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- 17/02/2021 00:00
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El empleo de terminologías inadecuadas, expresiones verbales incongruentes y abreviaciones injustificadas a la hora de escribir mensajes en plataformas digitales son algunos de los aspectos que le preocupan a los conocedores y profesionales del idioma español, quienes aseguran que la falta de reforzamiento de lecturas con contenidos nutridos ha llevado a muchas personas a aplicar términos erróneos en las redes sociales, propagando de esta manera el mal uso de la lengua.
La profesora de español, investigadora y escritora, Delia Cortés considera que es de vital importancia el uso adecuado del idioma. Para el aprendizaje es imprescindible la compresión lingüística personal, tanto en la variante oral como en la escrita. “Las lenguas, en todas las culturas, existen en tres modalidades específicas: el 'habla' -este es un término técnico- popular, vulgar y coloquial, que es una variante dialectal, con múltiples particularidades locales y regionales”.
En esa línea, anota que esta variedad sólo permite la comunicación más inmediata, elemental y no funciona para el aprendizaje en ningún nivel, ni especializado ni científico. “Es un problema fundamental en la educación en el mundo, hoy día”.
Segundo menciona, las lenguas técnicas y profesionales, área de la metalingüística son otras variantes que se adquieren a través de la educación profesional en sus diferentes niveles y especialidades; no necesariamente culta. “Anteriormente en cada asignatura y año de estudios, se comenzaba con los vocabularios especializados y se actualizaban en la medida en que se continuaba en los estudios. No sé cómo anda esto hoy y no 'meto la mano en el fuego' por nadie”.
Como tercera variable expone la lengua culta, patrón, koiné o estándar que se adquiere, además de las lenguas profesionales, a través de las buenas lecturas, tanto literarias como científicas.
“En Panamá predomina la variante del habla, con todas sus desventajas, porque las herramientas de antaño que reforzaban la adquisición de la cultura lingüística colectiva han perdido vigencia. Vivimos en una banalidad de la comunicación en la cual entre peor se habla, más interesantes parecen ser las personas, sobre todo en los medios audiovisuales y su gran impacto”, afirma.
La académica menciona que incluso las autoridades en diferentes áreas de la vida social y profesional “parecen padecer de un léxico precario, pobrísimo y una sintaxis (correcto ordenamiento de las palabras en el discurso) que hace muy difícil entender lo que quieren decir. Para más información al respecto le recomiendo mi conferencia 'Razonamiento matemático y lengu'” de Delia Cortés Márquez, que se encuentra fácilmente en internet”.
Por su parte, la profesora Gloria Palacios de Ochys señala que los encargados de estudiar la lingüística en la Real Academia Española (RAE) están en un “caos” debido a la avalancha de extranjerismos expuestos con la tecnología y la cantidad de términos que se han tenido que adaptar al idioma tomando como base la manera en que se pronuncian.
Analizando el panorama actual con lo que acontece en el idioma, la experta advierte que “no hay que permitir que las nuevas generaciones pierdan el sentido y la responsabilidad de hablar y escribir bien. Este es un compromiso moral que tenemos cada uno de los hispanohablantes”.
Ochys admite que el idioma español es bastante complejo porque existen muchas reglas que se deben dominar, por eso aconseja apoyarse en herramientas digitales. “La escritura correcta no es algo que se perfecciona de la noche a la mañana; sin embargo, ahora tenemos disponible el diccionario de la RAE en la web. Lo importante es que si no sabes cómo se escribe o se pronuncia una palabra, la busques”.
Asimismo, la docente lamenta que en el sistema educativo panameño se esté diluyendo cada vez más el hábito de la lectura. “No importa si el libro es físico o digital, lo importante es leer para que esto se vea reflejado en las redes sociales y otros aspectos de la vida cotidiana. La educación tiene una gran responsabilidad y es que los niños y adolescentes aprendan a fundamentar la consistencia de su idioma a través del estudio de una y mil reglas”.
Para ganarle la batalla al mal uso de la lengua exhorta a leer libros con contenido apto para robustecer el conocimiento y suprimir las deficiencias.
Con relación a los regionalismos y las transformaciones en el idioma, el presidente de la Academia Panameña de la Lengua, Aristides Royo, analiza que no solo la RAE, sino que todas las academias en América Latina se están adaptando a los cambios.
Según su evaluación, la RAE no ha aceptado estos términos, sino que ha hecho un acomodo provisional de las palabras sin que todavía en la asociación de la academia se dé un reconocimiento definitivo.
“El idioma es un vehículo vivo, donde los pueblos van incorporando vocablos y los van utilizando y que en algún momento de su aplicación se generalizan, de tal manera que se van adjuntando. Nuestro país tiene panameñismos, Perú tiene peruanismo y Colombia posee colombianismos”, arguye.
En tanto, el sociólogo José Lasso sustenta que desde su campo ha observado que en las redes sociales se generan interacciones repetitivas del mal uso del lenguaje y se institucionalizan, es decir, que los términos son tan recurrentes que gran parte de la población los replica. “Ya teníamos una degradación del lenguaje. Desde el punto de vista académico vemos a estudiantes que no leen y en otros casos, alumnos que no entienden lo que están leyendo. Esto se refleja en la escritura, donde presentan problemas para exponer argumentos”.
Visto de esta manera, la expresión mal escrita genera la imposibilidad de que el individuo pueda avanzar en la cultura. “En ese contexto parece que tuviéramos un retraso cultural que se ve potenciado por las redes sociales, aunque las mismas nos permiten comunicarnos al instante; esto es lo que ha conducido a que fácilmente se reproduzca la escritura errónea en estos espacios”.
Para el sociólogo, las alternativas están en retomar las buenas prácticas de redacción, y enseñarle principalmente a los estudiantes la complejidad de los conceptos que les permitan apropiarse de su realidad de una forma más amplia.
Lasso asegura que la falta de conceptos y la mala escritura “reducen la capacidad de pensamiento crítico”, un componente importante para la transformación de la sociedad.
“Hay que tomar en consideración estos aspectos; lo peor del caso es que escribir mal en las redes sociales es interpretado como un chiste y lastimosamente se 'normalizan' estas cosas. Tenemos un tema muy serio en el que hay que intervenir de alguna forma”, manifiesta.
Lasso propone establecer controles internos en las redes sociales que permitan la corrección del texto antes de publicarlo. “Sé que eso ya sería otro tipo de aporte importante a la cultura, pero no sabemos si a la racionalidad de los que están detrás de las redes le interese el buen lenguaje”.
Uno de los factores que incide en este hecho no es la falta de lectura, sino el contenido de lo que se lee. “El panameño lee, pero no como debería. Leer el horóscopo u otras lecturas de este tipo no ayuda al crecimiento de una expresión verbal y escrita enriquecida. El objetivo de una lectura es que le facilite al individuo ver conceptos complejos que le permitan ver, entender, indagar lo que está en su entorno”.
En adición, comenta que en las redes sociales no todo es negativo ya que estas facilitan medios de utilización para el intercambio textual de alto nivel. “No cabe duda de que algunos utilizan las redes para un propósito positivo. Sin embargo, es crítico que hoy, en líneas generales, estos canales son utilizados para el intercambio de contenido banal y vulgar, con una mala redacción”, evidenciando el problema de la falta de lectura.