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- 24/09/2021 00:00
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La República de Panamá tiene una extensión territorial de 77,400 km2 y está dividida en 52 cuencas hidrográficas.
La cuenca del Canal de Panamá representa 4% del territorio nacional, y es el resultado de dos lagos artificiales: Gatún y Alajuela. Su afluente principal es el río Chagres, el cual pertenece a la cuenca alta del Canal, que está compuesta por las subcuencas de los ríos Pequení, Boquerón y Chagres.
Por otra parte, el Canal de Panamá se ubica en la parte más estrecha del istmo panameño y tiene una extensión de 2,982 km2.
En la República de Panamá el clima se caracteriza por una estación seca y una estación lluviosa. La primera ocurre entre los meses de diciembre a abril, y la segunda de mayo a noviembre. Los inicios de cada estación dependen del comportamiento del clima en la zona.
En un año seco, la precipitación media anual en la cuenca alta del Canal puede alcanzar valores de 2,232 mm, y en un año húmedo valores sobre los 4,701 milímetros. La variabilidad temporal del régimen de precipitación en las cuencas del noreste (cuenca alta del Canal) es más marcada que en las cuencas del suroeste (cuencas de los ríos Cirí Grande y Trinidad).
Lo anterior, asociado a la geología del área, permite inferir que el flujo subsuperficial juega un papel importante y clave en la escorrentía del área.
Las rocas del área, al ser impermeables (basalto) se comportan como una superficie lisa. Esto, asociado al alcance de la humedad máxima en el suelo en lluvias copiosas, propicia la acumulación de la escorrentía superficial de forma rápida en el cauce del río, provocando crecidas en periodos cortos.
Según datos históricos, en el año 1989, por mencionar alguno, la media mensual de la lluvia fue de 278 mm, el mes más lluvioso fue noviembre con 486 mm y el mes más seco dentro fue de 18 mm.
En el artículo de La Estrella de Panamá titulado 'El Niño-Oscilación del Sur' (ENSO), se describe que ENSO es uno de los fenómenos climáticos más importantes de la Tierra debido a su capacidad para cambiar la circulación atmosférica global, que a su vez influye en la temperatura y la precipitación en todo el mundo, y de allí la importancia de entender los efectos del fenómeno El Niño en Panamá y las condiciones medias que se pueden esperar durante la ocurrencia de un evento como este, que puede afectar al Canal .
Por ejemplo, ENSO puede causar la disminución de las lluvias en las regiones ubicadas en la vertiente del Pacífico del Canal y el aumento en la temperatura media así como en la temperatura máxima, lo que causaría el incremento en la evapotranspiración de los espejos de agua en los lagos Gatún y Alajuela o, por el contrario, puede incrementar las lluvias cuando se presenta ENSO La Niña.
La cobertura vegetal constituye un elemento esencial en los ecosistemas; las plantas absorben y reciclan nutrientes, dióxido de carbono, nitrógeno, azufre y fósforo que están en la atmósfera, absorben agua de los suelos y transpiran parte de ella, purificando el aire.
Son parte del fundamento básico de la cadena de alimento que sustenta la vida y proveen al ser humano de materiales industriales, plantas medicinales, fibras y resinas.
En el caso específico de los bosques, estos juegan un papel importante en la conservación del medio ambiente, ya que regulan las corrientes de agua, tienen un efecto moderador en el clima a escala global y local, y favorecen la conservación de los suelos previniendo la erosión.
La cuenca alta del Canal de Panamá la forman los ríos Boquerón, Pequení y el Chagres, este último está constituido por otros afluentes como el río Piedras y el río Chico, que al unirse forman el río Chagres.
Según el Anuario hidrológico del Canal de Panamá del año 2020, la cuenca del río Chagres tiene una extensión de 407 km2, la cuenca del río Pequení de 145 km2 y la cuenca del río Boquerón de 90,6 km2, juntos suman el área de 642,6 km2.
Las tres cuencas son el hábitat de numerosas especies de plantas y animales que se encuentran amenazadas y tienen dentro de su cubierta boscosa, bosques maduros y secundarios que representa. Sin embargo, tiene áreas intervenidas y ocupadas por matorrales y rastrojos, paja canalera, pastizales, centros poblados y suelos desnudos.
En la investigación doctoral sobre la cuenca alta del Canal de Panamá, de la autora de este artículo, reposa la importancia de la cercanía de los ríos Boquerón y Pequení es su colindancia con el río Chagres, puesto que el drenaje de sus cuencas aporta, dependiendo de la estación del año, más caudal que el propio río Chagres a la cuenca del Canal.
El Anuario hidrológico de la ACP indica que el año 2020, el promedio anual en milímetros de escorrentía que aportó el río Boquerón fue de 2,443 mm, el promedio anual del río Pequení fue de 2,713 mm y el promedio anual del río Chagres fue de 2,183 mm.
Otro aspecto de la cuenca alta a destacar es la conservación de su área boscosa, puesto que aporta en el equilibrio del ciclo hidrológico del agua.
Un indicio de esto son los estudios del Proyecto Agua Salud del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales de Panamá (STRI), que han determinado en sus hallazgos que los bosques con características similares a los de la cuenca alta del Canal, provocan el efecto esponja en la retención del agua que escurre o infiltra en los suelos de las cuencas, lo que sugiere que donde existan bosques nativos, la regulación del almacenamiento de agua es normalizada por ellos.
El libro The Río Chagres, Panamá: A Multidisciplinary Profile of a Tropical Watershed editado por Russell Harmon tiene dentro su compendio de artículos de científicos del STRI, uno dedicado a describir las posibles conexiones entre el suelo y el subsuelo de la cuenca alta del río Chagres, generadas por las raíces de algunos de los árboles de la cuenca alta del Canal, que por su tamaño juegan un rol importante en el flujo subsuperficial, conectando el flujo superficial a través de los pasos preferenciales creados a través de los canales originados por ellas.
En el caso de la cuenca alta del Canal, un árbol puede llegar a medir hasta 40 metros de altura, generando para su extracción de agua raíces con diámetros de 2 pulgadas (5 centímetros).
Uno de los desafíos para la conservación de la cuenca alta del Canal de Panamá es el estudio y entendimiento de las conexiones hidrológicas y geológicas que existen entre sus subcuencas, puesto que comprender cómo se conectan las fracturas de la roca basáltica con los flujos de agua superficiales y subsuperficiales que abastecen los cauces principales de los ríos Boquerón, Pequení y Chagres, permitiría diseñar sistemas buffer de almacenamientos para hacer frente a la variación de los patrones de precipitación y aumento de la temperatura causados por el cambio climático, logrando con esto la continuidad de las operaciones del Canal en cualquier época del año.
La autora es investigadora científica en recursos hídricos e ingeniera civil. También es doctora en ingeniería agrícola con mención en recursos hídricos en la agricultura (Chile).