El tonto de las advertencias

Hace algunos días saltó la noticia del ataque informático a la compañía IFX, el asunto es grave, en Colombia por ejemplo millones de expedientes judiciales están bloqueados, en Chile el mercado público está caído, en Panamá varios medios de comunicación están fuera de línea…son cientos las empresas en los 17 países donde opera IFX que se encuentran afectadas.

El canal de Panamá está en crisis, la sequía impulsada por el cambio climático y el fenómeno del niño, ha generado la necesidad de restringir el calado de los barcos que cruzan.

¿Por qué menciono estos dos casos aparentemente inconexos? Porque normalmente detrás de eventualidades como estas, siempre hay una persona o un pequeño grupo de ellas, que, durante las reuniones de trabajo en sus organizaciones, advirtieron del problema.

Muchas veces son esos que insisten en la necesidad de apegarse a los protocolos y procedimientos, o también esos que hacen los estudios o que leen los que se han hecho, y advierten de los peligros que se ciernes de no actuar en concordancia con ellos.

Estas personas se vuelven incómodas para el resto de la organización, que desea avanzar sin “ese lastre” que ellas representan. Con el tiempo los excluyen de las reuniones, no los copian en los emails y los terminan sacando de los equipos, hasta de las organizaciones incluso.

Muchas de estas personas terminan cansándose de que los ignoren y terminan dejando de advertir a la organización. Terminan dedicándose a “lo suyo”, dejando “en paz” a los demás.

Pero el día llega cuando eso que advertían los estudios, o el hecho por el cual se crearon los protocolos ocurre, y ya no hay nada que hacer.

Es el momento de la aparición de los gurús expertos en adivinar el pasado, quienes normalmente explican lo que tendría que haberse hecho antes…pero que curiosamente nunca alentaron la acción justamente antes.

Las organizaciones tienden a ignorar a esos “incómodos” nerds que se apegan a los protocolos y qué leen los estudios e informes, y en cambio hacen casos de esos “ejecutivos de acción” que se la juegan sin mucha planificación.

Hoy aprovechando estos casos tan sonados quiero saludar a los primeros, decirles que tienen razón, que en las mejores organizaciones si los escuchan y que no se sientan mal por estudiar con detenimiento los problemas.

Cuando las cosas se hacen sin el cuidado, el estudio y la planificación debida, a veces salen bien. Pero debemos estar claros que como organización estamos jugando a la “ruleta rusa” y que tal como en el paracaidismo, basta con no seguir el protocolo al doblar el paracaídas una sola vez, para que las cosas se salgan de control.

Hoy los saludo porque yo mismo soy uno de ustedes, yo he sido “el tonto de las advertencias”, sé que nunca les van a reconocer que tenían razón y que trataron de evitar los problemas que se venían en ciernes, igual les recomiendo que nunca dejen de hacer lo que hacen.

Alguien algún día escuchará y las cosas tendrán la posibilidad de cambiar para bien. Ánimo.