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América Latina y el Caribe duplica sus exportaciones de materiales
- 29/11/2023 00:00
- 29/11/2023 00:00
Los países de América Latina y el Caribe (ALC) exportan más del doble del monto de materiales que importan: el 40% de lo que se extrae anualmente. Este rápido aumento de la demanda mundial de materiales se ha convertido en un importante impulsor de la degradación ambiental y las desigualdades sociales en la región.
Así fueron las principales conclusiones de informe “Brecha de circularidad- América Latina y el Caribe” desarrollado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), BID Invest, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONI), y la iniciativa de PNUMA Global Opportunities for the Sustainable Development Goals GO4SDGs, y escrito por la Fundación Circle Economy.
El objetivo del reporte es proporcionar información basada en datos sobre los flujos de materiales de ALC para medir la circularidad de la región y, destacar los vacíos de datos. Con lo anterior buscan de evitar el colapso climático duplicando la circularidad mundial para 2032.
Con una configuración diversa de 33 naciones, ALC desempeña un papel clave en la extracción y el uso global de materiales, ya que proporciona más del 11% de las materias primas del mundo en peso, a pesar de representar el 8.3% de la población mundial. Es en gran medida autosuficiente desde el punto de vista de las materias primas y comprende muchos países con una huella material moderada. Sin embargo, la recirculación de materiales y, por tanto, el consumo secundario de materiales, es de un 1%.
Aunque las características varían según los países, la vasta riqueza natural disponible y las fuertes industrias extractivas hacen de ALC una región crítica de extracción de materiales y un proveedor clave de materias primas para la economía mundial, en particular de biomasa y minerales metálicos.
En 2018, de los aproximadamente 10.7 mil millones de toneladas de materiales extraídos a nivel interno, alrededor del 40% se exportaron para satisfacer la demanda mundial de materiales. El hecho de que la huella material de exportación de ALC sea más del doble que la huella material de importación, así como la gran diferencia entre el porcentaje de extracción mundial de materiales de ALC (1.2%) y la población mundial (8.3%), indican que la demanda mundial de materias primas de los recursos de la región está ejerciendo una presión excesiva sobre su base de recursos naturales, explica el informe.
Si bien la huella material per cápita de la región es moderada, supera el nivel considerado sostenible. En 2018, los países de ALC consumieron 7.9 mil millones de toneladas de materiales vírgenes, lo que equivale a 12.4 toneladas por persona al año. Esto está en gran medida a la par con el promedio mundial de 12.2 toneladas, pero aún supera el nivel estimado 'sostenible' de consumo de materiales de 8 toneladas por persona al año.
Al mismo tiempo, los altos niveles de extracción doméstica de materiales en toda la región contribuyen a la elevada autosuficiencia de materias primas de ALC: solo el 20% de la huella material de la región fue importado (principalmente minerales no metálicos y combustibles fósiles). La mayor parte del uso de materiales y del impacto ambiental se concentra en unas pocas actividades productivas primarias que reflejan la estructura económica general de la región.
Las diez principales actividades productivas (de un total de 163) representan 4.9 mil millones de toneladas, aproximadamente el 61%, de la huella material. Esta cifra es significativamente superior a lo que suelen indicar otros análisis sobre la Brecha de Circularidad (40-45%).
Las necesidades sociales de Vivienda e Infraestructuras, Nutrición, y Productos Manufacturados, en particular, conforman tres cuartas partes del consumo total de materiales en la región (29%, 26% y 19%, respectivamente).
La Cepal aclara que realizar cálculos confiables es un desafío, ya que hasta dos tercios de los desechos en la región no están registrados en las estadísticas oficiales. Además de que prevalecen otros vacíos de datos en temas como la contaminación y los vertidos ilegales, que impiden que los gobiernos locales monitoreen eficazmente los flujos de residuos. Por lo tanto, ve la importancia de un seguimiento riguroso de los residuos y materiales y que estos se vean reflejados en las cuentas oficiales.
El organismo de Naciones Unidas, alentó a los gobiernos locales a identificar el valor de los principios de la economía circular, como la agricultura regenerativa, la reducción de los residuos industriales y la renovación de edificios antiguos en lugar de construir otros nuevos. La implementación de estrategias de economía circular en solo dos sectores (agroalimentario y manufacturero) puede reducir en un tercio las huellas materiales y de carbono de América Latina y el Caribe respectivamente, garantizando un medio ambiente más saludable y un clima más seguro.
“Será imperativo resolver las ineficiencias sistémicas en estos sectores transformando de forma óptima los recursos en beneficios sociales para maximizar el bienestar social y la resiliencia económica, minimizando al mismo tiempo el impacto ecológico. Refiérase al capítulo cuatro para más información”, sostiene la Cepal.
El estudio también estima que la economía circular puede influir sustancialmente en la descarbonización de la economía de ALC, ya que tiene un perfil de huella de carbono único, con actividades productivas primarias, como la Agricultura, la Silvicultura y Otros Usos de la Tierra (AFOLU, por sus siglas en inglés), que representan casi la mitad de las emisiones territoriales netas de gases de efecto invernadero (GEI) de la región.
Del total de la huella de carbono de la región, solo el 17% está vinculado a las importaciones, mientras que casi el 30% de las emisiones territoriales está vinculado a las exportaciones. En todo caso, la aplicación de estrategias circulares en las actividades primarias de ALC, como la agricultura, puede reducir la huella de carbono en más de un tercio.
Con todo esto, según el informe, se podrían crear alrededor de 8.8 millones de nuevos empleos formales si la región hace la transición a una economía circular. De esta manera, los empleos informales podrían pasar a ser empleos formales. La implementación exitosa de estrategias circulares puede traer otros beneficios socioeconómicos, como una mejor salud y bienestar y trabajo decente. Sin embargo, para aprovechar todo su potencial, la transición hacia una economía circular debe ser justa e inclusiva.
Los organismos señalan que este informe ha puesto de manifiesto la existencia de numerosas oportunidades para mejorar la sostenibilidad socioeconómica y ecológica en la región. Además, de que es necesario modificar los patrones de consumo en los países de ingreso alto, favoreciendo bienes y servicios que sean menos intensos en materiales y carbono. Aseguran que la colaboración internacional será clave para alcanzar este objetivo.
De igual forma, afirman en que es necesario reformar el comercio internacional y la arquitectura financiera para aumentar masivamente la financiación climática, incentivar las inversiones verdes y el intercambio de tecnologías y conocimiento para permitir una mejor gestión de los ecosistemas de la región y optimizar los resultados socioeconómicos.