¡Repensando a Maslow!: Reconstruir requiere solidaridad, experiencia, confianza y creatividad

Actualizado
  • 23/03/2020 17:00
Creado
  • 23/03/2020 17:00
Es la hora del aprendizaje colectivo, de poner en práctica todos los preceptos que abarcan desde los Derechos Humanos, hasta los Objetivos de Desarrollo Sostenible

La habilidad que nos permitirá recuperarnos social y económicamente del COVID-19 es la resiliencia. Pero la resiliencia en esta ocasión debe estar impregnada de cuatro condiciones muy importantes: la experiencia, la solidaridad, la confianza y la creatividad.

Es propicio rescatar la frase de Paulo Freire: “No hay nadie que lo sepa todo, ni nadie que no sepa nada”. Todos tenemos mucho que aportar, independientemente de nuestro nivel educativo, edad o especialidad, porque en estos asuntos de coexistencia pesa más la inteligencia emocional que la intelectual. Los padres de familia son pieza clave para reforzar valores de convivencia, el agricultor las mejores prácticas para el cultivo, el mecánico su conocimiento en reparaciones, el emprendedor su energía para la atención de nuevos nichos de negocio, los sociólogos en la comprensión del impacto de este cambio, los psicólogos en herramientas para el manejo de las expectativas, el empresario su capacidad de generar empleo, y así es infinito el valor que necesitamos que cada persona aporte.

Todos somos parte de un entorno que hoy más que nunca necesita de cada uno de nosotros para recuperarse y fortalecerse, basado en unos valores que nos permitirán mejorar como sociedad: La Solidaridad es hoy la base sobre la que debemos reconstruir. Hay una frase muy cliché que dice que las crisis son oportunidades, y en este caso el COVID-19 nos brinda la oportunidad de rescatar cosas muy importantes para todas las personas, empresas y sociedad en su conjunto.

La confianza es la principal razón por la que se toman las decisiones en la vida. Rescatemos la confianza en nosotros, en la economía, en el país como base para repensar las relaciones entre los diferentes actores sociales, atraer inversiones, dar espacio a nuevos negocios ajustados a las necesidades sociales, y tener así el cambio que debemos dar al sistema en favor del desarrollo.

Es la hora del aprendizaje colectivo, de poner en práctica todos los preceptos que abarcan desde los Derechos Humanos, hasta los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Nos sobran diagnósticos y estamos cargados de buenas intenciones, tenemos pendiente ahora la materialización de esas buenas intenciones. El virus nos ha enseñado que, aun guardando distancias físicas, debemos estar conscientes de nuestro impacto sobre el otro.

En esta fase no está permitida la indiferencia, ni el individualismo, ni el egoísmo, mucho menos la avaricia. Quizás muchos nos hemos equivocado en el pasado y nos engolosinamos con el éxito o la satisfacción de intereses personales que nos cegaron ante las necesidades del entorno. Hoy la realidad es otra y si queremos tener un futuro, un mercado, una comunidad donde desarrollarnos y convivir en armonía, debemos mirar a los lados y poner a la orden de la comunidad, la sociedad y el entorno nuestra experiencia y nuestra solidaridad.

Esta situación es inédita y la fase de recuperación global, nacional y personal lo será de igual manera. Por eso, la creatividad entendida como la capacidad de buscar soluciones y aproximaciones diferentes a los retos planteados, es fundamental. Esta crisis nos impulsa a un reseteo mental para reinventarnos como sociedad.

La participación ciudadana, la rendición de cuentas, el aprendizaje derivado de los errores, la aceptación de las diferencias, el respeto y la transparencia son solo el inicio de la lista de conductas que debemos rescatar en la fase de recuperación social y económica que se nos presenta como el gran reto.

En estos tiempos donde la realidad supera con creces la ficción, nos podemos permitir ser irreverentes y cometer la osadía de cuestionar preceptos como el que llevó a Maslow a coronar su famosa pirámide, porque en este momento la autorrealización no debería ser la meta última de nuestra especie, la capacidad para coexistir quizás deba ser la nueva cúspide.

COVID-19 nos demostró lo vulnerables que somos, lo poco preparados que estamos y lo mucho que nos necesitamos en un mundo globalizado. Diseñemos de manera innovadora y desde los valores esenciales, acciones que nos permitan cerrar brechas y crecer juntos, rescatando lo mejor de cada uno.

*Lucía Freites

Gerentes de Asuntos Corporativos de Banesco Panamá

*Paulina Rodríguez W.

Partner KOMUNIKA LATAM

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