- 15/02/2011 01:00
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PANAMÁ. Gateando frágil a lo largo de la arena, la tortuga marina recién nacida busca el mar; su primer y último objetivo. Momentos antes se encuentra dentro de un huevo, en un hoyo bajo la arena, por un espacio de 60 días. En aquel instante por fin había quebrantado el cascarón, sale de las profundidades de dicha arena y se dirige hacia el mar; su hogar. Este la esperaba con incesantes olas quizás un poco bruscas para la pequeña tortuga marina bebé.
‘Nosotros hacemos el 50% del trabajo –dice Aurelio Fuentes, presidente de la Asociación Conservacionista de Playa Malena– el resto ya depende de ellas’.
Durante los meses de junio a febrero, Aurelio y su equipo de conservación, que pertenece a la Red Nacional de Conservacionistas de Tortugas Marinas en Panamá, patrullan de noche la orilla de la playa Malena, en Veraguas, en busca de huevos de tortugas. Su misión es primordial para la conservación de esta especie, puesto que si no llega a tiempo, varios depredadores pueden llegar antes y comerse los huevos. Siempre hay serpientes, perros, aves, gatos manglateros, gallinazos y peces, pero más que nada seres humanos, dispuestos a poner en peligro a estas tortugas que constituyen una especie en estado de protección.
Con la colaboración de la Fundación MarViva, siempre al servicio de la fauna marina, Aurelio Fuentes y su equipo trabajan para asegurar un futuro a esta especie que existe desde la época de los dinosaurios.
Construyeron tres viveros cercados en la playa, lejos del mar, para mantener alejados a posibles invasores, y es ahí donde depositan los huevos de las tortugas: en nidos que se asemejan con exactitud a los que cavan las mismas tortugas. Son estos huecos en la arena, santuarios de protección para estas especies, donde llegan a poner hasta 100 huevos y los mantienen durante el tiempo necesario para que se puedan convertir en los animales que admiramos hoy en día. La Fundación de Playa Malena puede llegar a liberar hasta 13 mil tortugas al año.
ESCASOS RECURSOS
Pero no todo es fácil para estos héroes de la conservación y de la biodiversidad; cuentan con escasos recursos y necesitan más apoyo de organizaciones que, como MarViva, se dediquen a brindarles un futuro a estas especies tan importantes que se alimentan de pastos marinos y esponjas de mar que son muy perjudiciales para los arrecifes de coral. Y es que apoyo es justamente lo que necesitan, puesto que las tortugas marinas madres llegan a la orilla, después de viajar cientos de kilómetros, a depositar sus huevos debajo de la arena y luego se van, dejando el futuro de estas a la merced de lo que dictamine el medio ambiente. En la mayoría de los casos, sobre todo en épocas donde se tiene más en cuenta el dinero fácil en perjuicio del entorno ambiental, estos huevos no tendrían la oportunidad de sobrevivir si no fuera por la Asociación Conservacionista de Playa Malena.
LAS AMENAZAS
La cacería ilegal para el consumo de sus huevos, carne y caparazón para hacer accesorios como ganchos, marcos de lentes, aretes y pulseras, son algunos de los factores que atentan contra la vida de estas especies. Otros factores son la contaminación de las playas, la pesca de arrastre y la extracción de arena, factor que a muy pocos kilómetros de playa Malena está en pleno apogeo.
Magdalena Velázquez, gerente de Comunicaciones de la Fundación MarViva, nos comenta que el proyecto ‘para la conservación de la Tortuga Marina de Playa Malena es un ejemplo de conservación por la manera en que la comunidad se ha organizado para cuidar a esta especie en peligro de extinción’ y añade que es muy importante saber que hay cosas que podemos hacer nosotros para ayudarlas como ‘no tirar basura en la calle porque esta va a las alcantarillas y de ahí llegan al mar. Además, debemos estar pendientes de no hacer ruido en las playas de anidación y participar y apoyar las actividades que realicen en tu comunidad o país para proteger a las tortugas marinas’.
POBLACIÓN EN RIESGO
Según la lista roja de la UICN (Unión Mundial para la Naturaleza) las poblaciones de esta especie se encuentran en peligro de extinción; algunas incluso en peligro crítico. En el mundo existen siete especies de tortugas marinas y a Panamá llegan cinco. Cinco especies de tortugas cuyos números de población han decaído en un 80% de tres generaciones para acá.
‘Nosotros hacemos el 50% del trabajo’ —comenta Aurelio Fuentes; pero esto no es del todo verdad. Gracias a fundaciones como la suya y MarViva estas tortugas tienen la oportunidad de sobrevivir en un entorno hostil que necesita la ayuda de estas personas que dedican su vida a proteger una especie que vale más que el oro para nuestro planeta y su ecosistema.