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- 12/02/2023 00:00
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La música electrónica ha ganado su lugar en los últimos años. Con grandes festivales internacionales en regiones como Europa, hoy Panamá busca avanzar en este mercado.
Aunque Panamá es un mercado pequeño, los DJ han logrado crear una comunidad de seguidores.
La Estrella de Panamá conversó con Willmar Carmona (DJ Buen Afro); Elianis Marlene Ureña López (DJ Ely López); Lloyd Keene del proyecto artístico Keene; Ana Gallo del dúo Luz Álmica; Carlos Andrés Barbero (DJ Carlos Barbero).
Los DJ coincidieron en que el mercado nacional ha mejorado y las oportunidades de presentarse en los eventos son más frecuentes ante la existencia de un público diverso. A esto también se suma la relevancia que han dado las redes sociales y las plataformas de streaming, que han permitido más producciones y el descubrimiento de nuevos talentos.
También analizan que la propia industria se ha diversificado a mucho más géneros para ofrecer nuevas opciones al público. Antes, según Carmona, el mercado estaba “un poco” sectorizado hacia la música urbana, que era lo que más se desarrollaba. Pero surgió un cambio con la evolución de las nuevas “camadas” que se han venido desarrollando en la electrónica, y que como él, han sido pioneras en esta industria.
“Tal vez viendo el reguetón como una preferencia general en el país, se podría pensar que a las personas no les gusta la electrónica pero no es así; ahora cada vez más la gente experimenta sonidos y va a las fiestas”, recalcó Gallo, del dúo Luz Álmica.
Esa diversificación en la industria, según Barbero, ha creado “una competencia sana” porque se han desarrollado grupos de subgéneros de la música electrónica, que hacen que estén unidos, se den oportunidades entre ellos y abren la puerta a otros exponentes,
“Aquí hay poca gente que diga que solo toca para ciertas personas. Es bueno que uno se pueda repartir por todos lados”, comentó Barbero, quien aconseja a las nuevas generaciones no solo enfocarse en ser DJ sino también en el mercado de los productores. “Hay que ser un artista con su propia música. Uno debe seguir innovando porque la gente se aburre de lo mismo, y si te estancas es un problema”, dijo.
Carmona, se muestra como un ejemplo, ya que considera que el éxito que ha tenido en sus 12 años de carrera se debe a que cuenta con una cobertura musical bastante variada, ya que un día puede estar en un festival de música electrónica y al siguiente en un evento típico. “Casi todos los fines de semana estoy tocando en diferentes eventos”, resaltó.
Para Gallo del dúo Luz Álmica todas estas ventajas plantean que “la electrónica es como un lienzo que permite experimentar muchos tipos de sonidos, tanto orgánicos como sintéticos, con una influencia desde la salsa hasta el reguetón”.
Barbero consideró que un logro importante que se dio con las redes sociales fue el de romper el tabú de que la electrónica es para personas que consumen drogas.
“Creo que la parte más difícil fue romper ese tabú o tratar de reducirlo significativamente, porque al principio si ibas a una fiesta o tratabas de invitar a personas, ellas contestaban que solo iban porque necesitaban estar bajo alguna sustancia para disfrutarlo. Hoy en día las personas se han dado cuenta de que la música electrónica es para todos”, puntualizó el DJ.
Otro de los beneficios que ha dado la tecnología a esta industria, de acuerdo con Keene y Ureña, es la digitalización de los equipos, que han vuelto mucho más fácil el trabajo y ha roto el estereotipo de que solo las personas con recursos económicos pueden ser DJ.
“Para ser DJ ya no tienes que gastar dinero en equipos, ahora de manera virtual puedes tener acceso a tutoriales o clases de manera más accesible. Esto ha abierto el compás a que ya no es solo un tema de personas con recursos económicos sino que también abre la oportunidad a personas con talento creativo”, rescató Keene.
Barbero recordó que en sus inicios como DJ sus principales herramientas fueron los tutoriales de Youtube sobre teoría musical, que resultaron suficiente para lo que estaba buscando.
“Hoy día, al tener acceso a Internet el cielo ya no se vuelve el límite. Yo aprendí a tocar guitarra en Internet y a manejar los programas”, sostuvo el DJ, quien además plantea que otra forma de aprendizaje es relacionarse con personas con quienes se pueda seguir aprendiendo, para luego desarrollar una manera propia de trabajar.
“Para la música tomé talleres, pero cuando más aprendí fue al reunirme con mis amigos para hacer música. Ahí veía cómo usaban los programas y aprovechaba para hacerles preguntas. Todo esto es un aprendizaje infinito, por lo tanto, también requiere constancia”, expresó Barbero.
Ureña, por su parte, ve importante que las nuevas generaciones conozcan bien cómo utilizar los equipos porque, cree, que más allá de adaptarse al mercado, los DJ deben crear un sonido específico que los identifique.
“El trabajo del DJ es tener un balance entre la música que le gusta y la que buscan los fanáticos. Hay que mezclar dos cosas”, sostiene.
Keene puntualizó que todavía existen retos en materia de formación y de lograr una educación relacionada a la electrónica porque actualmente, no hay desarrollo del talento. Sin embargo destacó que en los últimos 10 años muchos de los DJ también han logrado su propio sello disquero, producciones y música.
Wilmar afirmó que “hay muchos talentos haciendo producciones, así como diferentes productoras”.
Los DJ enfatizaron que pese al crecimiento que ha tenido la industria, todavía hace falta apoyo por parte de las autoridades. Keene y Ureña comentaron que con los Decretos Alcaldicios No. 1896 y 1899, bautizados popularmente como 'Zanahoria' y 'Remolacha' se terminaron de “matar muchas cosas de la vida nocturna en Panamá”.
“En Panamá se ha avanzado mucho a pesar de las regulaciones. Las instituciones en lugar de ser el primer socio o impulsador, establecen limitantes con normas como la 'Ley Zanahoria' porque no se considera a la música electrónica como cultura o arte, entonces, los recursos siempre se destinan a disciplinas como el ballet, el jazz, la música clásica, o cosas que se consideran arte”, criticó Keene.
Y agregó que las autoridades encargadas de promover la cultura deben convertirse en un brazo que apoye el desarrollo de la música electrónica en el país, en lugar de generar trabas.
El pasado 3 de febrero se realizó en el país el Panama Crossroads Music Festival, un evento que contó con la participación de sólidas figuras de la electrónica internacional y local, con el objetivo de situar a Panamá como epicentro de este género en la región.
Los escenarios elegidos fueron el Biomuseo, Panama Bay, Mi Pueblito y la Isla Flamenco.
Keene, que es propietario de Late Night Music, la promotora encargada de organizar el festival, aseguró que esta era la primera versión y la más importante del sector después de tres años de pandemia. Durante la jornada de tres días, más que ofrecer un evento bailable se habilitaron espacios enfocados a talleres educativos para los DJ y de una promoción turística de la cultura nacional.
“Con este festival queríamos que las personas se enteraran de que aquí en Panamá ocurren cosas buenas y ayudar a los DJ a tener talleres, desarrollo o educación”, destacó.
Un dato interesante es que cada uno de los DJ entrevistados para esta nota fueron embajadores culturales.
Para Carmona “a lo interno e la organización del festival se buscaba crear una especie de comunidad para que todos nos conozcamos, desarrollemos conexiones y miremos las oportunidades de colaboraciones”.
Para estos DJ panameños, el público local es de los mejores porque sabe que quieren escucharlos y verlos, destacan esto como un elemento “valioso a pesar de que el camino no han sido fácil”.