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- 21/11/2024 00:00
- 20/11/2024 19:21
Diversas actrices han llevado el manto de la bruja buena Glinda y de la malentendida Elphaba, y ahora es el turno de Ariana Grande como Glinda y Cynthia Erivo como Elphaba para dar todo de sí y desafiar la gravedad que conllevan sus papeles tras una amplia trayectoria en las tablas de Broadway y teatros en todo el mundo.
La primera parte de dos programadas por Jon M. Chu se estrena hoy en cines panameños, mientras que la segunda se espera para noviembre de 2025. Además del dúo rosa y verde formado por Grande y Erivo, las estrellas de la película incluyen a Jeff Goldblum, Michelle Yeoh, Jonathan Bailey y Ethan Slater.
Jonathan Bailey (Bridgerton, Fellow Travelers) interpreta al príncipe Fiyero, quien afirma que es “egocéntrico” y “profundamente superficial” y orgulloso, pero quien a su vez es capaz de sentir un profundo cariño por Elphaba. Asimismo, Ethan Slater interpreta a Boq, de Munchkinland, cuya personalidad adorable y un tanto torpe le hace venerar a Glinda. Michelle Yeoh interpreta a Madame Morrible, directora de Crage Hall en la Universidad Shiz, quien esconde sus intenciones y pensamientos tras una máscara esperanzadora para Elphaba.
Peter Dinklage interpreta al doctor Dillamond, mientras que Marissa Bode, Bowen Yang y Bronwyn James fueron elegidos en diciembre de 2022 como parte del reparto. Bode interpreta a la hermana de Elphaba, Nessarose. Yang y James interpretan a Pfannee y ShenShen, compañeros de clases de Glinda y Elphaba en Shiz University.
La cinta no solo está dirigida por Chu, mejor conocido por dirigir Crazy Rich Asians y En el Barrio, sino también cuenta con el trabajo de Winnie Holzman, la escritora del libro que adaptó el musical teatral de la exitosa novela de Gregory Maguire. Asimismo, el compositor Stephen Schwartz, da el arreglo musical a la cinta y se junta como productor ejecutivo al equipo de Jared LeBoff y David Nicksay. Los productores incluyen a Marc Platt y David Stone.
Chu no solo conoce el arte de hacer una película entretenida y con temas subversivos, sino que conoce los desafíos de montar Wicked fuera de las tablas. “Si hay algo que he aprendido en el mundo de la industria es cómo lidiar con la presión. Para Wicked en particular, eso es algo completamente distinto”, dijo Chu en una entrevista para el medio especializado The Hollywood Reporter, y agregó que el himno estremecedor de la serie fue un desafío particular. “Defying Gravity es una de las cosas más complicadas que he filmado en toda mi vida. Sentí más presión con ella que con toda la película en sí”.
Para los amantes de El Mago de Oz, la llegada de Wicked acaba una larga espera de poder ver a los amados personajes Glinda y Elphaba en la pantalla grande. Tras su éxito como musical en Broadway, basado en el libro de Gregory Maguire, la historia de la trágica amistad entre la Bruja Malvada del Oeste, Elphaba, y la Bruja Buena del Sur, Glinda, es traída de la mano de Chu, Grande y Erivo de una forma original, cautivante y entretenida.
La cinta expone a Grande y Erivo a un desafío que, pese a las tempranas críticas durante la producción de la película, logran enfrentar de forma magistral, impregnando sus roles con sus propias emociones, connotaciones e identidades, sin tener que tomar prestado de otras Glindas y Elphabas del pasado (guiño hacia las originales y más reconocidas, Kristin Chenoweth e Idina Menzel).
Por casi tres horas, Chu nos lleva en un viaje mágico a Oz, donde los animales y personas viven en armonía y la magia nace desde dentro y no solo de encantamientos en un libro. Pero pronto Oz se ensombrece y su vivaz personalidad se ve llevada cautiva a una tiranía desde las sombras, cobrando fuerza cada vez más al callar a aquellos que no se ajustan a su visión, la del mago de Oz.
La amistad inusual entre Glinda y Elphaba crece de forma natural y evidente, pese a que sabemos que es un mundo de fantasía y que los números de baile y canto son transportes para la trama. Aun así, el dúo verde y rosa logra sobrellevar sus diferencias y nace una relación que se verá luego opacada por los deseos egoístas y destructivos de Oz.
Poder ver las interpretaciones de canciones clásicas como Popular, The Wizard and I y Defying gravity es la columna vertebral de la cinta, lo que sostiene aquellos momentos en que los rápidos movimientos de cámara hacen sentir una abrumadora sensación de que todo está sucediendo muy de prisa y aún así no hay un sustento sólido para que nos interesen ciertas escenas.
Bailey como Fiyero entrega alma y corazón en su papel como el príncipe que todas las estudiantes desean, pero aquel que encuentra una profundidad mayor en las palabras de Elphaba, haciendo que su conexión sea más preciada y ganada que junto a Glinda. La arrogante canción introductoria de Fiyero, Dancing Through Life, demuestra lo bien que Chu reinventa números teatrales para la pantalla grande. Ambientada en la biblioteca de la escuela, la secuencia coreografiada dinámicamente muestra a Fiyero pisoteando libros y dando vueltas en estantes que parecen turbinas, mientras Glinda coquetea descaradamente y Elphaba lo ignora.
La autenticidad de su química en escena logra transportarnos a una relación que podría llegar a ser real, un cariño mutuo que no se detiene a pensar en los pros y contras, sino que es consciente de la realidad y riesgos que enfrentan.
Con diversos temas maduros como el rechazo familiar, la baja autoestima, discriminación, presión de grupo, engaño y autodescubrimiento, la trama revolotea con momentos de intriga, comedia y drama, ciñéndose a una cuidadosa dirección por parte de Chu, quien así como en Crazy Rich Asians sabe combinar los momentos de genuina comedia con las enternecedoras miradas que hablan más de lo que cualquier diálogo podría.
Con música del compositor John Powell (Cómo entrenar a tu dragón) y Stephen Schwartz (quien originalmente compuso las canciones del musical en Broadway), cada escena se siente en sincronía y armonía con las emociones de los personajes así como su ambiente y el momento en el que se encuentran. La sutileza de la música de Powell se encuentra de la mano con el elemento fuerte de Schwartz, creando una banda sonora sin réplica.
Esta primera parte logra captar las relaciones entre los personajes sin apresurarse, tomando el tiempo de conocerlas, admirarlas y ver los arcos de madurez en cada personaje, incluyendo a Glinda, quien recibe un mayor tratamiento en su carácter al alejarse de su primera impresión como diva para convertirse en aliada y amiga.
Chu no se apresura a contar toda la historia en 90 minutos, sino que ambas partes contarán detalles únicos y nuevos de la historia de la Bruja Malvada del Oeste y sacarán a la luz la realidad de cuán malvada o malentendida fue.