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La huella de carbono digital, ¿qué dicen los estudios?
- 07/11/2022 00:00
- 07/11/2022 00:00
El medio en el que vivimos ha sufrido cambios drásticos a través de la historia. En algún punto se imaginó que las tecnologías que empleamos hoy serían la respuesta a casi todos nuestros problemas, sin embargo, una en particular genera preocupación en torno a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El aumento de la huella de carbono es una de las problemáticas que afronta la humanidad, ahora mediante el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).
Con tan solo enviar un mensaje por e-mail o 'wasapear', estamos generando una huella de carbono digital, así lo afirma un informe publicado por la agencia EFE Verde, impulsado por el grupo Los Verdes/Alianza Libre Europea en el Parlamento Europeo, llamado 'Tecnologías digitales en Europa: un enfoque medioambiental del ciclo de vida'.
La huella de carbono hace referencia a la contaminación que no es posible ver y que procede de las emisiones de GEI que ocasiona la utilización de las TIC
El estudio especificó que las tecnologías digitales usadas dentro de la Unión Europea (UE) representan por sí solas el 40 % de las emisiones de los GEI.
Este informe fue publicado en España el pasado 19 de octubre por la fundación Transición Verde y detalla que es importante mantener un compromiso para que la temperatura del planeta se sitúe por debajo de los 1,5 grados.
De acuerdo con el presidente de la fundación Transición Verde, Pepe Larios, las tecnologías digitales impactan de una manera muy negativa al medio ambiente. A su vez, prevé que “sus repercusiones aumenten de forma exponencial a lo largo de los próximos cinco a diez años. Se desmonta así el mito de la inmaterialidad del mundo digital, la creencia de que es ecológico por definición”, expresó Larios en un comunicado.
Uno de los puntos más importantes sobre este informe es que el 40% de los impactos ambientales de las tecnologías de la información y comunicación están estrechamente relacionados con el agotamiento de los recursos minerales y el uso excesivo del combustible fósil, especialmente en la primera fase que es la fabricación de los dispositivos.
El estudio abordó el tema y lo distribuyó en tres fases importantes. Una primera fase, como fue mencionado anteriormente, consiste en la creación de los dispositivos digitales. En este punto, se extrae la materia prima para fabricarlos. Aquí es donde se tiene el mayor impacto negativo (54%) con relación al agotamiento de los recursos mineros metálicos y el uso de combustibles fósiles como el petróleo.
Luego en la fase dos, se distribuyen los bienes. Los aparatos salen de la fábrica hacia los respectivos distribuidores. Estos bienes pueden ser computadoras, celulares, tabletas, televisores y demás.
La etapa tres consiste en las repercusiones al momento de utilizar estos dispositivos, ya sea en la calle, casas u oficinas. El empleo de estos demanda una alta cantidad de energía eléctrica. El estudio resalta que cerca del 10% del consumo eléctrico en Europa se es debido a las tecnologías digitales, así como también que esta fase representa un 44% del daño ambiental.
Y por último, está el reciclaje de estos aparatos cuando el tiempo de vida se les ha agotado. Cuando llegan a ser obsoletos, según el informe, al momento de ser incinerados liberan dióxido de carbono (CO2) y sustancias químicas tóxicas a la atmósfera.
Además, el 71% del daño ambiental es gracias a los aparatos destinados para el usuario final y no de los centros de datos (18% del daño), y tampoco de la red (11%). Entre tanto, el 82% de los residuos se genera durante la fabricación.
De acuerdo con estas conclusiones, muchas de las tecnologías empleadas en la actualidad representan un riesgo para la protección del medioambiente.
El informe 'Tecnologías digitales en Europa: un enfoque medioambiental del ciclo de vida' hace un llamado de atención para que se realicen más estudios con relación al impacto ambiental que tienen las tecnologías y que sus resultados sean totalmente transparentes ya que al momento de la elaboración del estudio, los investigadores tuvieron que enfrentarse a numerosas dificultades a la hora de obtener los datos y poder contrastarlos.
A su vez, se hicieron ciertas recomendaciones para evitar que se continúe generando más daño al medio ambiente.
Entre estos están en crear menos aparatos digitales, pero que sean más duraderos y sostenibles, facilitar datos fiables sobre la responsabilidad digital a la ciudadanía europea, establecer una legislación que combata la obsolescencia programada, reforzar la autonomía energética de la UE respecto a las materias primas, prohibir la apertura de nuevas explotaciones de materias primas en Europa, entre muchas más.
La bióloga y directora de la Fundación Balu Uala, Renate Sponer, en entrevista con nuestro medio expuso que “los espacios son grandes y múltiples”, con relación a la “cadena de la manufactura hasta el uso de estos aparatos, y ser considerados como desechos”.
“Para fabricar estos aparatos se necesitan más de 35 minerales en cada celular. Para obtener estos materiales se necesita de la minería. Conocemos los efectos de esta aquí en Panamá y sus afectaciones en los ecosistemas por la deforestación y degradación”.
La bióloga precisó que la manufactura necesita grandes cantidades de energía. “Esto se traduce en enormes cantidades de emisiones, las cuales se relacionan directamente con el cambio climático”.
Sponer afirmó que el uso masivo de estos aparatos digitales afecta gravemente al medio ambiente. “Como estamos en una economía que está en un crecimiento infinito, cada vez más se requieren cantidades de energía”.
Como recomendación, la bióloga precisó “hay que ser conscientes de que en vez de cambiar estos artefactos cuando sale un nuevo modelo y se nos antoja tenerlo, no hacerlo hasta cuando sea necesario y desecharlo de manera responsable”.
Como relata el operador de telecomunicaciones de España, Orange, en un informe elaborado por PwC llamado 'Entertainment and Media Outlook 2020-2024 España' publicado en el 2021, durante la pandemia el incremento del consumo de vídeo bajo demanda se incrementó en España un 26%.
A simple vista parecer no hacer tema con esta historia, sin embargo todo cambia cuando los usuarios practican el llamado binge watching o atracción de series. Esto es cuando se consumen grandes cantidades del mismo contenido de forma indiscriminada en un breve periodo de tiempo.
Siempre que se descarga una de estas series o películas, se liberan a la atmósfera emisiones de CO2. Por lo que es recomendado descargar solo una vez el contenido si se consultará más de una vez.
Por otra parte, mantener encendidas las cámaras en una videollamada también le hace un daño al medio ambiente.
Según este sitio, si mantenemos apagadas las cámaras, las emisiones pueden caer en un 61 %. Algo tan simple que puede darle un mejor futuro a nuestro planeta.
El periódico español 20 minutos, en su portal web expuso un informe publicado por Gartner, compañía estadunidense de investigación de las tecnologías de la información que alrededor del 40% de la demanda total de energía y el 0.8% de las emisiones globales de CO2 son gracias a las computadoras y monitores al momento que los utilizamos.
Este sitio también señala que de acuerdo con TweetFarts, la calculadora de huella de carbono de la red social Twitter, la energía que se necesita para enviar un tuit genera 0.02 gramos de CO2.
Con 500 millones tuits enviados diariamente, se genera un total de 10 toneladas métricas de CO2 por día.
El periódico estadounidense The Washington Post argumentó que un e-mail no deseado produciría 0.3 gramos de CO2, uno regular emitiría cuatro gramos y uno con un archivo adjunto produciría 50 gramos, esto de acuerdo con datos del libro de Mike Berners-Lee, La Huella de Carbono de Todo.
En su Informe Anual de Sostenibilidad publicado por Microsoft en marzo de este año, la empresa remarcó la importancia de reducir las emisiones de Alcance 3, que se han visto incrementadas un 23% con respecto al año anterior.
Las emisiones de Alcance 3 son aquellas que provienen de la cadena de valor de una compañía y no están bajo el control de esta, por ejemplo el uso de sus productos.
Otras de las metas para dar su grano de arena con la naturaleza es acelerar el desarrollo global de tecnologías de reducción y eliminación de carbono.