Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
- 07/09/2020 12:41
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Mucho se habla hoy de la responsabilidad del gobierno y del rol que desempeñamos las entidades financieras, dos actores que sabemos son esenciales para esta nueva realidad que afrontamos hoy. Pero quisiera esta vez reflexionar respecto al segmento empresarial y para dar inicio a esta conversación veamos los siguientes datos:
La suma de los sectores empresariales tiene un impacto superior al 75% en el PIB de nuestro país.
El sector más afectado por el COVID-19 es el turismo con una caida que pudiera llegar a ser del 78% en el 2020 y en segunda instancia los comercios de ventas al por menor, restaurantes y la industria del entretenimiento pudieran ver una caida de más del 80% en sus ganacias al terminar este año.
Veamos el impacto laboral que tienen , tan sólo estos dos sectores en 2019 generaron más de 100,000 empleos formales e informales en 2019, hoy han reportado el despido o suspensión de contrato de la mayoria de sus empleados.
Este contexto nos deja muy claro el desafío al que nos enfrentamos, que si bien tiene, como lo he dicho antes, toda la prevalencia en el cuidado de las vidas, no puede hacer de lado la necesidad de actuar y anticipar un punto de quiebre en nuestra economía que se puede llegar a ser peor al periodo post - invasión en 1989.
Es el momento de abrir los ojos y desafiarnos para desarrollar soluciones distintas. En el mes de abril el economista jefe para nuestra región del Banco Mundial, Martín Rama presentaba cifras preocupantes como la contracción económica en la región de 4,6% (excluyendo a Venezuela) y hacía un llamado a los gobiernos de América Latina y el Caribe para que trabajaran en políticas que dieran respuesta a esta crisis. Hoy las proyecciones indican que la contracción de nuestro país pudiera llegar al -4%.
Es importante que nos concentremos en los pasos futuros, en esas acciones que protegerán y acompañarán el empresariado panameño. El gobierno plantea algunos alivios y soluciones pero esto no es suficiente, como ciudadanos tenemos que ser conscientes de nuestra responsabilidad particular en este tema.
Hoy más que nunca necesitamos comprar y consumir productos locales, tan pronto se permita, debemos buscar la forma de reactivar el turismo interno y de crear una cultura de amor profundo por lo nuestro , por lo que hacemos y por lo que somos. Por que esta es la vía más eficiente y probable para anticiparnos a una realidad que el BID puso sobre la mesa hace un par de meses que indicaba que “no cabe duda de que la pobreza y la desigualdad aumentarán”.
El futuro de nuestra economía y de Panamá es tarea de todos.