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Panamá tiene las condiciones para ser el primer país de la región en erradicar el trabajo infantil, asegura experta
- 28/07/2023 00:00
- 28/07/2023 00:00
Contar con un marco legal “robusto” en materia de leyes públicas como en compromisos internacionales, hace que Panamá tenga las condiciones para ser el primer país de la región que puede erradicar el trabajo infantil, aseguró Marisol Linero Blanco, especialista en derecho del trabajo y trabajo infantil.
Desde 1972 con la creación de la Constitución, dijo Linero, se prohibió el trabajo infantil en menores de 14 años. Mientras que el Código de Trabajo fue actualizado en materia de protección para la niñez y los adolescentes, permitiendo que este último grupo pueda trabajar, pero bajo un permiso de trabajo otorgado por la Dirección contra la erradicación del Trabajo infantil del Ministerio de Desarrollo Laboral.
Mencionó que actualmente existe el Comité para la erradicación del trabajo infantil que es presidido por el Despacho de la Primera Dama, con la participación de empleadores, trabajadores y sociedad civil.
Hace más de un año, recordó, se puso en marcha la Ley que crea el Sistema de Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia.
Así mismo, contó que el país ha sido signatario de dos convenios de la Organización Internacional del Trabajo, como el 738, que establece la edad mínima del acceso al empleo y el convenio 182 que habla de las peores formas de trabajo infantil. De igual manera, apoyó la declaración mundial de los Derechos Humanos y la convención sobre los Derechos del Niño.
Como muestra de avances, la especialista destacó que el país ha logrado erradicar el trabajo infantil en sectores como la producción de caña de azúcar y el turismo, donde incluso se daban” casos de explotación sexual de niños, niñas y adolescentes”. Sin embargo, reconoció que se sigue teniendo algunos sectores con cierta incidencia.
¿Cuáles son los desafíos? Según Linero, Panamá debe pasar del querer al hacer, es decir, establecer en la práctica todas sus políticas y compromisos internacionales asumidos, buscar los presupuestos y trabajar de manera conjunta con la sociedad civil, ya que erradicar el trabajo infantil “es un compromiso de todos”.
“Las leyes las tenemos y las condiciones. A lo mejor no tenemos los presupuestos, pero necesitamos trabajar articuladamente para lograr esa meta de ser el primer país de la región en erradicar el trabajo infantil, en cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por supuesto, que todos repudiamos el trabajo infantil, porque quién quiere ver a un niño explotado, cuando todos desean verlo en la escuela, feliz, jugando y saludable. Debemos pasar de ese querer al hacer”, puntualizó.
Hasta el momento, los casos de trabajo infantil en Panamá podrían oscilar aproximadamente entre los 3.000 y 3.500 en lo que va de 2023, según estimaciones dadas por Roderick Chaverri, director de la dirección Contra el Trabajo Infantil y Protección de la Persona Adolescente Trabajadora (Diretipat).
Las cifras todavía se manejan de manera preliminar, ya que desde el 2016 no se tiene data actualizada de la encuesta de trabajo infantil por falta de fondos. El Mitradel informó que necesitan $550.000 para volver a hacer la encuesta. Por el momento, indicaron que han realizado conversaciones con el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea.
Desde el 2016 se calcularon 23.835 menores en condición de trabajo infantil. El Mitradel defendió que si se comparan esos resultados con la primera encuesta del 2010, donde había 96.00, se visualiza una reducción de más del 10%.
Al respecto, Linero señaló que con estas cifras se demuestra la erradicación que logró Panamá para que esos niños, niñas y adolescentes pudieran regresar a las escuelas.
Sin embargo, tras el paso de la pandemia del coronavirus que aumentó el trabajo infantil en Panamá, tras la crisis económica y el cierre de las escuelas, Linero ve necesario actualizar la encuesta para conocer el panorama actual del trabajo infantil y sus nuevas aristas postpandemia.
“De esta forma se crearían planes actualizados que incluyan los efectos que dejó la pandemia. Hoy por hoy tenemos que plantear las nuevas caracterizaciones del niño que trabaja en zonas urbanas, rurales o que tiene una connotación indígena. También tenemos que hablar de niños trabajadores que tienen discapacidad, son migrantes o refugiados”, manifestó Linero.
Sobre los niños migrantes, explicó que la crisis migratoria que vive la zona de Darién ha presentado un aumento de menores no acompañados que suma más riesgos en el trabajo infantil. Advirtió que “al no llegar a Estados Unidos, probablemente muchos se quedarán en los países de tránsito trabajando para poder cubrir sus propias necesidades o siendo explotados por un tercero, tanto [en lo] laboral como sexual”.
Con todas estas aristas, Linero señaló que se debe seguir trabajando de forma conjunta para visibilizar el problema, pero sobre todo que las personas se animen a denunciar para que las autoridades puedan hacer efectiva las sanciones.
“Como país hemos tenido un bajón en la sensibilización producto de la crisis económica y la pandemia, ya que todos los esfuerzos fueron enfocados en lograr un país sin covid-19 y un crecimiento económico. Sin embargo, no vamos a lograr un crecimiento económico sin erradicar el trabajo infantil”, subrayó la especialista.
“Recordemos que siempre decimos que los niños son el futuro, pero si no trabajamos en que ellos tengan un presente donde asisten a la escuela, entonces, no podemos tener futuro como país porque justamente en esos niños están los nuevos gobernantes, empresarios y trabajadores”, añadió.