Burbuja económica, el fenómeno de un escenario complejo

Actualizado
  • 18/07/2020 00:00
Creado
  • 18/07/2020 00:00
Estamos frente a un panorama económico complejo, donde el paliativo podría transformarse en el disparador de una crisis. Este fenómeno que se produce en los mercados, se caracteriza por la especulación

Las perspectivas económicas regionales e internacionales justifican la estrategia agresiva en materia de política monetaria y fiscal, que tanto los bancos centrales como las administraciones gubernamentales promueven hoy. En este contexto se destacan herramientas convencionales y no convencionales con dos objetivos principales: la reactivación y preservación de la poca estabilidad macro-financiera.

Sin embargo, estas medidas de estímulo y sus implicaciones deben ser analizadas con cautela, ya que las mismas podrían convertirse en los detonantes de burbujas económicas o especulativas. Un fenómeno que llegaría a afectarnos de forma directa e indirecta.

¿De qué se trata?

Una burbuja económica es un fenómeno de los mercados, caracterizado por la especulación, con una subida anormal y prolongada del precio de un producto o activo, alejándolo de su valor real.

La reciente actualización de perspectivas económicas arroja indicadores preocupantes. Para América Latina, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima un producto interno bruto (PIB) de -9,1% y potenciales tasas de desocupación del 13,5% de la población regional, con bajas en el ingreso por habitante comparables a indicadores del período 2010.

En el ámbito internacional, a pesar de tener economías avanzadas como Nueva Zelanda o Australia, los indicadores también arrojan resultados que no escapan de ser preocupantes. De acuerdo con el informe 'Perspectivas de la economía' del Fondo Monetario Internacional (FMI) para junio 2020, se estima un PIB del -8,0% para las economías avanzadas y -4,9% para la economía mundial.

Frente a este panorama plagado de limitaciones, la demanda merma cada día más por una reducción del poder adquisitivo llevando los niveles de inflación a rangos considerablemente peligrosos. Por otro lado, vemos una situación que se exacerba por una oferta de los diversos sectores y sus industrias, que se reduce paralelamente a la demanda, como resultado de la interrupción de los procesos, por la paralización de cadenas de distribución y por la escasa disposición de flujo de capital.

Acciones

Como respuesta a este escenario, los bancos centrales del mundo y las administraciones de Estado implementan una serie de políticas monetarias y fiscales expansionistas, con el fin de lograr una reactivación.

En lo que respecta a medidas monetarias, destacan las extremadamente bajas tasas de interés, así como la disposición de grandes sumas de dinero para la reactivación y el subsidio de diversos sectores. Mientras tanto, en materia fiscal se anuncia una serie de medidas enfocadas a la reducción de las imposiciones y la condonación de deuda.

Sin embargo, lo anhelado también tiene un lado oscuro. Y la realidad es que estas medidas, por muy positivas que sean, también representan un arma de doble filo, y la disposición de poder adquisitivo a gran escala podría conllevar al desarrollo de burbujas económicas o especulativas, un fenómeno en el que los mercados reportan un alza anormal y prolongada en el precio de activos, valores que distan de una apreciación real.

¿Cómo podría surgir una burbuja?

La complejidad del panorama se presta para analizar diversos escenarios de potenciales burbujas.

Para algunos, se podría esperar un uso excesivo y prolongado de deuda, fomentándose en un ciclo de apalancamiento que terminaría por elevar excesivamente la inflación y deteriorar el poder adquisitivo.

Dicho ciclo estaría caracterizado por bajas tasas de interés que ponen a disposición del mercado mayor cantidad de dinero, permitiendo a las personas satisfacer conductas especulativas principalmente en activos de alto riesgo o volátiles, ya que en un ambiente de tasas bajas, los activos conservadores no otorgan rendimientos atractivos.

O incluso, promoviéndose la toma de decisiones en rebaño por parte de un grupo de individuos en busca de obtener resultados de éxito que otros proyecten. Este último aspecto lo vemos actualmente reflejado en los reportes de alta participación de inversionistas principiantes en plataformas electrónicas de acceso cero a comisiones como la app norteamericana Robinnhood.

Dicha conducta que define estos períodos de alta especulación, se cataloga como 'exuberancia irracional' (Alan Greenspan, 1996). En términos sencillos, Greenspan hace referencia a la sobrevalorización de los activos no fundamentada en algún valor.

El concepto también ha sido citado por el Nobel Robert Schiller, autor del libro Exuberancia irracional, que afirma que el pensamiento positivo de los inversores en un ambiente de rebaño les impide ver la situación real.

Otro aspecto que podría desencadenar el fenómeno, es la eventual oferta limitada de ciertos activos. A la fecha, somos testigos de diversas industrias que han paralizado su producción, por la interrupción de cadenas y la falta de flujo.

Cuando el poder adquisitivo está a disposición, los individuos tienden a desarrollar una atracción por lo limitado. Por ejemplo, en los artículos de colección, sin embargo, el valor de estos últimos se origina de su aspecto de que son únicos y originales.

Por otra parte, en el contexto de escasez, eventualmente podría satisfacerse la oferta al reanudarse una producción, lo cual conllevaría a un desplome de precios.

Antecedentes

Las burbujas se reportan desde antes del siglo XVIII. A pesar de que la humanidad ha experimentado sus catastróficas afectaciones, estas continúan siendo protagonistas de la historia.

Entre los hechos más recientes destaca la moneda digital Bitcoin, que alcanzó máximos históricos por arriba de US$13,000.00 (2017), con un desplome de precios por debajo de US$4,000.00 (2019). Actualmente mercadea alrededor de los US$9,000.00.

Estamos frente a un panorama económico muy difícil, donde el paliativo podría llegar a convertirse en el detonante de una enfermedad.

No obstante, con las estimaciones negativas de crecimiento y las tasas de desocupación en las nubes, cómo negarse a utilizar las estrategias convencionales y no convencionales que en previas ocasiones han reportado el resultado esperado.

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