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- 29/04/2021 00:00
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La pandemia de la covid-19 ha traído desafíos para el normal desarrollo de las actividades empresariales y el interactuar con sus clientes, lo que supone mayor vulnerabilidad por el hecho de que estas operaciones se han trasladado, en muchos casos, a la modalidad electrónica.
Realizar transacciones remotas o no presenciales conlleva mayores riesgos de delitos como: fraudes, estafas, ataques cibernéticos, usurpación de identidad o movimiento sospechoso de dinero. Los delincuentes aprovechan pequeñas brechas para cometer estos actos, por lo que especialistas en detección de delitos financieros recomiendan reforzar las políticas de “Conoce a tu cliente”.
Ahora, más que nunca, los estándares regulatorios de la Gestión de Cumplimiento, por ejemplo, los relacionados con prevención de blanqueo de capitales y financiamiento del terrorismo, deben mantenerse y acatarse, a pesar de que se puedan establecer grados de flexibilidad en términos de plazos de entrega de informes y reportes o sobre otro tipo de requerimientos, según coincidieron expertos locales en esta materia.
Siguiendo estas recomendaciones, los bancos que operan en la plaza están reforzando sus controles, aplicando nueva tecnología y han comenzado a llamar a sus clientes para actualizar sus datos.
El artículo 112 de la Ley Bancaria panameña establece que los bancos y demás sujetos supervisados por la Superintendencia de Bancos tendrán la obligación de establecer las políticas y procedimientos, y las estructuras de controles internos, para prevenir que sus servicios sean utilizados en forma indebida para el delito de blanqueo de capitales, financiamiento del terrorismo y demás delitos relacionados o de naturaleza similar.
Los bancos mantienen una permanente actualización de sus procedimientos para minimizar, transferir y evitar los riesgos, sobre todo en estos tiempos en que las medidas de distanciamiento y aislamiento se prolongan.
Para el caso de los sujetos obligados para la prevención de blanqueo de capitales y financiamiento del terrorismo, es imperativo desarrollar procesos y prácticas que permitan la Gestión de Cumplimiento dentro de las limitaciones operativas que el distanciamiento puede conducir.
Los sistemas bancarios, como el panameño, donde operan cerca de 70 entidades, aplican cada día controles más estrictos y políticas de avanzada para proteger sus actividades. Bancos internacionales y privados de capital panameño, por ejemplo en el caso de Credicorp Bank y otros, cuentan con sistemas de monitoreo basado en riesgo, concentrándose en los productos, servicios, clientes, entidades y ubicaciones geográficas de alto riesgo, que les permite identificar y reportar actividades consideradas inusuales y sospechosas de clientes. “Nuestro análisis se encuentra basado en una visión 360 logrando la construcción de un estudio integral de revisión, permitiendo la detección oportuna de patrones sospechosos”, comentó Carlina Bermúdez, VP de Cumplimiento de esa entidad.
El banco en los últimos años ha adoptado importantes medidas para reforzar el sistema de control en prevención de blanqueo de capitales, entre las que resaltan: contratación de expertos globales a fin de conducir una revisión profunda de su sistema interno de cumplimiento, auditoría, recursos humanos y gobierno corporativo, incluyendo las políticas y procedimientos, entre otras.
“Los desafíos son constantes, sin embargo estamos confiados que hemos implementado un robusto sistema de control interno que cumple con las mejores prácticas locales e internacionales de la región”, resaltó Bermúdez.
Scotiabank, por su parte, siguiendo la normativa legal vigente en el país y estándares internacionales, ejecuta un proceso continuo de actualización de los datos de sus clientes, que junto con herramientas de monitoreo identifica cuando la información de una persona física o jurídica necesita ser actualizada.
Sin duda la pandemia nos ha hecho adelantar herramientas tecnológicas para que el cliente tenga acceso al banco de forma remota, explicó la directora de Sucursales y Negocios, Gwendy Price, quien reconoce que “la educación y concienciación ante nuestros clientes y el mercado panameño en general es de suma importancia para el éxito de estos procesos”.
Banco General, en tanto, nunca dejó de operar durante la pandemia, sirviendo a 1,2 millones de clientes de forma ininterrumpida con todas las medidas de bioseguridad. Aprovechado la tecnología realizó reuniones virtuales con los clientes a través de distintas plataformas seguras, además de los medios tradicionales.
El banco se apoyó en plataformas de consulta virtual que tienen entidades del gobierno para validar información de los clientes, como por ejemplo el Registro Público, la APC, el Tribunal Electoral o Panamá Emprende, entre otras herramientas que permiten verificar información, comentó Raúl Guizado, vicepresidente de Cumplimiento y Seguridad Corporativa de Banco General.
A través de la app de Banco General se han afiliado nuevos clientes, a quienes se le verifica la identidad por medio de validaciones biométricas. Estas cuentas también tienen un límite de transaccionalidad que les permite reducir los riesgos asociados.
“En efecto, los bancos deben cumplir con la regulación local, la cual requiere de la actualización de los clientes. Nos apoyamos con la tecnología para realizar las actualizaciones y validaciones de información. Igualmente, actualizamos información de nuestros clientes en los contactos que tenemos con ellos en nuestras sucursales”, resaltó el banquero.