Salvemos las yemas de huevo

Actualizado
  • 23/03/2017 01:00
Creado
  • 23/03/2017 01:00
Esto realmente no es culpa de la población, sino de la repetición de un conocimiento mal fundamentado por parte de los profesionales

Cada vez que me entero que alguien bota una yema de huevo, me doy cuenta que esta persona ignora por completo de qué está compuesta y qué cualidades tiene. Básicamente está desperdiciando la esencia de uno del los alimentos más completos que existen.

Esto realmente no es culpa de la población, sino de la repetición de un conocimiento mal fundamentado por parte de los profesionales en esta materia.

Hace algunas décadas, se decía que la yema de huevo elevaba el colesterol sanguíneo, y a los profesionales de la salud les tocaba apegarse a lo que decían estos estudios. Hoy se sabe que no es así, por lo que en este artículo explicaré las 2 razones principales en las que se basa esta omisión a la hora de comer este alimento:

1. El colesterol. Es importante saber que el colesterol alimentario no se transforma automáticamente en colesterol sanguíneo, así que por este lado puede estar tranquilo.

Incluso los más recientes estudios concluyen que el consumo de 1 huevo al día, con una alimentación balanceada y un estilo de vida saludable, no supone riesgo de problemas de colesterol sanguíneo en una persona saludable.

2. La yema engorda. Si bien es cierto que se trata de la porción grasa del huevo, la grasa no es realmente la culpable del aumento del sobrepeso en la población.

La grasa juega roles importantes como la absorción de vitaminas que la requieren para poder ser utilizadas por nuestro cuerpo. Pero la yema ofrece otros valiosos aportes a nuestro organismo, como los ácidos grasos omega 3 tan escasos en la dieta del panameño.

El pollo, la carne, el cerdo o los pescados blancos son usuales en nuestra dieta diaria y quienes tratan de entrar en la modalidad de lo saludable incluyen algunas nueces. Todas estas son fuentes de omega 6, lo que causa un total desbalance en la relación omega 3: omega 6.

La yema aporta minerales como hierro, sodio, potasio y magnesio, entre otros, así como antioxidantes como la luteína que ayuda a la prevención de enfermedades oculares y la coenzima Q10 (se pierde al freírlo pero no al hervirlo) importante en procesos celulares y enzimáticos.

En conclusión, si se deja de consumir la yema del huevo, además de restarle el sabor a las comidas, se priva de todos estos beneficios.

En Panamá, las fuentes de proteína más comunes para el desayuno son embutidos, queso y huevo, y después de haber leído todos estos beneficios, no cabe duda que no hay nivel de comparación en lo que puede aportar uno o el otro. El huevo entero pasa por ser de los alimentos más completos. Así que la próxima vez piénselo mejor.

El autor eslicenciado en. nutrición y dietética y entrenador Personal

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