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- 06/01/2025 00:00
- 05/01/2025 18:07
Rodrigo Merón se caracterizó en su época como pelotero por ser agresivo, pimentoso, con una defensa excepcional y un bateador de imparables por excelencia, y fue por ello que se mantuvo por más de diez años como el camarero de la selección nacional.
Esas son las características que le ha impregnado a los Azucareros de Coclé, a quienes no solo llevó al título juvenil la pasada temporada sino que los convirtió en una novena de las más competitiva de los últimos cinco años.
En efecto, desde que tomó las rienda de los coclesanos, estos han sido campeones en 2021 y 2024, y disputaron la final frente a Herrera en 2020 y ante los Vaqueros del Oeste en 2023.
En el 2022 llegaron hasta la serie de Ocho.
Nada es casualidad.
Coclé cuenta con uno de los mejores trabajos provinciales en las categorías menores, que los ha llevado a conquistar varios títulos nacionales en los últimos años, siendo dirigidos por técnicos oriundos de esa provincia.
Es decir, que frente al gran trabajo que ha realizado Merón desde que tomó las riendas de la novena en 2020, se le agrega la gran camada que se ha preparado en las divisiones inferiores.
Además, se une el hecho de que si bien el técnico capitalino comenzó su carrera como mánager en la categoría mayor, sus primeros pininos los hizo trabajando con los pequeñines de su comunidad.
Así es. Una vez se retiró de la pelota nacional a principios de la segunda década del nuevo siglo, Merón comenzó a trabajar de lleno en su escuelita particular en la capital.
Ha probado ser un técnico exitoso, lo comprueba el hecho de que es uno de los máximos ganadores en la categoría mayor, y el título que obtuvo con la novena de Panamá Metro en 2016.
Sin embargo, su inclinación por las categorías menores ha sido desde siempre, por lo que su llegada a los campos de entrenamientos coclesanos ha traído grandes satisfacciones.
“Los jóvenes son más atentos a las indicaciones que los mayores que, en ocasiones, piensan que saben más que los dirigentes e inclusive (los juveniles) aun juegan por su provincia y por su camisa”, reflexionó Merón conversando con La Estrella.
Si bien para la campaña 2025 están entre los máximos favoritos para alzarse con el trofeo ‘Caja de Ahorros’, el técnico se muestra prudente sobre ese favoritismo.
“Sí, repiten 15 jugadores (pero) eso no es garantía de ir a otra final”, sostuvo.
“Lo cierto es que física y tácticamente están muchísimo mejor que el torneo pasado”, afirmó con convicción.
Menciona entre las figuras que tiene en su novena campeona a Aníbal Sánchez, David Sherley y Yamir Mendieta.
“No son los mismos del campeonato pasado. Esperamos muchísimo de ellos”, indicó.
El periodista José Pineda, de la Fedebeis, en sus estupendo artículos sobre los equipos que intervendrán, menciona a los coclesanos Dereck Gómez, José Bernal y Ricardo Acosta.
Sobre ellos indica que: “Gómez es quizás el lanzador más intimidante de los últimos años, con marca de 18-4 en su recorrido de cuatro campañas por la pelota juvenil y apuntando a su quinto año seguido”.
“También estarán el receptor José Bernal, seleccionado el más valioso de 2024, y la segunda base Ricardo Acosta, selección nacional U18”, matizó.
Rodrigo Merón alcanzó sus cien primeros triunfos precisamente la temporada pasada y se colocó entre los cuatro primeros directores en lograrlo en esa categoría.
El 1 de febrero en el inicio de la serie de Ocho del torneo juvenil 2024, Coclé obtuvo una victoria sobre Chiriquí de 9 carreras por 7 y con ello, alcanzó la cifra mágica.
Una cifra a las que muy pocos técnicos han llegado. Un poco antes que él, lo hicieron Cristóbal Girón, Alberto Macré y el cubano Israel Martínez.
Según el periodista y estadístico de la pelota nacional, José Otero, el hoy mánager de los Vaqueros del Oeste, Cristóbal Girón es el máximo ganador con 219 victorias, luego está el chiricano Alberto Macré con 170, le sigue Martínez con 168 y Merón con 111 triunfos.
Un detalle interesante es que estos mismos cuatro estrategas son los líderes, en cuanto a victorias se refiere, con 100 o más, combinando los nacionales de la pelota juvenil y mayor.
A propósito de la categoría mayor, Merón trabajó con los Vaqueros en los años 2012 y 2013, dos años después llevó a Coclé hasta la serie semifinal, y entre 2016 y 2018 estuvo con Panamá Metro, con quienes conquistó el pendón en el primer año.
Llegó a la categoría mayor en 1980, tras dos exitosos años como pelotero juvenil, donde se dio a conocer como un excelente bateador de incogibles.
Es importante destacar que, además de Panamá Metro, vistió la camiseta de Colón y Darién, siempre con José Murillo padre como mánager.
A lo largo de su carrera se constituyó en uno de los bateadores más consistentes y uno de los primeros en batear 500 imparables, en una época en la que esa cifra era la más codiciada por los peloteros locales.
Merón fue el tercer pelotero en llegar a la marca, luego de lo que hicieran Eric Espino en 1992 y Tomás Simití en 1995. Ese mismo año de 1995 lo alcanzó Merón, solo que Simití lo hizo el 11 de febrero y éste, el 6 de abril.
“Merón llegó a la cifra mágica, cuando le conectó un triple en la quinta entrada al derecho herrerano Edis González, en el estadio capitalino de Cabo Verde”, detallo en mi libro ‘Los Nacionales de Béisbol Mayor y sus 80 años de Historia (1944-2023)’, editado este año.
El metropolitano siguió su carrera y dando quehacer a los lanzadores contrarios, lo que lo llevó en algún momento a tener la posibilidad de ser el primero en la historia en batear 600 inatrapables.
Sin embargo, fue Simití quien se llevó los honores después de una encarnizada lucha en un primer año con Merón, como cito en mi obra.
“Simití fue el primero en batear los 600 incogibles, el 15 de marzo de 1997 tras 19 temporadas, mientras que Merón llegó a esa cifra el 22 de febrero de 1999 y culminó su carrera con un total de 628”, apunto.
Una anécdota interesante sobre esta lucha por ser el primero en llegar a los 600 incogibles, nos contó el propio Simití en una entrevista que le hiciéramos el año pasado para La Estrella de Panamá.
“No se me olvida que cuando estábamos en los 500 y pico de imparables, la fanaticada en el Juan Demóstenes me hizo bullying. Esa noche, Merón bateó de 4-3 y quedó a tres hits de empatarme, no recuerdo a qué cantidad”, dijo.
“Al término del partido, el anunciador informó que me había ido en blanco en tres turnos, y todo el estadio estalló en un bullón (...)”, ahondó.
Así de competitiva fue la vida deportiva del exsegundo saquista metropolitano, y de esta misma forma lleva a sus equipos a los torneos nacionales.