directorio, un presupuesto que va a ser mucho menor que el presupuesto que tenía el banco el año pasado. Estamos cerrando filas en el banco para poder ser más eficientes y traer, entonces, más recursos frescos a la región. Un área que quiero fortalecer es la de cumplimiento. Uno de mis objetivos es que está posición vuelva a reportar a la presidencia y podamos fortalecer controles, asegurar transparencia y rendición de cuentas, (...).
¿Ha afectado el endurecimiento de la política monetaria de los Estados Unidos, las tasas de los financiamientos que ustedes hacen a los países? ¿Cuáles sus expectativas?
Sí, ha habido un aumento de tasas. Pero, se espera que esas tasas vayan en el 2024, un poco hacia la baja. Esa es la expectativa que tenemos de lo que ha indicado el mismo gobierno de los Estados Unidos. Esperamos que una reducción también va a venir inmediatamente a repercutir positivamente (en las tasas del banco). Lo otro que tenemos para ofrecer a los países es que por la calificación de riesgo tan buena que tiene el BCIE, podemos captar recursos a una menor tasa y poder, entonces, trasladar esa tasa competitiva a los países que servimos.
Está dentro de los planes del BCIE aumentar la capitalización de los recursos ¿a cuánto?
Sí!, de manera responsable, tenemos que trabajar en los próximos meses en una propuesta de capitalización del banco que permita más crecimiento orgánico. Es natural. Pero lo queremos hacer de una forma muy rigurosa, muy mesurada, muy sólida. No es algo con lo que quiero correr. Hemos pedido al equipo de trabajo del banco que se trabaje en una política de capitalización y con base a esa política, en una propuesta concreta, que podamos llevar de manera responsable a los 15 países miembro, para poder capitalizar al banco eventualmente ¡ojalá! al final de este año o a más tardar el próximo.