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Cepal: Financiamiento concesional es crucial para enfrentar la crisis de la covid-19
- 13/07/2020 12:29
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La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, dijo que los países de América Latina y el Caribe están sufriendo los impactos de la crisis de la covid-19 a través de cinco canales: una caída del comercio con sus principales socios comerciales, menores precios de los productos básicos (commodities), la interrupción de las cadenas globales de valor, una menor demanda de servicios turísticos, y una disminución de las remesas.
En ese contexto, destacó que el apoyo financiero concesional a los países del Caribe es “imperativo” en respuesta a la crisis desatada por la enfermedad del coronavirus (COVID-19) y enfrentar las vulnerabilidades económicas y climáticas que los afectan”.
Sin embargo, hay países, especialmente del Caribe, que no tienen apoyo financiero concesional y la Ayuda Oficial para el Desarrollo (ODA, por sus siglas en inglés) que reciben es muy baja. “El apoyo financiero concesional (al Caribe) es un imperativo, independiente de que sean considerados como países de renta media”, recalcó la secretaria del organismo en el marco de la sesión especial virtual del Foro Político de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, realizado el pasado 8 de julio.
Durante la reunión, Barcena expresó que, en particular, las naciones del Caribe enfrentan tres vulnerabilidades importantes actualmente: caída de las visitas por turismo que se calcula estará entre 57% y 75% en 2020, lo que traería consigo una pérdida de ingresos que va desde los $$22,000 a $28,000 millones.
Señaló que la región presenta, además, una alta exposición al cambio climático, que se manifiesta en 400 desastres naturales ocurridos entre 1990 y 2019, el 9.4% de los cuales fueron causados por fenómenos hidroclimáticos -y se prevé que el año 2020 será muy activo con una estimación de 16 tormentas con nombre-.
Así como también un alto nivel de endeudamiento público. Se estima que países de la región tienen una relación deuda/PIB superior al umbral de sostenibilidad del 60%, y tres de ellos se acercan o superan el 100% de su PIB.
“El alto servicio de la deuda en los países del Caribe limita su espacio fiscal para responder a la crisis la coivd-19”, enfatizó la alta funcionaria de las Naciones Unidas durante el foro.
Actualmente están gastando $$1.200 millones para responder a la pandemia, pero el servicio de la deuda es muy alto, entre el 30% y 70% de sus ingresos, lo que pone una gran presión sobre su espacio fiscal, agregó Bárcena.
En este ámbito, explicó que la CEPAL propone cinco recomendaciones muy concretas: la iniciativa de alivio de la deuda mediante un canje de deuda por adaptación al cambio climático, que incluye la creación de un fondo de resiliencia; la paralización del servicio de la deuda y un cambio en los criterios de eligibilidad de las instituciones financieras internacionales (IFIs) para el otorgamiento de financiamiento concesional; bonos de contingencia, en especial con cláusulas sobre los huracanes; bonos verdes y azules; y el apoyo a la liquidez mediante la emisión de derechos especiales de giro.
“Hay signos de preocupación a 10 años del cumplimiento de la Agenda 2030 y la Trayectoria de Samoa. No vamos a lograr el objetivo de reducción de la pobreza, tampoco la totalidad del empoderamiento de las mujeres, de la seguridad alimentaria, el desempleo y el fortalecimiento de la salud y el saneamiento. Por eso el financiamiento concesional es un deber”, declaró Bárcena.
“En la CEPAL llevamos adelante nuestra estrategia de ‘el Caribe primero’ como prioridad. Estamos totalmente preparados para apoyar a los países del Caribe en la promoción de una iniciativa de alivio de la deuda. Abogaremos por una reducción y eliminación de la deuda, independiente del estatus de ingreso que tengan los países”, destacó.
Bárcena también insistió en la necesidad de abrir espacios políticos a nivel internacional para que las voces de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEIDs) sean escuchadas.
“Necesitamos que el G-20 vaya más allá y no solo considere los desafíos de los países de ingresos bajos, sino también los de los países de ingresos medios, especialmente los PEIDs”, puntualizó.