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- 12/12/2023 22:38
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En el sueño idílico de los aficionados del club brasileño Santos, anhelaban un año acorde con su historia que cerrara con la conquista de un nuevo título, rindiendo con ello un homenaje a la altura de su máximo emblema deportivo Edson Arantes Do Nascimento ‘Pelé’, en la celebración del primer aniversario del fallecimiento.
2023 los ha contrariado, ha pasado a la historia del club como un Annus horribilis (“año terrible”): el descenso a segunda división la semana pasada, tras perder 2-1 ante Fortaleza, ha dejado una estela amarga imposible de ignorar para el próximo 29 de diciembre, día en el que se cumple el aniversario. Las imágenes de los violentos incidentes que le precedieron, con enfrentamientos en el campo de juego, la quema afuera de autobuses y carros, con peleas entre aficionados y policía, son escenas de caos por las que recordarán el año.
El conjunto aurinegro se convirtió en el emblema internacional del fútbol profesional brasileño después de coronarse la Selección de Brasil campeona, al derrotar 5-2 a Suecia en la Copa Mundo Suecia 1958. Un joven debutante de 17 años maravilló al mundo del fútbol con un estilo impredecible, efectivo, vistoso e inédito al que apodaban ‘Pelé’, era jugador del Santos F.C.
Desde 1958 hasta 1975, año en el que Pelé partió hacia Estados Unidos para poner allí fin a su exitosa carrera, Pelé y Santos F.C. fueron una marca asociada. En una época en que para la Selección de Brasil había escasas propuestas internacionales de partidos amistosos y la convocatoria de jugadores para formar equipo era dificultosa, el Santos se convirtió en la cara de la “Selección de Brasil” al contar en sus filas con el mejor jugador del mundo.
El Santos F.C. viajó por el mundo durante más de dos décadas disputando una infinidad de partidos en el que la condición sine qua non era que Pelé jugara. Si Pelé no podía jugar, el equipo perdía atractivo deportivo y comercial, por ende no se pactaba el encuentro.
Era tal la importancia de Pelé, que el Gobierno brasileño redactó una ley que le concedía al jugador la categoría de tesoro nacional, se le consideraba intransferible a otro país; y se le cerraron las puertas a los clubes europeos que deseaban contratarlo. De paso, en aquellos tiempos, cambiar de equipo en su propio país estaba fuera de cualquier consideración.
La relación que los separó se dio en 1975 por la gestión a nivel de gobiernos entre Brasil y Estados Unidos, permitiendo que Pelé aceptara incorporase al incipiente fútbol estadounidense con el propósito de impulsarlo. Jugaría en el Cosmos de Nueva York entre 1975 y 1978 mediante un contrato por $7 millones (cifra enorme para la época), pero su nombre no dejaría de estar vinculado en vida al Santos, el club de sus amores.
Con la camiseta del Santos sería con la que jugaría Pelé en el otrora estadio Revolución (hoy Rommel Fernández) durante el célebre partido amistoso disputado el 19 de enero de 1971, en ciudad de Panamá, entre el Santos y el Atlético Marte; el club salvadoreño incorporó para el encuentro al delantero Luis ‘Cascarita’ Tapia, el mejor jugador panameño de entonces. Un partido que recuerdan los que lo presenciaron por el 1-1 del marcador con el que concluyó y porque ese día, al término del partido, tembló en Panamá. Fue de magnitud 5.6, algunos le llamaron el “Sismo Pelé”.
Como es lógico, la histórica relación Pelé-Santos es abundante de enormes anécdotas como aquella que se recuerda de un amistoso entre el Santos y la Selección Preolímpica de Colombia, jugado el 17 de julio de 1968 en el estadio El Campín, Bogotá, Colombia. El árbitro colombiano Guillermo ‘Chato’ Velásquez expulsó a Pelé después de varios desencuentros entre ambos. Una sanción que beneficiaba al equipo colombiano. El partido se detuvo porque el público no aceptó su expulsión, no se pudo reanudar hasta que se le complació, retornando Pelé al juego y provocando con ello el cambio de árbitro.
Con Pelé, el Santos F.C. lo ganó todo: títulos, renombre internacional, dinero y proyección deportiva. Si en su época hubiese existido el mercadeo de hoy, la camiseta del Santos hubiese sido una de las más vendidas y promocionadas.
La situación actual del Santos es el resultado de los problemas económicos que han venido afectando al club por su mala gestión administrativa; sus números están en rojo. Después de Pelé el club ha aportado al fútbol brasileño figuras estelares, la más sobresaliente de ellas ha sido la de Neymar que salió de allí para recalar en el Barcelona, luego iría al PSG y actualmente es jugador del Al-Hilal Saudi F.C. de Arabia Saudita. En 2019 vendieron a Rodrygo al Real Madrid por $45 millones, hoy figura del equipo merengue.
Durante el año han rendido homenaje a la memoria de Pelé con un tributo simbólico en todos los partidos de la liga cada vez que este llegaba a los 10 minutos de juego, en alusión al número en la camiseta que hizo universal O’ Rei con su juego y características, aunque deportivamente el equipo no ha brillado en el Brasileirao.
El descenso a la segunda división, la primera vez que le ocurre al Peixe (como lo denominan en Brasil), en sus 111 años de historia, se le adjudica a la directiva presidida por Andrés Rueda, empresario hispano-brasileño, matemático de profesión. La nueva directiva nombrada recientemente está encabezada por Marcelo Teixeira, un dirigente que ya estuvo anteriormente en el cargo durante seis mandatos entre 1992 y 1993 y 2000 y 2009.
Ante el bochorno que ha supuesto el descenso a la Serie B el pasado jueves, sobre todo por ser el año del aniversario del fallecimiento de Pelé y además en su estadio el Vila Belmiro, Teixeira ha tomado la medida de que durante el próximo año ningún jugador del club lucirá la camiseta con el número 10. Una decisión que se revertirá, según ha dicho: “Hasta que Santos regrese a la Serie A, que es su estándar, no jugaremos con la camiseta número 10...Continuaremos en esta misión. Volveremos a la primera división, pero hasta entonces no usaremos nuestra camiseta más gloriosa”.
Teixeira había propuesto en vida de Pelé retirar el 10 en su honor. Pelé no lo aceptó en aquel momento expresando su deseo de que no se hiciera, aceptándose su petición. El listón queda puesto en lograr el próximo año el regreso a la Serie A del fútbol brasileño para brindar a la memoria de Pelé con otro momento de felicidad, borrando el último y reciente recuerdo con los jugadores de Fortaleza corriendo a esconderse en los camerinos, los jugadores del Santos abatidos en el campo de juego y un mar de lágrimas en los alrededores del estadio propiciadas por los gases lacrimógenos lanzados por la policía, en su intento por contener los desmanes de los enfurecidos seguidores.
El año pasado, el 29 de diciembre de 2022, el estadio Vila Belmiro acogió un acto solemne por el fallecimiento de Pelé, este año le sumó el dolor del descenso. Pelé antes de morir escogió su sepultura en un cementerio vertical que tiene vista sobre la cancha de juego; seguramente estará pendiente y rogando que el próximo año pueda fundirse en un abrazo espiritual con la hinchada porque ha logrado el ascenso en un estadio que asoció siempre con sus mayores alegrías. Pelé y el Santos deshojan margaritas deseando la llegada pronto de 2024.