La Ciudad de Saber conmemoró su vigésimo quinto aniversario de fundación con una siembra de banderas en el área de Clayton.
- 12/02/2024 00:00
- 11/02/2024 14:39
La llegada a Panamá del ‘Bombardero’ Joe Louis en 1947, causó un gran furor entre la gente que comía y vivía el boxeo, así como de las que lo miraban de reojo, porque calificaban a la actividad de brutal.
Es decir, entre propios y extraños, fue la comidilla.
Louis era una leyenda. Las historias a su alrededor, algunas exageradas y otras sacadas de los cómics americanos, había calado ardientemente en un país que respiraba boxeo, desde mucho antes de que fuera República.
El chico de Detroit fue campeón entre 1937 y 1949, expuso su título en 25 ocasiones, aunque puso en pausa su carrera entre 1944 y 1946, debido al conflicto de la Segunda Guerra Mundial.
Panamá era parte de una gira que cubriría México, Perú, Colombia, Chile, El Salvador, Argentina, Brasil, Trinidad y Tobago, Venezuela y Cuba.
Realmente no era la primera gira de exhibición, que hacía en su carrera.
Los diarios británicos registran su llegada en el verano de 1944, ser fichado por el Liverpool con el nombre de Joseph Louis Barrows, y realizar varios pleitos ‘amistosos’.
El empresario panameño Mayor Alfredo Alemán organizó la visita del monarca americano, como parte de una gira por varios países de Latinoamérica, donde era muy apreciado el muy afamado ‘Bombardero’.
En algunos casos fueron solo algunos asaltos con dos ayudantes, pero en otros, se fueron a los diez rounds, donde hasta caídas se registraron, como sucedió con el gigante chileno Arturo Godoy.
Godoy fue contratado para enfrentar a Louis tanto en Chile como en México, y la efervescencia por tal encuentro fue grandioso, pensando muchos en revivir los pleitos efectuados entre ambos en 1940.
Louis y Godoy se enfrascaron en febrero y junio de ese año, estando en juego el título pesado del primero, logrando el monarca la victoria en ambas ocasiones.
La primera refriega se fue a decisión dividida, debido a que Godoy, conocido como el ‘Oso de Iquique’, sorprendió al campeón y lo hizo sudar, durante los 15 asaltos.
“Louis ganó descuidadamente contra un boxeador que magullaba, golpeaba y que no conocía el miedo ni de retirarse”, destacó el New York Times en su nota.
El gladiador chileno pensó que merecía por lo menos un empate. Sin embargo, las tarjetas de los jueces coincidían con la de los reporteros que cubrían el pleito, dándole apenas unos cuatro o cinco asaltos.
Para no dejar dudas, Louis lo liquidó en ocho rounds en la segunda pelea, haciéndole caer en dos ocasiones antes de que se detuvieran las acciones.
El campeón llegó a Panamá el 11 de febrero de 1947, o sea hace 77 años, en un vuelo de la Panamerican Airways, procedente de San Salvador, siendo recibido por el vicepresidente de la República, Ernesto de la Guardia Jr.
No podría decirles si, en esa oportunidad, así como hoy, también se celebraban las fiestas de la farsa y de la carne.
Pero, sigamos la narración.
“Joe Louis llegó vestido impecablemente luciendo un vestido gris, acompañado de su mánager Marshall Miles, el asistente de éste, John Roxborough, su secretario Fred Wilson, los boxeadores Art Ramsey y Walter Hafer, y su entrenador Mannie Seamon”, detalló La Estrella de Panamá.
“Grandes atenciones se brindaron al campeón mundial a su llegada, tuvo puerto libre y un carro oficial de la presidencia. El campeón dio una vuelta por toda la ciudad y luego se fue a su campamento, que ha sido condicionado en las afueras de la ciudad”, refirió el diario.
“Es muy difícil notar a Joe Louis sonreído, una impresión muy vaga nos dejó el monarca; parece un tipo apático, no le importa con el mundo que lo rodea: su cara no presenta la huella que se notan en los demás boxeadores quienes, como él, tiene más de diez años de estar boxeando”, destacó.
“Su nariz y sus orejas no siguen las huellas inconfundibles de los boxeadores. Habla poco y parece temeroso”, concluyó.
Louis se hospedó en el hotel Río Cristal, aunque originalmente se pensó en hacerlo en Cermeño, pero no se contaba con las comodidades necesarias.
Se utilizó el ring que había en la Arena de Colón, debido a lo deteriorado que estaba el cuadrilátero capitalino.
Veamos que publicó La Estrella de Panamá el día de la exhibición, buscando entre otras cosas, motivar al fanático para que asistiera a la función. “Un Joe Louis como el que defiende su campeonato del mundo, es lo que veremos esta noche en acción en el Estadio Olímpico, en la primera presentación que ofrece en nuestro país, un monarca universal de todos los pesos”, detalló.
“Dos pesos completos, a quienes la crítica estadounidense concede opción de llegar muy pronto al estrellato, cruzan guantes con Joe Louis en este evento que monopoliza la atención de capitalinos, colonenses y zoneitas en esta fecha”, abundó.
“Art Ramsey y Walter Hafer, dos pesos completos blancos en plenitud de formas, son los gladiadores que veremos en acción frente a Louis”, añadió.
“Con toda seguridad, debido a que las condiciones de nuestro país le serán más favorables que las de México, cuya altura afecta mucho a los atletas y debido también a que el campeón habrá perdido las libras adicionales que tenía al comienzo de la gira, lucirá tan rápido y efectivo como cuando ha peleado con los aspirantes a su corona”, concluyó.
El campeón cumplió su exhibición sin mayores problemas, saludando al presidente de la República, Enrique Adolfo Jiménez, antes de la función, que llevó a 5.660 personas para una recaudación de 14.399 dólares, por debajo del récord de taquilla de 17 mil dólares.
El espectáculo, según los organizadores, costó 14 mil dólares.
“Me siento satisfecho de que después de tanta lucha, de tanto trabajo, no se ha perdido dinero”, dijo el empresario Alemán.
Durante su estadía de dos días en Panamá, se habló de que el campeón expondría posiblemente su faja ante el ganador del choque entre Joe Baksi y el titular inglés, Bruce Woodcock.
Sin embargo, Louis volvió a pelear a finales de ese año, pero ante Jersey Joe Walcott en Nueva York, a quien venció por decisión dividida, no sin antes caer en dos oportunidades. Unos años después se habló de presentarlo en Panamá en abril de 1950, pero nunca se llegó a concretar su presentación, aunque hasta rival se le había asignado.
La llegada de un campeón de boxeo a Panamá, no fue ni ha sido la única, pero sí fue histórica por la envergadura del protagonista.