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Las históricas medallas istmeñas en San Salvador 2023
- 17/07/2023 00:00
- 17/07/2023 00:00
Panamá ha cumplido una de sus mejores faenas en juegos regionales en San Salvador, si lo comparamos a actuaciones anteriores, en las que apenas se pudieron lograr tres primeros lugares.
Efectivamente, la actuación en los Centroamericanos y del Caribe fue un éxito, si nos abocamos a los fríos números de la tabla de medallas.
Alcanzamos más medallas de oro (cinco) desde que se lograra esa misma cantidad en los juegos del 70 en Panamá, y se obtuvo un mayor número de preseas (23) desde Santo Domingo 1974 (24).
No obstante, si en algún momento podría tildarse de histórica e importante nuestra participación, es precisamente por los primeros lugares obtenidos por la equitación, el boxeo, el surf y la gimnasia.
Cada uno de ellos hizo especial su presencia porque alcanzó el oro por primera vez, porque colocó a su deporte en la tabla de medallas en su debut o porque lograba nuevamente el máximo galardón, tras muchos años de intentarlo.
En esta edición de los juegos, más allá de reflejar una mejoría de nuestro deporte como algunos afirman, es la prueba palpable de que las cosas no andan tan bien como se pregona.
De los 85 varones que participaron en El Salvador de un total de 145 atletas, solo siete entraron en el cuadro de medallas, seis ocupando terceros lugares.
Como se diría en el fútbol, lo actuado en San Salvador suena a un 'marcador mentiroso'.
Si ningún tipo de dudas, el salto ecuestre tuvo la mejor presentación desde que participara en los juegos Centroamericanos y del Caribe de Panamá, en 1938.
Victoria Heurtematte, haciendo binomio con el ejemplar 'Scarlett du Sart Z', ganó medalla de oro en Velocidad y plata en Overall, en el marco de los Centroamericanos y del Caribe.
La equitación ha obtenido triunfos en Centroamericanos e inclusive destacadas actuaciones en juegos Olímpicos de la Juventud, pero hasta ahora no había podido llegar nuevamente al podio de esta competencia.
La primera vez se registró en los juegos de 1938, cuando el abuelo de Victoria, Roberto Heurtematte, se convirtió en la figura principal y se ubicó entre los mayores ganadores de medallas con tres de oro, una de plata y otra de bronce.
En esa oportunidad, ganó oro y bronce individual en Adiestramiento y Salto de Obstáculos; y dos de oro y plata por equipos, en las modalidades de Clasificación, Adiestramiento y Salto de Obstáculos, respectivamente.
El boxeo es otro de los deportes que ha logrado oro en estos juegos, pero jamás lo había hecho en la rama femenina, que en Barranquilla 2018 obtuvo una de plata con Elisa Williams, en los 60 kilogramos.
El boxeo femenino está en los juegos desde Veracruz 2014, año que sería precisamente el primero para Atheyna Bylon, pero ésta optó por viajar al mundial en Corea del Sur, donde ganó el título.
En San Salvador obtuvo la dorada en los 75 kilogramos, y no solo ganó su primer título en estas competiciones, sino que puso al deporte en la vitrina de los primeros lugares, después de mucho tiempo.
Anteriormente, el boxeo panameño había ganado títulos con Ricardo Panay (1935) y Leonel Peralta (1950), en los 60 kilogramos; Alfredo Stewart (1938) y Vianor Durango (1970), en los 67 kgs.
Asimismo, Eloy Henry (1959) y Emilio Salcedo (1970), en los 54 kilos; José Edwin (1954), en 75 kilos; y Jack Ryan (1938), en los 91 kilogramos.
Por su parte, la gimnasia se colocó en lo más alto del podio con Karla Navas, quien ganó una de oro y tres de plata, una de ellas por equipo, siendo la primera vez que una fémina logra esa cantidad de preseas en cualquier disciplina.
Navas se colocó en el primer puesto de la prueba 'Todo Evento', y en las segundas posiciones de la barra asimétrica, la viga de equilibrio, y por equipo.
Las dos ocasiones en que este deporte obtuvo medallas fue en Panamá (1970) y Santo Domingo (1974), cuando se lograron las tres de bronce por equipos, que tenía hasta ahora.
Una disciplina que debutó en este tipo de juegos multidisciplinarios fue el surfing y con ello no solo entró a su historia, sino que le dio una oportunidad al deporte panameño de hacerlo con broches de oro.
Los panameños Edwin Núñez y Verónica Correa lo hicieron en su particular competencia de Bodyboard, donde superaron a sus colegas de Venezuela, Puerto Rico, México y República Dominicana, entre otros.
El desarrollo, avance y éxito de un país en materia deportiva, no solo se mide por los resultados comparativos entre una edición y otra de unos juegos, sino por lo que trabaja en su estructura.
El fútbol, por ejemplo, no pudiera hablar de logros en su categoría mayor, si no hubiera trabajado en sus bases, donde ha alcanzado metas interesantes, con la clasificación a dos mundiales sub-17 y a seis en la sub-20.
Tampoco se puede hablarse de avances y menos de éxitos, si en el compromiso deportivo más importante de nuestra subregión, a excepción de la natación (2002, 2010 y 2018), ningún otro ha repetido preseas de oro.
Otro aspecto, es que muy pocos atletas en este siglo han logrado repetir medallas en sus participaciones.
En esa corta lista están los nadadores Edgar Crespo (tres de oro, dos de plata, una de bronce) y Eileen Coparropa (dos de oro), y la esgrimista Eileen Grench (oro, plata y bronce), quienes obtuvieron preseas entre 2002 y 2018.
En tanto que Carolena Carsten (taekwondo) obtuvo una de plata y dos de bronce en las ediciones 2014, 2018 y 2023; el velocista Alonso Edward, plata y bronce en las dos últimas ediciones; y el luchador Rodolfo Waithe, con bronces en 2010 y 2014.
Un detalle. A excepción de Waithe, todos los atletas mencionados entrenaban o entrenan en el exterior, principalmente en Estados Unidos.
La vigésima cuarta edición de estos juegos se debió celebrar en Panamá, en un proyecto donde se habló de que no solo estaríamos entre los primeros lugares, sino que el desarrollo deportivo se catapultaría exponencialmente.
Es decir, que el fracaso que han tenido algunas disciplinas desde entonces, principalmente las de conjunto, podría aducirse, se debe aparentemente a que no se llevó adelante unos juegos de más de 300 millones de dólares.
Sin embargo, todos los involucrados saben que el problema es mucho mayor.