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- 16/03/2024 00:00
- 15/03/2024 21:42
“La movilidad peatonal parece limitada o no prioritaria, con escasas aceras o caminos designados exclusivamente para peatones. La falta de señalización clara para peatones y la ausencia de pasos de cebra evidentes pueden dificultar el tránsito seguro de las personas por la zona. La presencia de vehículos estacionados y en movimiento aumenta el riesgo para los peatones, lo que podría disuadir a las personas de caminar o utilizar medios de transporte no motorizados”. Esta es la respuesta dada por ChatGPT a la instrucción realizada de “generar una descripción de las condiciones de movilidad peatonal a partir de las imágenes de Google Street View” en el área de la zona paga de La Cabima.
Ante la misma instrucción, pero esta vez utilizando una imagen del sector del puente peatonal de Paitilla-Multicentro, ChatGPT respondió que, “se observa una infraestructura peatonal que incluye pasos elevados, lo que sugiere intentos de facilitar el cruce seguro de peatones en una zona de tráfico intenso. Sin embargo, la presencia de vendedores ambulantes y la disposición de los espacios pueden indicar limitaciones en la accesibilidad y posiblemente en la comodidad del tránsito peatonal. La concentración de personas esperando transporte público y la interacción con vehículos sugieren una alta demanda de movilidad en un espacio que podría estar mejor adaptado para asegurar fluidez y seguridad para los peatones”.
Las respuestas a estas interrogantes hechas a ChatGPT sobre el entorno urbano, probablemente no sean una novedad para los visitantes y usuarios de estos nodos de transporte de la ciudad. Muy probablemente, muchos coincidirán con las respuestas obtenidas. Esto es así porque ChatGPT es “un modelo de lenguaje cuyo ‘entrenamiento’ involucra el análisis de vastas cantidades de texto de internet y otras fuentes, lo que le permite aprender patrones de lenguaje, información general sobre el mundo, y cómo responder de manera relevante a diferentes tipos de preguntas y solicitudes”.
En otras palabras, ChatGPT se alimenta con los datos y el conocimiento generado y disponible digitalmente, con lo cual también incorpora nuestros sesgos estéticos, éticos, políticos y sociales. Este sesgo se hace aún más evidente en el caso de países como Panamá, donde la generación de datos y conocimientos ha sido tradicionalmente escasa, con lo cual muchas de sus interpretaciones y respuestas se verán limitadas a percepciones construidas en los países que lideran el desarrollo tecnológico global.
¿Podemos entonces considerar las respuestas dadas por ChatGPT sobre ciertos sectores de la ciudad como objetivas y veraces? En cierto sentido son tan objetivas como la construcción o el consenso de miles o millones de documentos, datos e imágenes que el modelo ha procesado y sintetizado durante su ‘entrenamiento’.
Quizás una forma de evaluar la objetividad de las respuestas obtenidas sea las propuestas de mejora que el propio ChatGPT ofrece ante la situación de deterioro descrita en los sectores mencionados de la ciudad de Panamá, y que transcribimos a continuación:
“a) la creación de aceras amplias y seguras, con pavimento continuo y bajo normas de accesibilidad universal; b) la inclusión de arborización para proporcionar sombra y mejorar la calidad del aire, junto con la instalación de iluminación nocturna para aumentar la seguridad; c) el desarrollo de espacios de socialización y la adición de mobiliario urbano para ofrecer áreas de descanso y encuentro; la construcción de ciclovías para promover alternativas de transporte sostenible y saludable”.
En síntesis, las respuestas descritas por ChatGPT a partir de las imágenes de ciudad de Panamá, parten de lo que resultan ser problemas y soluciones comunes a la mayoría de las urbes en el mundo, y es por esto por lo que nos resultan tan familiares, ya que salen de un consenso sobre lo que debe ser la ciudad.
El principal peligro del avance vertiginoso de la inteligencia artificial (IA), y de la tecnología en general, lo constituye nuestro rezago cultural, social, político y educativo. Este rezago abarca situaciones como la baja comprensión lectora que muestran los estudiantes en el sistema educativo, las debilidades de los sistemas de información y el acceso a los datos, la condición de abandono de la gestión urbana, un liderazgo político, académico, social y empresarial reacio al cambio y la innovación, y la baja y desmovilizada participación ciudadana.
Sin personas que sean capaces de utilizar la tecnología para el beneficio común, la sociedad se encuentra a merced de aquellos que logran utilizarlo para beneficio propio. La inteligencia artificial (IA), brinda oportunidades para profundizar y hacer más dinámicos aspectos del diseño, la planificación urbana y la participación ciudadana, que tradicionalmente han sido lentos y técnicamente demandantes, como la exploración de alternativas de diseño urbano, la evaluación del impacto visual de un proyecto o la construcción de escenarios para la discusión de problemas tradicionales de la ciudad como el espacio público, la movilidad o la vivienda.
Con una creciente capacidad tanto de procesar datos, leer y generar imágenes a partir de instrucciones dadas como texto, la inteligencia artificial (IA) podría permitir que las discusiones sobre el futuro de las comunidades cuenten no solo con propuestas generadas por expertos, sino también de propuestas elaboradas de forma colaborativa por las propias comunidades. Esto sucederá siempre que haya en esas comunidades personas preparadas para generar dichas propuestas utilizando la tecnología.
La desinformación es otro de los peligros latentes de la inteligencia artificial (IA), con su casi infinita capacidad de generar información falsa o mal intencionada y divulgarla, esta tecnología se convierte en un elemento disruptor de la cohesión social necesaria para que las comunidades y sociedades avancen.
Desinformación y rezago son dos peligros que van de la mano. En la medida que los rezagos actuales en materia de educación, del liderazgo social, el acceso a la información y tecnología, y la baja participación ciudadana sean superados, las oportunidades de utilizar la tecnología para lograr el progreso de las comunidades se verán potenciadas. Quizá de esa forma logremos cambiar la opinión de la inteligencia artificial (IA) sobre la ciudad de Panamá.