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La llama olímpica comenzará su ruta este marzo, en Japón
- 26/02/2021 00:00
- 26/02/2021 00:00
El comité organizador de los JJOO de Tokio 2020 anunció hoy que el relevo de la antorcha olímpica arrancará como estaba previsto el próximo 25 de marzo en Japón, acompañado de medidas dirigidas a prevenir contagios covid-19.
La ruta de la llama olímpica comenzará dentro de un mes en la prefectura de Fukushima, y durante 121 días recorrerá las otras 46 regiones del archipiélago nipón a manos de los relevistas, según señalaron los responsables de la organización.
Los organizadores pidieron a los ciudadanos nipones que se abstengan de congregarse de forma multitudinaria en las calles al paso del relevo, que será retransmitido por la televisión japonesa y a través de internet.
“Evitar las aglomeraciones multitudinarias en las calles será nuestra máxima prioridad”, dijo el responsable de Tokio 2020 para el relevo de la antorcha, Teruhiko Okada, en una rueda de prensa celebrada este jueves.
Los responsables del relevo podrían llegar a cancelar tramos del mismo en caso de que hubiera una presencia excesiva de público que evitara el distanciamiento físico con vistas a prevenir contagios de coronavirus, añadió Okada.
El recorrido detallado de la antorcha será en principio el mismo que estaba previsto para 2020, con su partida en las instalaciones de entrenamiento de fútbol J-Village en Fukushima y paso por las otras regiones más afectadas por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, además de puntos de interés histórico y cultural de Japón.
La ruta está siendo revisada y será hecha pública el próximo día 2, aunque los tramos de la misma también podrían ser modificados según la situación de los contagios de covid-19 en cada región, explicaron los responsables de Tokio 2020.
Además, todos los corredores participantes en el relevo deberán llevar mascarilla –salvo cuando se pueda garantizar una distancia de seguridad suficiente entre ellos– y vigilar su estado de salud y desinfectarse las manos antes del evento.
En torno a 10,000 corredores participarán en el relevo, aunque esta cifra también podría verse alterada en caso de que algunos mostraran síntomas de covid-19 o dieran positivo en pruebas PCR.
Está previsto que la antorcha llegue el 23 de julio al estadio olímpico de Tokio para encender el pebetero ese día, en la ceremonia de apertura de los juegos.
La llama olímpica llegó el pasado 20 de marzo a Japón procedente de Grecia para iniciar un relevo que estaba inicialmente previsto cinco días más tarde, pero que quedó suspendido con la decisión tomada el 24 del mismo mes de posponer los juegos un año, debido a la crisis sanitaria global.
Desde entonces, la llama ha permanecido en territorio nipón y ha sido expuesta en varios lugares aunque con restricciones debido también a la pandemia, que a su vez ha llevado a las autoridades japonesas a declarar un nuevo estado de emergencia sanitaria en Tokio y otra decena de regiones hasta principios de marzo.
El formato inédito que tendrán los juegos de Tokio empieza a atisbarse en la serie de guías que han publicado los anfitriones durante este mes con las medidas propuestas para proteger la salud de atletas, representantes de federaciones deportivas y comités nacionales y medios acreditados.
Las medidas se resumen en el encierro de los atletas dentro de una “burbuja” anticovid: no podrán abandonar la Villa Olímpica salvo para entrenar y competir, se verán sometidos a un estricto control de sus actividades y a exhaustivos test PCR a su llegada a Japón y durante su estancia.
Los deportistas que den positivo podrán ser aislados en instalaciones designadas por las autoridades gubernamentales japonesas y no podrán competir, mientras que el incumplimiento de las reglas establecidas por la organización podría resultar en la descalificación.
Estas medidas cuentan con “un apoyo y confianza totales” por parte de la familia olímpica, según dijo Christophe Dubi, director ejecutivo de COI, al término de una reunión de coordinación entre organismo y los anfitriones nipones la semana pasada.
Dubi admitió no obstante que aún “hay mucho trabajo que hacer a contrarreloj”, como profundizar en los detalles para cada deporte y cada sede, que se conocerán en versiones posteriores de los manuales.
Tanto el COI como el comité organizador nipón han descartado que la vacunación de los atletas vaya a ser un requisito indispensable para su participación en los juegos, aunque recomiendan encarecidamente que los deportistas se vacunen y tomarán medidas para promoverlo.
Mientras que el Comité Olímpico Internacional señaló que legalmente no es posible obligar a los atletas a inocularse, los anfitriones han señalado que vacunarse es “una contribución a que los juegos se desarrollen de forma segura” y una medida de protección “tanto para los deportistas como para el pueblo japonés”.
Por ahora no está decidido. Los organizadores han insistido en su intención de que así sea aunque con algún tipo de restricciones, mientras que el presidente del COI, Thomas Bach, señaló la necesidad de “ser flexibles” y de estar dispuestos a “hacer sacrificios” para garantizar la seguridad de los juegos.
Las autoridades niponas habrían contemplado la posibilidad de que las competiciones tengan lugar a puerta cerrada, según publicaron los medios locales el mes pasado, cuando se registraban cifras récord de contagios como en otros países.
Actualmente se celebran competiciones en Japón, como las ligas nacionales de fútbol y béisbol, los dos deportes más populares del país, con presencia de público en las gradas aunque con la entrada limitada al 50% del aforo de los estadios.