Un problema que obliga a la reflexión

  • 29/03/2025 00:00
La escasez de agua que está generando el calentamiento global y al que se suma el achicamiento de los glaciares, los huracanes, los megaincendios, la deforestación [...] está dejando sin la provisión de agua potable y el saneamiento a 4.000 millones de personas

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Unesco terminan de publicar un informe especial sobre el estado de los glaciares (marzo 2025). En dicho informe alarman sobre la necesidad de priorizar este tema en la agenda pública.

Una perspectiva general

Los glaciares cumplen un papel fundamental en el equilibrio ambiental y en la provisión de agua. Se están derritiendo. ¿Qué podemos hacer?

Algunos datos recientes:

1. En nueve de los últimos diez años los glaciares han tenido el mayor de los retrocesos. Su medición sistemática se inició en 1975.

2. Su deshielo es el segundo factor que más contribuye al ascenso acelerado y al desborde de los mares. El primero es el calentamiento global.

3. En el último trienio 2022-2024 se dio la reducción más fuerte de glaciares.

4. Hay 275.000 glaciares que cubren una superficie equivalente a 700.000 km².

5. Son el 70 % de los recursos mundiales de agua dulce.

6. Los glaciares trasladan ahora menos agua a las napas acuíferas, a los ríos, y ellos se hacen más salados.

El estrés hídrico

El agua es un pilar de la vida. La escasez de agua que está generando el calentamiento global y al que se suma el achicamiento de los glaciares, los huracanes, los megaincendios, la deforestación, la minería marina, la contaminación en todas sus formas y otras prácticas depredadoras del medioambiente, está dejando sin la provisión del agua potable y el saneamiento a 4.000 millones de personas. Los efectos regresivos van desde macroimpactos como la descertificación de la mayor selva tropical del mundo, el Amazonas, en los nueve países que abarca, hasta generalizados problemas locales. Así entre otros recientes, las parteras indígenas que van al interior del Amazonas a ayudar a dar a luz a las tribus indígenas que lo habitan ven multiplicadas muchas veces las horas que tardan en llegar. Solo pueden hacerlo navegando el río y como cada vez tiene menos agua les es más difícil. Una ciudad entera, Bahía Blanca en la Argentina (420.000 habitantes), sufrió hace poco lluvias que significaron en un día el total que acumula normalmente en un año. Los daños fueron bravísimos, fue una emergencia total, hubo 16 muertos y miles de desplazados. Se señalan en primer lugar causas ambientales. En Valencia, España, las inundaciones masivas causadas por “una depresión aislada en niveles altos” (DANA) y la falta de alertas tempranas, causó 225 muertes y muchísimas familias perdieron todo. El huracán Otis (2023) desbarató la infraestructura y los servicios básicos de Acapulco (México, 675.000 habitantes).

La torre del mundo

Muchas cadenas montañosas tienen en sus picos nieves acumuladas que se creían permanentes, fluyen “río abajo” y son utilizadas en la agricultura, la industria, y la provisión de agua potable. Contienen el 70 % de las aguas dulces del universo. Estas “torres” se están achicando por la suba constante de la temperatura de la tierra. Ello se observa en los Alpes, los Pirineos, los Andes y otras.

Emprendimientos público-privados

¿Se puede ayudar en la lucha por el cambio de las energías sucias contaminantes por energías limpias? Una de las vías para hacerlo son las alianzas público-privadas. Un ejemplo actual, Chile inauguró en pleno desierto la puna de Atacama (3.500 metros de altura) un complejo eólico con 250 turbinas que permitirá reemplazar minas de carbón por vientos. Es una inversión de 900 millones de dólares, la manejarán juntos Codelco, empresa estatal, y emporios industriales privados. También Chile está explotando su riqueza en litio en ese mismo desierto que tiene una gran concentración de aguas subterráneas con salmuera con reservas cuantiosas de este mineral estratégico que permite entre otras cosas producir las baterías para los autos eléctricos.

Una anotación

La ONU declaró el 21 de marzo de 2025, y los de los años venideros, como el Día universal de la conservación de glaciares. Enfatizó: “El que se quiere a sí mismo, debe querer y conservar a la naturaleza”.

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