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- 26/08/2021 00:00
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Para muchas personas el placer sexual es una de las experiencias más gratificantes de la vida, porque logran conectarse consigo mismos y con los demás. Y a lo largo de la historia y a través de las diferentes culturas el hombre ha pretendido mejorar las técnicas amorosas con el objetivo de alcanzar una mayor satisfacción sexual. Pero la actual crisis por la pandemia está suponiendo en algunas personas, trastornos sexuales relacionados con el estrés, preocupación por el fracaso frente a las relaciones sexuales y la incertidumbre acerca de la salud y la economía; y también emociones como el miedo, la ansiedad, la ira o la tristeza, y hasta la pérdida de la atracción están afectando el apetito sexual en las parejas.
Eliécer Pérez Rivera, psicólogo y psicoterapeuta de parejas, afirma que los trastornos de la sexualidad no son un tema exclusivo de la pandemia, ya que desde hace algunos años han aumentado en incidencia y prevalencia, pero hay que reconocer que la crisis de la covid-19 ha agravado la situación. “Con la pandemia los trastornos de la sexualidad más frecuentes en el hombre son las dificultades en la erección y la eyaculación precoz, aunque también se tratan otros como la eyaculación retardada o ausente o el deseo sexual hipoactivo (cuando no hay interés por el sexo o este es bajo). Mientras que en las mujeres los trastornos más frecuentes en estos momentos de crisis son la anorgasmia y el vaginismo, así como también el trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH, por sus siglas en español).
“Recordemos que el sexo es salud, ya que libera tensión, mejora el sistema inmune y la salud cardiovascular; además, mejora el estado de ánimo, aumenta la autoestima y promueve la intimidad emocional, sin embargo, podría disminuir e incluso desaparecer si no se logra combatir cada uno de estos agentes negativos”, enfatiza Pérez.
El psicólogo admite que para fomentar una sexualidad plena en esta 'nueva normalidad' postpandemia, la cual se traduciría como la 'nueva sexualidad', es necesario mantener una buena conexión y complicidad entre ambos miembros de la pareja, cuidando siempre los detalles para que haya intimidad emocional, ya que esta favorece el acercamiento físico y sexual. De acuerdo con el experto, para lograrlo es necesario que cada individuo mantenga o respete sus espacios de individualidad y a solas, para que el reencuentro se aún más placentero.
“En el contexto de la pandemia hay que dejar atrás la rutina y la monotonía, porque estos elementos juegan en contra del deseo y la intimidad. Hay que recobrar la comunicación en pareja y proponer cambios, nuevas prácticas o compartir fantasías sexuales. Así mismo es importante fomentar la creatividad y la imaginación, probando nuevos lugares, utilizar juguetes sexuales, de hecho, la literatura y el cine erótico son piezas fundamentales”, recomienda Pérez.
Para el psicólogo, al mejorar cualquier trastorno de la sexualidad, la vida personal, conyugal y familiar del paciente también se verá beneficiada, pero para lograrlo es necesario buscar ayuda profesional.
La Asociación Británica de Psicología (Bristish Psychological Association) publicó recientemente una breve guía en la que explica el impacto de la pandemia en las relaciones íntimas y propone algunas recomendaciones, desde cómo practicar sexo seguro en tiempos de la covid-19, el impacto de la covid-19 en el deseo sexual y en la relación, el efecto de la monotonía de las rutinas en la relación de pareja, el aumento de la percepción negativa de la vida en pareja al aumentar el tiempo de convivencia, las relaciones íntimas en parejas que viven separadas, el impacto de la frecuencia de relaciones íntimas en personas solteras, el efecto de la pérdida de las interacciones sociales y redes sociales de apoyo en el bienestar de la pareja y el aumento de las situaciones conflictivas y el estrés en la pareja debido a la pandemia, según publica la revista Infocop, del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos de España.
Según la guía titulada: “Covid-19 and intimate relationships: The complicated impact of ongoing lockdowns”, la pandemia ha provocado grandes cambios en la forma en que “podemos vivir nuestras vidas”, lo que “puede haber tenido un impacto particular en nuestras relaciones personales, íntimas y sexuales”.
Por lo que “no hay duda de que la covid-19 sigue representando un desafío para “todos nosotros y nuestras relaciones íntimas y románticas”. Sin embargo, como cualquier desafío, también puede dar lugar a un crecimiento positivo y un cambio en las relaciones mientras enfrentamos juntos las demandas de la pandemia. Podemos descubrir que aprendemos nuevas cosas sobre nosotros mismos o sobre nuestra pareja, o ver que las fortalezas ocultas salen a la luz en estos tiempos difíciles”, redactan los expertos de Infocop.
Aseguran que la pandemia puede darnos la oportunidad de ir más despacio y “tomarnos el tiempo de pensar en las relaciones que son más importantes para nosotros. Es posible que durante el encierro se desarrollen nuevas habilidades en la relación, como mejores habilidades de comunicación, o que se centren en lo positivo y aprendan a “dejar pasar las cosas pequeñas”.
Un informe científico titulado “Impacto de la pandemia de covid-19 en el comportamiento sexual de la población. La visión del este y el oeste”, publicado en la revista basileña International Brazilian Journal of Urology, analiza el impacto que la pandemia ha tenido en las relaciones sexuales de pareja.
El informe coordinado por el doctor François Peinado, jefe de Servicio de la Unidad del Varón del Hospital Ruber Juan Bravo (Madrid), con la participación de los especialistas españoles María Fernanda Peraza Godoy y Eduard García Cruz, así como los italianos Marina Di Mauro y Giorgio Ivan Russo y los iraníes Mehri Mehrad y Mohammad Ali Nilforoushzadeh, la pandemia ha afectado indistintamente a todas las regiones.
“Los problemas relacionados con la pandemia y sus consecuencias en las relaciones sexuales son comunes en todos los países, dado que el comportamiento sexual de todas las personas es el mismo”, advierte el experto a la agencia EFE.
El hecho de haber estado confinados tanto tiempo, el tener que trabajar en casa, la presencia continua de niños en el hogar, el miedo al contagio y el distanciamiento físico han provocado una dificultad en la espontaneidad a la hora de tener relaciones sexuales”, apunta el científico.
“Con las malas perspectivas económicas mucha gente está muy preocupada por el futuro, y ese estrés condiciona la afectividad y hasta el deseo sexual. Asistiremos en los próximos meses o años a cambios en las relaciones en todos los niveles” advierte el doctor del hospital Ruber.