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La asociación de ciegos busca integrarse al deporte nacional
- 20/12/2022 00:00
- 20/12/2022 00:00
La primera vez que el deporte panameño vivió de primera mano una medalla olímpica fue con el semifondista chiricano Said Gómez, quien lograra varias preseas en los Paralímpicos de Barcelona en 1992.
Es cierto, el primero en ganar una presea fue el velocista Lloyd LaBeach en las Olimpiadas de Londres (1948), pero ninguno de nosotros estuvo consciente de ello, más allá de tenerlo como un hecho histórico, quizá por su lejanía en el tiempo.
Así es que fue con Gómez que vivimos esta experiencia y lo volvimos a hacer en tres ocasiones más, con el mismo atleta paralímpico.
En efecto, Gómez ganó ocho medallas (tres de oro, cuatro de plata y una de bronce) en cuatro citas paralímpicas, en un hecho jamás registrado por panameño alguno.
No obstante, todo ha quedado para la historia. Hoy, el valor intrínseco de las actuaciones de Gómez, tan similares a la obtención de una medalla olímpica en el deporte convencional, se ha tomado como si ocurrieran todos los días.
Es por ello que la organización que el atleta chiricano representara en ese momento, la Asociación de Deportes para Ciegos, sigue como en el primer año de su creación en 1987, con una mano adelante y otra atrás.
Así es, reciben apoyo del Instituto de Deportes pero es mínimo, porque solo cubren los boletos de avión de los compromisos internacionales, quedándoles la total responsabilidad de su preparación, entrenamientos y fogueos.
La situación no ha sido fácil. Pese a esto, la Asociación de Deportes para Ciegos (Anadecp) sigue adelante, buscando cumplir con darle a sus miembros las herramientas con las que puedan desenvolverse.
El deporte es utilizado en la sociedad convencional como una herramienta para combatir, entre otros, el ocio y la delincuencia, mientras que en la Anadecp sus objetivos son más ambiciosos.
“El deporte es terapéutico. Muchos no han tenido el apoyo de sus familias o no de la manera correcta, y es allí donde entra el deporte, que les da la confianza para su integración en la sociedad”, señaló Juan Carlos Caballero, presidente de la organización.
“Queremos alcanzar la mayor cantidad de personas y transformarlas para que puedan ser autosuficientes y, obviamente, quienes tengan la madera nos representen deportivamente en el exterior”, indicó.
La asociación no es nueva. Nació primero que cualquier otra y debido a las actuaciones de sus atletas, principalmente la de Gómez, fue que nació el Comité Nacional Paralímpico.
Hoy reciben el apoyo del IPHE, de los clubes 20-30 y Kiwanis y de otras entidades, pero los aportes no son suficientes para una organización que crece y está presente cada vez más, en competencias internacionales.
Alguna vez fue el atletismo, el judo, la natación y el ajedrez, pero hoy son muchas más actividades, como así sus obligaciones.
La diferencia entre las organizaciones deportivas establecidas y la Anadecp es que las primeras velan por el accionar de una sola actividad, en tanto, la segunda agrupa a más de una, por lo que su situación es más compleja.
Es por ello que es importante que se vean sus necesidades, que no implican viajes únicamente sino toda una logística que envuelve, además, preparación, fogueos, contratación de entrenadores y asistencia médica.
En esa línea, la Asociación Nacional de Deportes para Ciegos tiene adelante compromisos relevantes para 2023, siendo los Parapanamericanos de Chile el principal de ellos.
Caballero precisó que hasta ahora solo el ciclismo ha realizado competencias clasificatorias, esperando la convocatoria en otras disciplinas para participar.
En ese sentido, el ciclismo estuvo en la Copa Brasil y el mundial de Quebec de paraciclismo, donde participaron Geovanni Ibarra, José Martínez, Esteban Goddard y Máximo Poveda.
La asociación cuenta con casi un centenar de miembros, cuya mitad está involucrada en algunas de las actividades que desarrollan, como atletismo, natación, goaball, fútbol cinco, ciclismo, triatlón, ajedrez y dominó.
Caballero indicó que se programan varios torneos nacionales, entre ellos, el del goaball, único deporte paralímpico creado para personas invidentes o con deficiencia visual, con un equipo de tres jugadores en el campo y uno en la reserva.
En tanto, el atletismo se prepara para unas competencias en Colombia y el Perú.
“La idea es impactar en toda nuestra organización, por lo que hay un tema con la categoría máster que está creando una asociación, a la cual nos vamos a afiliar”, dijo Caballero.
El dirigente sostuvo que uno de los problemas con los que se ha encontrado es con la falta de entrenadores idóneos, ya que la mayoría de sus técnicos han adquirido experiencia a lo largo de los años.
Unido a esto, tampoco hay presupuesto para tener un técnico permanente.
“Los entrenadores han llegado porque les interesa el tema o porque los hemos buscado, pero lamentablemente no hay presupuesto para pagar uno”, añadió.
El trabajo administrativo se conjuga con el técnico en donde están presentes Luis Jiménez y Alvis Vásquez, en goalball; Marissa Rodríguez, Ricardo Mazza y Rolando Francisco, en atletismo; Adrián Ferrin, en ajedrez; y Luis Carlos Santamaría, en ciclismo.
A ellos se une una cantidad importante de entrenadores y monitores en las provincias, involucrados porque les atrae el deporte adaptado, tienen un familiar entre ellos o sienten la necesidad de colaborar.