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'Bebito' Sinclair, el hombre fuerte del quinteto istmeño
- 20/02/2023 00:00

Luis 'Bebito' Sinclair se dirigía hacia el campo de pelota, cuando una inesperada propuesta lo sedujo y, casi que, de un tajo, le tumbó su sueño de convertirse en el jardinero central del equipo juvenil panameño.
En efecto, el hombre que durante diez años fue una de las más importantes figuras del quinteto nacional, jamás lo hubiera llegado a ser si, esa mañana, no hubiera aceptado la oferta del reconocido técnico de baloncesto.
“En una ocasión, iba para el cuadro de Barraza, cuando me topé con el profesor Franklin Holness y me propuso viajar a Honduras”, recordó.
“El me preguntó si me gustaría viajar a Honduras y solo pregunté, ¿qué tengo que hacer?, y así comenzó mi vida en el baloncesto”, dijo Sinclair.

Corrían los años 60 y tanto el béisbol como el baloncesto, eran dos disciplinas que se jugaba en todas las esquinas, y como muchos jóvenes del barrio, 'Bebito' Sinclair practicaba ambas.
“Lo que más jugaba era el béisbol y lo hacía como jardinero central en el barrio de San Miguel”, señaló el exjugador, al tiempo que recordó que también lo hizo en un solar por la calle novena de Parque Lefevre.
“No estaba pensando en formar parte de ninguna selección, sencillamente iba al cuadro a practicar”, expresó.
Sin embargo, su desempeño lo llevó a ser tomado en cuenta para una preselección, pero nunca llegó a formar parte de ella, porque se mudó para la esquina donde se jugaba baloncesto.

Tal vez se truncó una prolífica carrera en el béisbol, pero es indudable todo lo que ganó el básquet con el versátil jugador.
'Bebito', tras su conversación con Holness, se devolvió a su casa, dejó el bate y la manilla, echó a un lado el pantalón largo e inmediatamente se puso en modo baloncesto.
Al llegar al gimnasio se encontró al grupo juvenil trabajando, bajo la dirección del colonense Francisco 'Lenguita' Brown, quien le permitió entrenar después de conocer quién lo había enviado.
“A la mayoría de los jugadores no los conocía. Cuando sacaron el equipo, quedé entre los 12 con Roberto Taylor, Arturo Agard, Óscar McFarlane, Manuel Gómez, Julio Osorio, Octavio Castañeda, Arturo Trottman, Cecilio Edwards y Davis Peralta.
“Recuerdo que Peralta fue exclusivamente para los tiros libres, porque Holness conocía de la efectividad que tenía a distancia, pero cuando llegamos decidió ponerlo a jugar”, recordó.
Luego de ello, fueron invitados por una organización a realizar una gira a Estados Unidos que, en palabras de Sinclair, potenció el juego de cada uno de los participantes.
A partir de allí, Luis Sinclair se convirtió en uno de los inamovibles de la selección y estuvo con ella en los Bolivarianos de Guayaquil en 1965, donde obtuvieron la medalla de plata.
“Quedamos subcampeones porque hubo una situación jugando contra Ecuador. Peralta tenía el balón y le cometieron falta, pero no la cantaron. El jugador tomó el balón, se lo pasó a un compañero, quien anotó la canasta que nos ganó”, indicó.
Sinclair pudo ser el primer istmeño en jugar en el baloncesto superior de Puerto Rico, donde se hicieron estrellas Rolando Frazer y Mario Butler, entre otros.
Contó que en el marco del Centrobasket en San Juan, el responsable de llevarlos en el autobús era, ni más ni menos, el hoy técnico de la selección istmeña, Flor Meléndez.
“En una ocasión, me preguntó si me interesaba jugar en la liga de Puerto Rico y le dije que sí, pero en ese momento no estaba pensando en que me iba a contratar”, indicó.
“La liga estaba iniciando y no tenía muchos fondos, pero en verdad no estaba pensando jugar en otro país, porque acababa de empezar a trabajar. Estamos hablando entre 1973 y 1974”, añadió.
Meléndez dirigía uno de los equipos de la liga puertorriqueña y, quizás, lo hubiera contratado para jugar con ellos, pero en Panamá no existía la figura de 'licencia con sueldo' y mucho menos empezando, así que Sinclair desechó la idea.
“Pienso que yo hubiera sido el primer jugador de Panamá en jugar en la liga de Puerto Rico”, observó.
Sinclair tuvo y tiene muy buenas amistades del baloncesto, uno de los más entrañables fue sin duda Julio Osorio, fallecido hace muy poco, a quien conoció cuando ambos participaban en la liga de Parque Lefevre.
“Lo vi jugar con un equipo de Barraza en esa cancha, donde birriaba y me fui formando”, señaló.
Osorio consideraba a Sinclair un hermano, más que un amigo, y lo tenía entre los grandes jugadores que ha tenido el baloncesto local.
“Ese fue un jugador que se sacrificó”, nos dijo Osorio en una ocasión.
“Peralta, Rivas y Sinclair estaban en el colegio y de los tres, el que metía más puntos y desbarató las ligas intercolegiales fue Sinclair”, señaló.
“A él lo llamaron un tiempo el 'ciclón del Caribe', el mismo nombre de Delmira Pierce, pero fue un hombre que se sacrificó, porque no jugaba atrás y lo hizo porque era el más fuerte en la selección”, expresó.
A propósitos de buenos jugadores, Sinclair no pudo darnos un quinteto ideal porque siente que hubo muchos y en diferentes épocas, pero sí dio algunos nombres.
Entre ellos Osorio, Peralta, Pedro Rivas, Herbert Coussin, Mario Peart, July Andrade, Ronald Walton, Cecilio Streaker, José Morales y Arturo Agard.
En cuanto a técnicos, señala a dos. El estadounidense Carl Pirelli Minetti y Holness.
“Los técnicos en Panamá nunca tuvieron ese conocimiento técnico que existía en Europa, Estados Unidos o México. Pirelli Minetti encontró un equipo completo, pero ordenó ciertas cosas en la parte técnica, en la parte defensiva”, precisó.
“Pirelli además de lo que instruía, individualmente fue potenciando la capacidad de nuestro juego”, añadió.
“Ahora, pienso que el mejor técnico pudo ser Holness, gran motivador y muy técnico, aunque obviamente Pirelli tenía mucho conocimiento”, detalló.
Luis Sinclair le brindó 12 años a la selección nacional, once de ellos en la categoría mayor, asistiendo inclusive a mundiales, Panamericanos y juegos olímpicos, en una muestra de su capacidad y clase.
Hoy, a los 75 años, se siente satisfecho de su carrera, que concluyó en 1976, cuando decidió dedicarle mayor tiempo a su familia.
“Considero que mi actuación fue efectiva y sobresaliente”, concluyó.