Etiquetado frontal de los alimentos, el derecho del consumidor a la información

Actualizado
  • 26/10/2022 00:00
Creado
  • 26/10/2022 00:00
Mientras que la herramienta ya se está implementando en varios de países de América, en Panamá un proyecto de ley afín, desde inicios de año se encuentra en la Asamblea y solo ha prosperado hasta segundo debate

El etiquetado frontal de advertencia nutricional consiste en una serie de sellos de advertencia que indican si los productos contienen excesiva cantidad de azúcar, grasas y sal.  El identificar fácilmente estos sellos le permite al consumidor tener el derecho de saber qué está ingiriendo u ofreciendo a los miembros de su familia. Algunos países del continente ya lo están  implementado, de forma exitosa.

Argentina, por ejemplo, hace unas semanas se sumó a  países como: Brasil, Chile, Ecuador, Perú, México, Colombia y Uruguay, donde por disposición de las empresas ahora tienen que comercializar sus productos con etiquetas en la parte delantera del envase, que le indique a los consumidores las cantidades de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio que estarían consumiendo.

El etiquetado frontal de advertencia es una herramienta educativa que ya se está impulsando en varios países de América, debido al resultados positivo que ha mostrado. Así,  Guatemala, El Salvador, Costa Rica, República Dominicana  y Panamá también  han expresado interés en promover  iniciativas afines.

En Panamá, por ejemplo,  a inicios del 2022, la diputada suplente Yaidelis González Fuentes, presentó ante la Asamblea Nacional el proyecto de ley 265 sobre “Etiquetado Frontal de Advertencia Nutricional”, se creó una comisión, pero solo ha prosperado hasta segundo debate.

Mientras que a nivel de Centroamérica, el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana presentó una propuesta de Reglamento Técnico Centroamericano de Etiquetado Frontal de Advertencia Nutricional.

Una investigación científica,  elaborada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Movimiento de Alimentación Saludable de Panamá, publicada a finales de septiembre pasado,  de hecho confirma que el sistema de etiquetado frontal de advertencias con el sello octagonal de advertencia, o etiquetado frontal de advertencia nutricional es "el más efectivo frente a los de cantidades diarias orientativas".

Los niños y adolescentes en edad escolar se ven expuestos a diario a consumir alimentos y bebidas sin etiquetado frontal de advertencia.

“El etiquetado frontal es fundamentalmente importante. Es una herramienta completa de advertencia  nutricional, es el derecho del consumidor de ser informado de lo que están consumiendo, para así  tomar las decisiones apropiadas para cuidar su salud y la de sus familias”, afirmó el coordinador subregional de FAO para Mesoamérica, Adoniram Sanches Peraci, en una reciente entrevista con La Estrella de Panamá.

Hace unas semanas, en el marco de la presentación del estudio, la viceministra de Salud, Ivette Berrío,  calificó el etiquetado frontal de advertencia como algo efectivo para identificar las características de los productos que puedan impactar de forma negativa  la salud de la población.

En ese sentido, expresó que "el Minsa ha trabajado y apoyado herramientas que permiten al consumidor conocer lo que consume, la calidad de los alimentos y el contenido para poder identificar las características que puedan impactar negativamente la salud".

El derecho a conocer lo que se compra para comer

Según Sanches,  la literatura de la mala nutrición en la región es un tema resiente,  y como  tiene menos experiencia   hay una carencia en materia de normativas y leyes  para informan al consumidor.

"En el sistema agroalimentario la punta final es el consumidor porque es el que compra, pero hay una falencia (en la región), una carencia gigantesca hacia el consumidor en muchos temas de regulación", apuntó el regional de la FAO.

Sanches insistió en que "este es un tema de regulación, de derecho del consumidor de estar informado, de saber la información correcta sobre lo que está comprando y de lo que está comiendo". 

"Muchas veces  lo que está en los productos, sobre todo en la parte de líquidos,  de jugos de concentrado, una caja típica que tiene una naranja bonita  afuera, no tienen nada de jugo de naranja, sino muchas veces agua azucarada con vitamina C", lamentó. 

Citó, como ejemplo,  lo que se logró con el tabaco, en cuya cajetilla, además, de la marca  que aparece en la parte frontal, proporciona información de  los riesgos a la salud (impotencia sexual, enfermedades respiratoria, etc.) para que su  "compra sea reservada".

Indicó que la tendencia es que ese sistema de regulación  también se aplique a los productos procesados, que indique al consumidor  si ese producto es alto en grasa, sal  o azúcar. 

Propuesta panameña engavetada

El regional de la FAO destacó que el proyecto de ley de etiquetado frontal en los envases que está en discusión en Panamá y  ya pasó por dos debates,  es "bastante parecido" a la reglamentación de otros países, por lo que espera que pueda tener una buena discusión pública y ser aprobado. 

Advirtió que de no tomar las  medidas pertinentes en esta materia "esa cuenta va a caer en el futuro,  en el sistema público de salud sobre todo", al tiempo que reconoció que "hay mucha resistencia en el sector privado, que dice que hay que cambiar la tecnología, cambiar la forma de producir, porque no tienen tecnología suficiente para producir azúcar, la sal o la grasa".

Algo que desde la organización de las Naciones Unidas,  comentó  han visto "no es cierto", porque en Chile, por ejemplo, "el sector privado ajustó  las tecnologías y al mercado  y ninguna empresa cerró  por cuenta de ese proyecto", remarcó Sanches

Importancia del etiquetado frontal de advertencia

La propuesta del etiquetado frontal cobra especial relevancia en estos momentos en que las últimas cifras de la FAO indican que, en Panamá, más del 71% de la población adulta se encuentra en sobrepeso, y el 33% es obesa, debido a los cambios importantes en los patrones alimentarios de las poblaciones.

El elevado consumo de productos procesados y ultra procesados con contenidos de nutrientes críticos como los azúcares agregados, las grasas saturadas y el sodio, se asocia, además, a enfermedades no transmisibles como: sobrepeso u obesidad,  diabetes, hipertensión arterial, y  enfermedades vasculares, cardíacas, cerebrales y renales, así como  varios tipos de cáncer relacionados con la obesidad y con la mala alimentación.

"La alimentación y la obesidad es un megaproblema. Como Panamá tiene  una economía abierta como Chile y  México, tiene el 72% de sobrepeso (68% hace dos años atrás). En el sobrepeso se considera también la obesidad, que está con 33% en las cifras más recientes comparado con el 29% de hace dos años atrás", alertó Sanches, a quien le "impresiona la velocidad" conque esos números han aumentado.

Para Sanches, el tema de "la obesidad es más preocupante  porque aquí está  vinculado el problema de la diabetes, las enfermedades cardiovasculares,  y todo lo que afecta el sistema circulatorio, por la mala alimentación rica en grasas, sal y azúcares". Añadió que estas enfermedades están asociadas con el modo de vida y que "no" es un fenómeno solo de la clase alta o media

La representante de la OPS/OMS en Panamá,  Ana Rivière Cinnamond, por su parte, subrayó que las enfermedades no transmisibles y sus factores de riesgo son las principales causas de muerte en el mundo, siendo las enfermedades cardiovasculares las que ocupan el primer lugar.

Por consiguiente, abogó porque es importante adoptar políticas de salud y alimentación basadas en evidencia que promuevan entornos saludables, como lo son las medidas regulatorias de etiquetado frontal de advertencia nutricional con los sellos octagonales sobre el contenido de azúcares, sodio, grasas y grasas trans, la cual está siendo aplicada por varios países en las Américas, siguiendo el modelo de perfil de nutrientes de la OPS.

El etiquetado frontal se perfila como la mejor opción para que ser incluido en la legislación panameña y en la reglamentación en Centroamericana, para orientar en la toma de decisiones en políticas públicas dirigidas a establecer ambientes alimentarios más saludables, y a prevenir las enfermedades no transmisibles asociadas a la mala alimentación en Panamá.

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