El clásico llega al Santiago Bernabéu con el liderato en juego

Actualizado
  • 15/10/2022 15:19
Creado
  • 15/10/2022 15:19
El Santiago Bernabéu paraliza el mundo del fútbol con un duelo grandioso por el liderato.

El desafío que presenta el nuevo Barcelona, renovado en su plantilla para volver a reinar en LaLiga Santander, al vigente campeón, un Real Madrid de bases sólidas, presenta un clásico que mantiene su grandeza y recupera trascendencia en una competición convertida en un mano a mano entre los dos gigantes del fútbol español, cuyos enfrentamientos adquieren tintes decisivos.

El Santiago Bernabéu paraliza el mundo del fútbol con un duelo grandioso por el liderato. El reto del Real Madrid de Carlo Ancelotti de trasladar a LaLiga la vulnerabilidad defensiva del Barcelona de Xavi Hernández en Europa. El peligro azulgrana de precipitarse a una crisis, al borde del precipicio de nuevo a las primeras de cambio en la Liga de Campeones, pero exhibiendo firmeza en una Liga que debe ser la primera piedra de su reconstrucción antes de volver a ser candidato a la 'Champions'.

La estabilidad marca el camino del Real Madrid, la seguridad lograda desde los títulos del histórico curso pasado, que permiten minimizar consecuencias de cualquier momento de irregularidad. Y a ninguno de los dos les sentó bien el último parón de selecciones. Un empate cedido del equipo blanco en Liga que cortaba su racha de triunfos, ante Osasuna, y sintiendo de cerca la derrota ante el Shakhtar el día que sin embargo firmó su pase a las primeras de cambio a octavos con el tanto salvador de Antonio Rüdiger.

Firma el Real Madrid su mejor inicio liguero de los once últimos años y llega fresco a la gran cita, tras las rotaciones de Ancelotti que busca soluciones a la falta de contundencia de su equipo. Necesitado del regreso de la identidad verdadera de Karim Benzema, con seis goles menos a estas alturas de temporada que hace un año, inmerso en una sequía goleadora que alcanza 390 minutos. No encontrará mejor momento el francés para el esperado reencuentro que un clásico a horas de recoger el que apunta como su primer 'Balón de Oro'.

Con Vinícius tomando un respiro en Varsovia por primera vez en la temporada para asegurar el desequilibrio ante el Barcelona, la tercera pieza del tridente marcará la idea táctica de Ancelotti en un clásico en el que quiere inventar poco tras el 0-4 del último precedente. Aquel día para el olvido del madridismo con Luka Modric como falso 9 y Casemiro acabando de central en plena sangría, aprendió del error un técnico al que se le suele atragantar el clásico liguero (cuatro derrotas en seis partidos).

Y lo más recurrente en sus onces en las citas de grandeza es recurrir a Fede Valverde como tercer atacante y cuarto centrocampista en fase defensiva. Significaría la suplencia de Rodrygo tras siete titularidades consecutivas, jugador revulsivo desde el banquillo el pasado curso pero que dio un paso al frente con personalidad en el actual para ganarse el puesto. Su presencia de inicio significaría la suplencia de Modric o Toni Kroos, jugadores de mucho peso en un centro del campo en el que se estrena Aurelién Tchouaméni con gran responsabilidad en su demarcación.

El clásico será un examen de madurez para Andriy Lunin, que encara el partido más grande de su carrera por la baja de Thibaut Courtois. No llega a tiempo el belga por sus problemas de espalda y deja al Real Madrid sin ese ángel salvador que aparece en momentos clave de los partidos. Esa falta de estabilidad defensiva de un equipo que solo logró dejar su puerta a cero en una de ocho jornadas, contrasta con el único gol encajado por Ter Stegen. Para ello, Ancelotti recurrirá a su defensa titular, sin intención de forzar a Rüdiger con 20 puntos de sutura en su frente, y la pareja Eder Militao-Alaba ante la responsabilidad de poner freno a la inspiración de Robert Lewandowski para extender un dominio reciente madridista. Cinco triunfos en los seis últimos enfrentamientos.

El Barcelona regresa a su zona de confort, LaLiga Santander, donde se juega, además del liderato, una redención parcial contra el Real Madrid tras el varapalo que significó quedar prácticamente eliminado de la Liga de Campeones ante el Inter de Milán (3-3).

Afronta el equipo azulgrana el clásico liguero en el peor momento de la temporada. Y eso que la trayectoria en la competición doméstica dice todo lo contrario. En las ocho primeras jornadas, el Barça lidera la clasificación, con los mismos puntos que el Real Madrid, encadena siete victorias consecutivas y se ha convertido en el equipo más goleador (20) y el menos goleado (1). Pero las sensaciones están bajo mínimos desde el último parón de selecciones. El equipo de Xavi Hernández ha ganado al Mallorca (0-1) y al Celta (1-0) por la mínima en dos partidos en los que jugó a la ruleta rusa y la suerte le sonrió.

Más cruel fue el fútbol con el conjunto azulgrana en el doble enfrentamiento europeo contra el Inter, que se saldó con una derrota en un partido gris con polémica arbitral en el Giuseppe Meazza (1-0) y un empate (3-3) en un duelo loco disputado en el Camp Nou. Europa dejó al desnudo las debilidades del proyecto que está intentando construir Xavi, que en la única visita al Santiago Bernabéu como técnico su equipo firmó una exhibición que acabó en goleada (0-4)

El bajón azulgrana ha coincidido con una plaga de lesiones en la defensa azulgrana. Las bajas en los últimos partidos de Jules Kounde, Ronald Araujo y Andreas Christensen han obligado al técnico egarense a jugar con Gerard Piqué, quinto central de la plantilla hasta el parón de selecciones, Eric García y hasta utilizar a Marcos Alonso como solución de emergencia en el eje.

En Chamartín, Xavi podrá contar con Kounde, aunque todavía no está claro si arriesgará con el francés de inicio, que no ha jugado ningún minuto desde que el pasado 23 de septiembre sufrió la lesión en el bíceps femoral del muslo izquierdo con su selección.

Sin Araujo, que como lateral derecho anuló a Vinicius en el último clásico que el Barça ganó con autoridad, el cuerpo técnico tiene otro rompecabezas. La alternativa más plausible es situar al veloz lateral zurdo Alejandro Balde en la derecha, donde ya jugó contra el Celta, para intentar contrarrestar el desequilibrio del brasileño.

En la medular, Frenkie de Jong, que tras recibir el alta médica ha sido suplente en los dos últimos partidos, espera su momento después de que ante el Celta y el Inter los centrocampistas fueran incapaces de amansar el intercambio de golpes que tanto penalizó al Barça.

En ataque, Robert Lewandowski, autor de un doblete contra el Inter y máximo goleador en LaLiga (9), debutará en un clásico. El polaco es el único delantero que tiene un puesto asegurado en el once, a la espera de ver si Xavi sigue apostando por Ousmane Dembélé y Raphinha como extremos. Además de Christensen y Araujo, el Barça arrastra las bajas por lesión de Héctor Bellerín y Memphis Depay para un partido en el que el cuerpo técnico y los jugadores esperan redimirse de los pecados europeos.

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