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- 15/01/2024 00:31
- 14/01/2024 14:43
La más alta exponente del judo nacional, la veragüense Kristine Jiménez, espera llegar por segunda ocasión consecutiva a unos juegos Olímpicos, por lo concentra todos sus esfuerzos en busca de ese objetivo.
Los juegos se realizarán a partir del 26 de julio próximo en París y la carrera por alcanzar unos de los cupos, a través de las diversas vías posibles, culminará en el mes de junio.
Ella es una de las siete féminas que han logrado medallas en las competencias del ciclo hasta los juegos Panamericanos, y una de las dos, junto a la nadadora Eileen Coparropa, en ganar dos preseas en la competición continental.
Efectivamente, Coparropa logró medallas en los Panamericanos de Winnipeg 1999 (plata), y en los de Santo Domingo 2003 (bronce); en tanto que Jiménez obtuvo bronce en Lima 2019 y en Santiago 2023.
Jiménez estuvo entre los diez deportistas istmeños que se presentaron en Tokio 2021, y espera estar presente al igual que Atheyna Bylon y Gianna Woodruff, quienes estuvieron en la cita nipona.
Tanto la boxeadora Bylon como la vallista Woodruff obtuvieron sus respectivos pases, en la pasada cita panamericana de Santiago de Chile, en tanto que el ciclismo logró un cupo como deporte, pero el nombre de su representante se definirá entre los deportistas con mayor puntaje.
Panamá, como lo ha hecho en las dos últimas ediciones, espera contar con por lo menos diez atletas de unas ocho disciplinas.
La misión de la atleta veragüense no es fácil, aunque podría hacerlo a través de la cuota continental, como sucedió hace tres años, por lo que tendrá que seguir sumando puntos en los diferentes eventos programados.
En la ocasión anterior, Kristine compitió en la categoría de los 52 kilogramos, y de darse esta nueva oportunidad lo haría en los 57 kilos, división en la que ha estado compitiendo en los dos últimos años.
Jiménez y Miryam Roper, representaron al judo en Tokio.
Jiménez, de 28 años, cuenta actualmente con la cuota continental que, según sus propias palabras, “es la forma más realista para obtener esta clasificación”.
“El trabajo que hay que hacer este año es ir sumando puntos y participar en los eventos que los dan, hasta que cierre la clasificación”, explicó.
El deporte del judo tiene en carrera a Jiménez y a la capitalina Lilian Cordones, quien también se colgó una de bronce en la competición de Santiago, en los 52 kilogramos.
El camino, como señalamos, es difícil, pero la meta está trazada, el calendario de competencia también lo está y solo falta que se conozca, a qué competencias asistirán los atletas istmeños.
“Hay eventos de Grand Slam, Grand Prix, y también mundiales y panamericanos, cada uno con una puntuación diferente, siendo los que se realizan en Europa los que dan más puntos”, precisó la atleta.
“Estamos esperando que la federación confirme cuál será el calendario y las pruebas en las que vamos a participar”, matizó.
La Federación Internacional de Judo (IJF) tiene previsto celebrar un Grand Prix en Portugal para finales de enero (26 al 28), y un Grand Slam en Francia (2 al 4), un Open en Túnez (10 y 11) y otro en Argelia (16 y 17), para el mes de febrero.
En marzo deben efectuarse competencias de Grand Slam en Uzbekistán, Georgia y Turquía, y un Grand Prix en Austria, mientras que los torneos panamericanos serán en Cuba y Argentina, en el mes de abril.
El coliseo habitual de entrenamiento de judocas, luchadores, pesistas y gimnastas, entre otros, era el gimnasio Eduardo Campbell de Santiago, que se encuentra en remodelación desde el 2020 y contando.
Uno de los problemas que tienen los atletas de combate de alto rendimiento, como es el caso de Jiménez, es que no encuentran ‘sparrings’ adecuados, por lo que siempre será importante hacerlo en el exterior.
Kristine llegó a entrenarse en campamentos de España y Alemania para las competiciones del ciclo pasado, y en esta oportunidad espera hacer lo mismo.
“La preparación es muy importante y de los mejores están en Europa, donde encuentras ese roce competitivo que ayuda a subir tu nivel y mantenerte en él”, precisó.
“Siempre es bueno ir a campos de entrenamientos internacionales, donde te encontrarás figuras que posiblemente vayan a los juegos”, agregó.
Estos entrenamientos y competencias se llevan a cabo con el apoyo que recibe el atleta en estímulo deportivo por Pandeportes, del COP a través del programa de Solidaridad Olímpica, y por gestiones de la propia federación local.
La atleta recordó que entrenar para las Olimpiadas de Tokio fue ‘algo complicado’, porque se venía de una pandemia y aún se mantenían ciertas restricciones sanitarias, como el de movilidad hacia ciertos países.
“Realmente fue bastante complicado realizar una preparación, pero se hizo y la experiencia de los juegos (en Tokio) fue muy enriquecedora, (porque) aprendí a autoevaluarme, a saber, dónde estaba y a dónde quería llegar y que tenía que hacer para lograrlo”, dijo.
Kristine Jiménez está por cerrar un nuevo ciclo olímpico en una categoría diferente, a la que al principio buscó cumplir con ciertas expectativas más que alcanzar éxitos, pero logró colarse entre las mejores del continente en Santiago.
“En el ciclo pasado, cuando competí en 52 kilos, tuve la oportunidad de ganar medalla en todos los juegos del ciclo olímpico. Sin embargo, en este nuevo periodo me estaba adaptando a una nueva categoría y fue bastante difícil poder ir ganando medallas”, explicó.
“Para los Panamericanos me preparé mucho y lo di todo, y tuve un resultado positivo contra todo pronóstico, porque no estaba previsto que ganara medalla, aunque estaba haciendo mi trabajo y entrenando fuerte”, señaló.
Dijo que espera con mucha ilusión esta última etapa de cara a los juegos de París, porque hasta ahora no ha enfrentado a las más altas clasificadas de la categoría, algo que usualmente acontece en las grandes competencias internacionales.
Panamá es un país con una cuota muy mínima en cuanto a atletas de clase mundial y es tal vez por ello, que el Estado se entretiene en otros asuntos, dejando al deporte sin una estructura capaz de afrontar los retos de cada una de sus disciplinas.
En ese sentido, Jiménez señaló que en el judo hay potencias como Francia, Japón, Brasil y Estados Unidos, que tienen equipos completos de trabajo, lo que hace que la competición tenga una vara muy alta para países como los nuestros.
“Hay países que tienen un equipo interdisciplinario, estudiando a los competidores de sus atletas. No es fácil competir con países con tanta organización y estructura”, apreció.
“El tema competitivo es bastante complicado porque puede ganar cualquiera, desde el número uno al número veinte, porque todos son buenos a ese nivel”, señaló.
“No obstante, lo que va a ayudarte en un momento del combate no es el nivel de concentración que puedas tener; que ganes un combate o no, lo determinará el nivel de preparación física, sicológica y técnica”, reflexionó.
“Si logro clasificar para unas segundas olimpiadas iré a ganar combates, para dejar el nombre de Panamá muy en alto”, concluyó.