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- 06/10/2024 23:00
- 06/10/2024 17:05
Se dice con cierta justicia, aunque no con total certeza, que el béisbol se desarrolló mayormente en las ciudades terminales (como se le llamaba en esos tiempos) de Panamá y Colón.
Es real que los primeros vestigios, pasos y prácticas se dieron, efectivamente, en esas provincias, por la construcción del ferrocarril, luego del canal, y seguidamente por el movimiento económico y financiero que se dio producto de ello.
Es más, las primeras actividades deportivas fueron el resultado de estas circunstancias y, lógicamente, las primeras ciudades impactadas fueron éstas.
No obstante, esto no impidió que los efectos de estas primeras prácticas alcanzaran otras regiones, por el movimiento de personas de una ciudad a otra o de una provincia a otra, etc.
Fue así como, en el caso del juego de pelota, llegó ‘casi que de prisa’ a diversas provincias, como fue el caso, por ejemplo, de Herrera.
“Finalizada la ‘Guerra de los Mil Días’, por el año de 1900, Chitré fue centro de veraneo de distinguidas familias de la capital (...). Fueron quienes trajeron a Chitré, en esos lejanos días, los primeros implementos para practicar el béisbol”, señaló el periodista Darío Delgado en una revista de la Liga Provincial de Herrera.
Este detalle lo extrajo de un artículo hecho por Carmelo Spadafora para el libro ‘Memorias de los Campeonatos Nacionales de Béisbol Aficionado’, de Sergio Pérez, Plutarco Cohen y Olegario Corro, editado hace casi sesenta años.
“De los pocos terrenos planos que había en Chitré, escogieron el cuadro que arreglaron en el ‘Llano de Los González’, situado en lo que hoy es el populoso barrio de Llano bonito”, detalló Delgado en su nota.
“A medida que el entusiasmo por el béisbol crecía se tuvo que habilitar varios cuadros en diferentes sectores de Chitré, como El Vigía, el de las Placetas, en el potrero de Benito Solís (...)”, añadió.
La historia nos habla de excelentes y grandes peloteros herreranos, quienes escribieron letras memorables en la pelota nacional, actuaciones que les permitieron obtener dieciséis títulos en el béisbol de la categoría mayor, a lo largo de estos 81 años de actividad.
En nuestro libro ‘Los Nacionales de Béisbol Mayor y sus 80 años de historia (1944-2023)’, hablamos, entre otros detalles, de la poderosa novena herrerana de los años 80, en el siglo pasado.
Asimismo, la obra destaca la triple corona herrerana entre 1965 y 1967, los títulos entre 2005 y 2007, así como los otros campeonatos en la rica historia de la pelota panameña.
“Los vecinos de la región de Azuero combinaron muy bien el trabajo monticular con el ofensivo, presentando un cuerpo de serpentinas envidiable que encabezaron Eustorgio González, Víctor Mendoza, Vladimir Vega, Crispín Poveda, José Vega III, José Vega IV y Edis González”, afirmamos.
“Y en el terreno de juego contaron con Javier De Gracia, Patricio Sánchez, César Castillo, Juan Ruiz, Azael Domínguez, Marcelino Castro, Jorge Luis Cedeño, Manuel Rodríguez, Mario Ruiz y Olmedo Alonso, entre otros”, añadimos.
Sin embargo, hay muchos más nombres en épocas anteriores que, igualmente, le dieron lustre a esta provincia, como Miguel Ángel ‘Melangue’ Cedeño, Rogelio ‘Gellín’ Cedeño, Luis ‘Pizi’ Rodríguez, Manuel ‘Copa’ Díaz, José Francico ‘Jake’ Ríos y Rutilio Cedeño.
También se mencionan a Milcíades Rodríguez, Ramón B. Cedeño, Simón Bolívar ‘Boli Pecho’ Rodríguez, Manuel ‘Peluco’ González, Manuel ‘El Fulito’ Castillo, Héctor ‘Lasi’ De León y Rodolfo ‘Chocho’ Ríos.
‘Melangue’ Cedeño nació en Llano Bonito en 1926 y estuvo en el equipo herrerano de 1945, aquél que le ‘aguó la fiesta’ tanto a Colón como a Panamá, porque se llevó el ansiado pendón de ese año.
“Fui convocado en 1945 al equipo herrerano, allí jugué de reemplazo en el jardín izquierdo. Asistí a nueve torneos y fui utilizado en casi todas las posiciones menos de receptor”, recordó Cedeño.
En tanto que ‘Gellín’ Cedeño señaló que: “Mario Gamett y Quique Cedeño fueron mis primeros maestros. A los 17 años comencé a jugar de manera regular en el equipo de Quique Cedeño, primero como torpedero y luego de jardinero, bateaba muy bien y era buen corredor”, señaló.
Al igual que ‘Melangue’ y ‘Gellín’, ‘Pizi’ Rodríguez nació en Llano Bonito en los años veinte, y fue la mascota del equipo que asistió al nacional en 1945.
“En 1949 formé parte de la selección mayor de Herrera, bajo la dirección del dominicano Andrés ‘El Grillo’ Bermúdez, un hombre de un gran conocimiento del béisbol”, dijo.
“Bermúdez me dio la oportunidad de abrir el juego contra Chiriquí dos días después de la muerte de Rico Cedeño. En total jugué en cinco campeonatos y le gané a Bocas del Toro en tres ocasiones”, señaló.
Manuel ‘Copa’ Díaz asistió a su primer nacional en 1947, cuando tenía apenas 16 años y le tocaba el turno como anfitrión a la provincia de Colón.
“En 1949, con la llegada de Báez, el deporte herrerano creció mucho, (ya que) implementó muchas técnicas modernas, aunque contaba con poco apoyo económico”.
Otro llanero fue ‘Jake’ Ríos, quien asistió a diecisiete torneos nacionales, y quien para algunos fue, sino el mejor, una de las mejores segundas bases que ha visto nuestro béisbol.
“Me dediqué a dirigir equipos desde joven, porque notaba la escasez de directores, lo que me brindó la oportunidad desde 1965 de participar en ocho torneos como director”, dijo.
“Mi mayor emoción fue cuando conquistamos el tricampeonato. Jamás cobré por jugar, ya que era un gran honor lucir la camisa de mi querido equipo”, espetó.
Indudablemente que Herrera tiene una rica historia deportiva, principalmente en la pelota nacional y, como hemos señalado, los nombres de tantos y tantos peloteros destacan, para así corroborarlo.
Ahora, destaquemos a otros jugadores de mucho menos edad que los anteriores, que también hablan de una época de mucho éxito para los herreranos.
Luis César ‘Copita’ Castillo entró al equipo mayor en 1973 bajo la dirección de Darío Delgado, equipo que alcanzó el subcampeonato nacional con unos diez novatos en su nómina.
“Recuerdo un juego larguísimo contra Veraguas, fueron quince episodios, donde le conecté cuadrangular a Bolívar Olave, en el último episodio para ganar el juego “, recordó.
El exantesalista Azael Domínguez fue otro que saltó al equipo mayor de 1973, siendo campeón nacional en los años de 1977, 1980 y 1982, además de conquistar algunos trofeos en forma individual.
“Tengo presente un partido frente a Panamá Metro en el Juan Demóstenes Arosemena, noveno episodio y el marcador en blanco, cuando conecté un enorme batazo que se convirtió en cuadrangular. Ese día me sacaron al estilo de los toreros, en hombros”, indicó.
Uno de los mejores lanzadores que tuvo herrera fue el diestro Víctor Mendoza, quien comenzó a formar parte del equipo mayor en 1979, con la dirección de Manuel ‘Copa’ Díaz.
“En 1983 perdimos contra Panamá Metro. Ese día lancé como relevo, ya que el día anterior habían tirado el juego completo y había ganado”, apuntó.
Otro fue el izquierdo Crispín Poveda, de origen santeño, jugó para Herrera a partir de 1982 y se consolidó como uno de sus mejores serpentineros.
No podría cerrarse este artículo sin mencionar a los dirigentes Amadeo Baré, Néstor Delgado y al técnico cubano Anselmo Martínez, quienes también aportaron a la grandeza de la pelota herrerana.