Altas y bajas de los entrenadores en las selecciones favoritas de la Concacaf

Definidos los otros rivales que faltaban para completar y el cuadro de los cuartos de final de la Nations League Concacaf 2023-24, nos presenta a noviembre como el mes que nos va a ofrecer ocho partidos que presagian desafíos interesantes y de alta tensión, incentivados por los cuatro cupos directos y los dos de repechaje que se ofrecen para la ansiada Copa América 2024.

Estados Unidos, México, Canadá y Costa Rica, las selecciones que han estado con anticipación ancladas en el calendario, a la espera de los otros cuatro contendientes, se vislumbran con mayores opciones de avanzar debido a su potencial futbolístico o por la ventaja teórica de cerrar el segundo partido como locales; aunque en su presente, algunas de estas no están al nivel que las llevó a representar a la Concacaf en el último mundial.

De estas cuatro selecciones solo un entrenador, Gregg Berhalter, de Estados Unidos, después de un “culebrón de telenovela” con despido y un regreso reciente, sobrevivió amparado en la gestión de la Copa Mundo Qatar 2022, celebrada los pasados meses de noviembre y diciembre.

Los bajos resultados de las selecciones de la Concacaf ocasionaron estragos en México, Canadá y Costa Rica; hoy tienen nuevas caras en la conducción técnica. Los entrenadores son pieza clave en el engranaje de los proyectos de cada federación para materializar las aspiraciones hacia objetivos concretos. Para el próximo mundial los técnicos de Estados Unidos, México y Canadá no tendrán que atravesar el engorroso y largo camino para clasificarse, por ser los tres países anfitriones de la Copa Mundial 2026.

Sin embargo, aunque no les agobie el principal reto para todo seleccionador nacional, que es el de clasificar al máximo evento del fútbol, esa extensión del crédito en el cheque de confianza la deben validar dando muestras de consistencia en resultados favorables, tanto en los partidos amistosos programados, como en los otros torneos en los que participen, mostrando capacidades para competir y aspiraciones serias para proyectarse como protagonistas hacia el próximo mundial.

Especialmente para Estados Unidos y México. De allí que para Gregg Berhalter, entrenador de Estados Unidos, y Jaime Lozano, seleccionador mexicano, les sea una obligación obtener la clasificación a la Copa América 2024. Pero también, y no es una consideración menor, porque es imperativo desde la proyección mediática y económica que clasifiquen al disputarse el torneo en territorio estadounidense, y al contar México con una afición multitudinaria que la hace que juegue “de local” en cualquier competencia de fútbol en que se le incluya en Estados Unidos.

Gregg Berhalter, alejado desde enero de la selección estadounidense, ha retomado su dirección para la serie de partidos amistosos que han estado enfrentando en su preparación para los cuartos de final de la Nations League.

La selección estadounidense es un equipo que Berhalter conoce más que nadie, respaldado en el hecho de que él ha liderado todo el proceso de crecimiento e incorporación de los jugadores que representan la nueva generación estadounidense y cuenta con el apoyo incondicional de Christian Pulisic, su figura líder y su jugador veterano de tan solo 25 años. La Estados Unidos de Berhalter, aunque no alcanzó sus expectativas de superar los octavos de final en Qatar 2022, fue la selección de Concacaf que más lejos llegó y mejor lució.

A Berhalter y a Estados Unidos se les ve como una selección sólida para avanzar en los cuartos de final de la Nations League, de la que son los actuales campeones al obtenerla el 19 de junio, al derrotar en Las Vegas a Canadá por 2-0, aunque en la dirección quien fungiera como técnico interino fuera Brian Joseph Callaghan. Hoy asistente técnico de la selección.

Estados Unidos juega con el manual establecido por Berhalter, con variantes dentro de un esquema táctico sin improvisaciones, por ende pareciese que obtener su boleto para la Copa América 2024 va a requerir por supuesto de esfuerzo, pero se le ve muy asequible.

Hace diez meses era impensable la llegada a la dirección técnica de Jaime Lozano como entrenador de la selección mexicana. Como le suele suceder algunas veces a México, llegó al último mundial 2022 con aspiraciones amplias de alcanzar lo que ellos denominan “el quinto partido” (cuartos de final); se quedaron cortos al no superar la fase de grupos. Cosecharon “pocas nueces”.

Al terminar el contrato del entrenador argentino Gerardo 'Tata' Martino, le sucedió en el puesto su paisano Diego Cocca, quien contaba con experiencia directa como entrenador en la Liga Mexicana. A Cocca hacer la transición le costó; a los resultados que no siempre se le dieron con comodidad en los encuentros amistosos disputados, se le sumó un continuo desencuentro con la prensa mexicana. Quedó sentenciado al haber perdido en las semifinales de la Nations League 2022-23 por un doloroso 3-0 ante Estados Unidos, en un partido en el que los gringos “bailaron” a los mexicanos.

La sorpresiva llegada de Jaime Lozano, quien había dirigido a la Sub-23 en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 logrando la medalla de bronce, se impuso como una apuesta transitoria para afrontar la Copa Oro 2023. Llegó además con el impulso del apoyo nacionalista de ver nuevamente en el puesto a un entrenador mexicano, después de apostar en los dos procesos anteriores por técnicos extranjeros.

La empatía del equipo se sintió de inmediato con Lozano. En el arranque de la Copa Oro 2023 partieron a todo vapor superando a Honduras (4-0) y Haití (3-1), se toparon con un traspié en el último partido del grupo al caer 0-1 contra Catar. Los cuartos de final y las semifinales no fueron un escollo, vencieron tanto a Costa Rica (2-0), como a Jamaica (3-0).

Ya en la final derrotaron a Panamá 1-0. Fue un encuentro reñido con un gol de contraataque en los minutos finales, para alcanzar nuevamente los mexicanos el título de la Copa Oro (su duodécimo). Para Jaime Lozano resultó en su confirmación en el puesto, llega a estos cuartos de final como el actual campeón de la Copa Oro, haciendo honor a esa frase que recientemente expresó el entrenador español Pep Guardiola, “De las derrotas se aprende, pero se vive mejor cuando se gana”. Los próximos cuartos de final de la Nations League nos van a mostrar si sigue evolucionando el proyecto de Lozano.

Canadá y Costa Rica pasan por nuevas apuestas que todavía no les aportan estabilidad como para tener un criterio firme sobre lo que podría espera de su rendimiento. Ambos en estos momentos tienen a la cabeza de sus selecciones, a entrenadores en su condición de interinos.

El técnico John Herdman con quien Canadá alcanzara la clasificación a Qatar 2022, después de 34 años de no asistir a un mundial, se retiró después de la derrota 0-2 ante Estados Unidos en la final de la Nations League 2022-23. Una última etapa marcada por diferencias con algunos jugadores referentes. El entrenador interino es el canadiense Mauro Biello, una incógnita para muchos; de cómo se desenvuelva Canadá en los próximos cuartos de final de la Nations League depende su permanencia.

A Costa Rica le es importante la recuperación de su perfil, ya que empieza a ver declinar ese papel protagónico en Centroamérica que llevó una vez, en décadas pasadas, al entrenador colombiano Francisco Maturana a afirmar que Costa Rica era el Brasil de Centroamérica. Es la que más inestable se presenta en su dirección técnica, de las cuatro citadas.

El argentino Claudio Vivas, quien es director deportivo de la federación de Costa Rica, se ha desempeñado como su entrenador interino en un acuerdo en el que asumía solo para una serie de partidos amistosos, estableciendo nombrar luego a un entrenador permanente. Según el periódico costarricense La Nación, la propuesta de Vivas a Guillermo Barros Schelotto para que asumiera el puesto no fue aceptada por su compatriota. Los cuartos de final de la Nations League serán una radiografía actual de cómo va el fútbol de selecciones en la región.