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La provincia de Colón y su osadía de hacer deporte
- 27/02/2023 00:00
- 27/02/2023 00:00
Colón y deportes parecieran ser palabras sinónimas, pero son sujeto y sustantivo.
Realmente parecieran una sola y si conocieran la historia deportiva de la provincia caribeña, estarían de acuerdo.
Colón nació como ciudad, distrito y provincia y se convirtió en el mayor socio comercial del Estado panameño.
La historia colonial, que nos lleva a las ferias de Nombre de Dios y Portobelo, y luego la republicana, con la construcción del ferrocarril y el canal interoceánico, así lo corroboran.
Colón nació como pueblo y después como ciudad, para convertirse en la más grande expresión deportiva de un país y así lo dictan los hechos.
Sin embargo, como en los cuentos de los prósperos pueblos norteamericanos, que desaparecieron conforme fueron creciendo las ciudades, de igual forma la actividad y el éxito deportivo de Colón.
Ahora, en el primer caso, el desarrollo fue que llevó a la desaparición de los mencionados pueblos, pero en el segundo, fue la insensatez, irresponsabilidad y falta de compromiso de todos los gobiernos de nuestra historia republicana.
Potencialmente es un diamante en bruto. Potencialmente, porque una parte de su juventud está estigmatizada con estereotipos negativos, mientras que la otra busca sacudirse de esa imagen, aunque con muy pocas herramientas para hacerlo.
Esta no es una tesis o un ensayo sobre la ciudad que hoy cumple 171 años de existencia, aunque algunos dicen que fue un 29 de febrero, pero esa es otra historia.
Ésta, es una narración para quienes desconocen su historia deportiva y un recordatorio para quienes cada cinco años, buscan entre sus ruinosos edificios los votos para llegar al poder.
El país aún no se desperezaba completamente de su atadura político-social de Colombia, cuando ya daba sus primeros pasos en materia deportiva, producto de la migración por la construcción del ferrocarril y luego el canal.
Según muestra la historia, el primer deporte en llegar con mucha fuerza fue el béisbol, que penetró en la ciudad de Colón entre los años de 1892 y 1897, cuando ya se hablaba del Aspinwall Baseball Club y el Colon Baseball Club.
Hubo otro deporte que aún se practica en Panamá, pero con muy pocos adeptos, y que tuvo un desarrollo casi que a la par del deporte del bate y la pelota.
Hablamos del cricket, traído por los mercantes británicos a nuestras tierras, pero promocionado y jugado por la comunidad antillana, cuyos ancestros lo habían practicado en sus respectivos países.
El Star & Herald del 17 de septiembre de 1887 habla, en su sección deportiva, de lo popular que se había vuelto el deporte, principalmente porque contaba con diversos campos de juegos que, con el pasar del tiempo, también fueron desapareciendo.
“…El cricket, sin embargo, está tomando el puesto tan entusiastamente ocupado por el baseball hasta ahora (…) y pareciera que el saludable deporte inglés tendrá la vida prestada por un tiempo más”, detalló el diario.
Por otro lado, el investigador capitalino Luis Morales nos habla en su folleto “Origen y Evolución del pugilato en Panamá”, que para los años de 1907 y 1908 la práctica del boxeo era muy común, y hable informó de un pleito por el título pesado del Istmo entre Jack Everhardt y Ben Armstrong, en la Plaza de Toro de Colón.
Colón como ciudad y no como provincia, ha tenido pocos coliseos grandes, y esto, a pesar de que, como dijimos anteriormente, con sus minas, sus centros portuarios y el Canal, es el socio comercial más rentable que tiene el Estado panameño.
Nada de esto ha valido.
Las mayores instalaciones que ha tenido desde siempre, son la Arena de Colón, construida en 1945, y el Estadio Municipal, después llamado 'Mariano Bula', edificado en 1947 casi totalmente de madera.
Es decir, que, dentro de poco, los colonenses celebrarán con bombos, platillos y luciérnagas en el horizonte, el centenario de sus dos 'grandes instalaciones' deportivas.
Ahora, la Arena de Colón está para los tigres, con una estructura endeble y remiendos por doquier, mientras que el estadio aún está en la fase de movimiento de tierra, después de seis años de supuestos trabajos.
En tanto que el otrora estadio de Arco iris (Jaime Vélez) fue deshabilitado totalmente en 2017, hasta que un grupo privado lo remozó y lo convirtió en un decente campo para softbol, aunque sin gradas ni baños.
Pero, ¿quiénes han sido responsable de ello? En primera instancia, los gobiernos de turno, que una y otra vez saquean sus tesoros, luego están los adláteres de estos, revestidos como autoridades locales y, por supuesto, la propia sociedad colonense.
El último gran escenario que se construyó fue el estadio comunal de fútbol y atletismo 'Armando Dely', en los primeros años del siglo XXI para unos dos mil espectadores, pero en realidad, solo caben la mitad.
Aún así, el deportista colonense ha sabido desde siempre sacudirse de esa miasma que lo rodea y ha salido triunfante en las arenas internacionales, tanto, que ha sido el primero en descollar en los deportes individuales.
El primer campeón mundial de boxeo fue Alfonso Téofilo 'Al' Brown, el primer grandes ligas fue Humberto Robinson, y los luchadores Saúl Leslie y Julio Kennion, fueron los primeros campeones mundiales aficionados de Panamá.
El primer campeón olímpico panameño es Irving Saladino, mientras que la primera campeona mundial de boxeo profesional fue Ana Pascal, en tanto que Julio César Dely es considerado el mejor futbolista que ha dado este país.
En realidad, esto es apenas una muestra de la pléyade de atletas dorados que ha dado la Costa Atlántica, para satisfacción de su provincia y el orgullo y buen nombre de todos los panameños.
No obstante, estas muestras son solo meras palabras en los oídos de los gobernantes, que tienen huérfana de instalaciones a una de las ciudades más productivas en materia deportiva del país.
Pero, como en otrora, esto no ha sido óbice para los dirigentes deportivos, diseñados para aguantar agua, sol y lluvias de decepciones por parte de los gobiernos nacionales y locales.
Estos, preocupados por la violencia, la deserción escolar, la desidia y el ocio, entre otros tantos males, buscan alternativas para brindar actividad a los niños, y utilizan el Paseo Marino para organizar partidos de fútbol, básquet, voleibol y cualquier otra actividad.
Sin embargo, lo hacen de manera casi que discreta, ya que temen que las autoridades se enteren y cerquen el área con cintas amarillas, que digan: “Peligro, área dónde se pretendía dar esparcimiento y distracción a los niños. No pasar”.
¿Miento? Así lo han hecho con el Mariano Bula, el Jaime Vélez y el complejo deportivo de Margarita, que entre más destruidos lo mantengan, menor será la posibilidad de que sean utilizados.
Así de peligroso es tratar de hacer deporte en Colón y aún así, sus deportistas sueñan con hacer sentir orgullosa a toda Panamá.