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- 03/02/2020 00:00
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El equipo de investigación a nivel regional de IBI Consultants, empresa que asesora a diferentes estamentos de seguridad del Gobierno de Estados Unidos, ha detectado en los últimos meses una “tolerancia y falta de voluntad del gobierno panameño de ir tras el dinero ilícito procedente de Venezuela”.
El especialista y visitante sénior en el Centro de Operaciones Complejas de la Universidad de Defensa Nacional en Estados Unidos habló con La Estrella de Panamá en una reciente visita que hizo al país y añadió que en los estudios realizados por la consultora han notado un desinterés del gobierno “en investigar a ciertos bancos radicados en Panamá a los que se les ha detectado lavado de dinero, con una alta tolerancia para aceptar dinero de proveniencia dudosa sin hacer el mayor esfuerzo de consultar los orígenes”.
Una aseveración que parece contrastar con los controles que ha impuesto el sistema financiero de Panamá para prevenir y contrarrestar el blanqueo de capitales, uno de los impedimentos a los que se enfrenta Panamá a la hora de intentar salir de las listas grises internacionales.
El tema fue consultado con el equipo de comunicación de la Superintendencia de Bancos, presidida por Amauri Castillo, a quien se le envió puntualmente la información para conocer su opinión. No obstante, luego de varios días y llamadas, la entidad fue hermética, no respondió el correo y no quiso ofrecer una versión en las llamadas.
Actualmente, quien se disponga a abrir una cuenta bancaria en Panamá forzosamente se verá sometido a un extenso interrogatorio sobre el origen de su dinero.
No obstante, es posible que la verificación de origen de fondos se haga de manera laxa, o que no se haga una segunda verificación independiente por parte del banco. “Todo depende de la profundidad de la debida diligencia, si aparece en las distintas listas en las que deben revisar los bancos, como las sanciones contra el terrorismo, o las empresas que aparecen en lista Clinton, por ejemplo.
En ocasiones la persona o empresa no aparece y podría pasar el filtro”, indicó Carlos Barsallo, presidente de la Junta Directiva de Transparencia Internacional.
El presidente de IBI Consultants, Douglas Farah, insistió que “no” ha visto que el sector bancario “se haya interesado en depurar la situación”. Al contrario —dijo— se ve un flujo a Panamá de mucho dinero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y mucho dinero del régimen venezolano de Nicolás Maduro, y eso preocupa, porque varias organizaciones criminales que hemos estado analizando, en los últimos seis meses, han trasladado a mucho de su personal a Panamá, y esto ocurre cuando se sienten seguros”.
“Entonces creo que estamos en un momento en que están entrando los bancos chinos muy fuerte, sin una regulación. Están ingresando las empresas rusas de petróleo acá. Creo que hay más espacio para mover dinero sin ser controlado y menos vigilancia de los esfuerzos internacionales en Panamá”, apuntó Farah.
A lo anterior hay que sumar un dato importante. Según el especialista en seguridad, el tema de migración ha copado la agenda de Estados Unidos y se ha disminuido la participación en otros programas de cooperación internacional en Panamá. Detalló que no se trata de un problema del Istmo como tal, sino de asuntos internos de estos países que tienen su atención centrada en otros temas.
Una circunstancia que pinta a una América Latina “desatendida por Estados Unidos”, situación que calificó Farah como “peligrosa”, considerando que al mismo tiempo en la región toma auge una ola populista en diferentes países, tanto de derecha como de izquierda, además de la presión en que se encuentran otras naciones democráticas por las exigencias ciudadanas, como Chile.
El presidente ejecutivo de la Asociación Bancaria de Panamá, Carlos Berguido, consideró que los bancos panameños gozan de una muy buena salud. Admite que el sistema no es infalible, pero sobre el tema concreto de Venezuela, expresó que el banco que se involucre en “recibir fondos de Venezuela, un país exportador de petróleo, o de cualquier país, que sean de un origen ilícito, arriesga su corresponsalía”.
Por ejemplo —observó— si alguien está robando plata de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), o de alguna otra institución de cualquier país, es un delito de corrupción. “Es precedente al delito de blanqueo de capitales, y probablemente está poniendo en juego la cárcel de alguien”, aseveró Berguido. Enseguida añadió que los bancos panameños efectúan un monitoreo constante de las cuentas, el perfil que sea declarado al momento de su apertura, y cualquier señal que alerte algo “fuera de lo normal”, el banco tiene el deber de reportarlo a la Unidad de Análisis Financiero.
“Ahora bien, no todos los que trabajan en la banca, aquí o en cualquier parte del mundo, son honestos, pero eso se combate a diario”, zanjó Berguido.
Otro factor que puede contribuir a lo dicho por Farah sobre el flujo de procedencia bolivariana es que Nicolás Maduro continúa en el poder a pesar de la presión internacional y la interna que ejerce la facción opositora liderada por Juan Guaidó. Por tanto, es con Maduro con quien las empresas hacen negocios, lícitos o no, pero su permanencia en el poder no parece tambalearse a corto plazo.
De tal manera que existe “la idea de que si van a estar ahí, por un tiempo indeterminado aún, es necesario negociar con ellos porque son los que mandan. Los bancos y los que compran petróleo temían que en un momento iba a caer, pero se dan cuenta que siguen instalados en el poder y no les queda otro remedio que negociar con el régimen”, señaló Farah.
Las denuncias sobre el contrabando del crudo proveniente de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) son cada vez más detalladas, identifican origen de empresas y sitios donde se realiza la ilicitud. El diario El Nacional de ese país publicó recientemente el artículo “Sepa cómo Pdvsa usa buques fantasmas para contrabandear petróleo” en el que explica cómo PDVSA se relaciona con empresas contrabandistas de Aruba, Curazao, Trinidad, Colombia, Brasil, Rusia, Singapur, India, China, Malasia, República Dominicana, Georgia y España. Así lo recogió el diario de boca de Iván Freites, secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros, quien denunció que la empresa petrolera venezolana está “convertida en una empresa contrabandista y las autoridades de la petrolera están muy involucradas con bandas internacionales, no solo los funcionarios venezolanos están involucrados, incluyendo militares, sino empresas de esos países”.
Entre los puntos que supuestamente arriban los buques con la gasolina, se cita a Panamá.
Las sanciones de Estados Unidos impiden al régimen de Maduro vender el petróleo libremente, por lo que diseña estrategias para contrabandear gasolina y hacer trueques a nivel internacional. Es decir, explicó Freites, “cambian gasolina por crudo, un millón de barriles de crudo merey 16, lo cambian por 200 mil barriles de gasolina”, ilustró el sindicalista.
La cantidad que se troca en contrabando, según estimaciones que hace el diario venezolano, es de 140 mil barriles por día, tomando en cuenta que Venezuela importa un promedio de 170 mil barriles al día, 30 mil quedan en el mercado interno, y el resto para contrabando.
El diario describe que el régimen de Nicolás Maduro usa buques fantasmas para hacer transferencia en alta mar de barco a barco. Apagan los radares, cambian el nombre de los barcos y salen con banderas abajo, cita el rotativo.
“Todos los días salen buques y tienen las banderas abajo. Hay buques que aparecen registrados en Aruba y resulta que están aquí en el Centro Refinación Paraguaná. Hay barcos que se supone que están en Trinidad y resulta que están en Jose”, denunció Freites al rotativo venezolano.