Frente de playa y rompiente en peligro

Escribo este artículo con la esperanza de encontrar eco entre las personas preocupadas por el medio ambiente, porque recientemente me enteré de un proyecto de construcción en Costa Esmeralda, San Carlos, provincia de Coclé, el cual ocasionaría no sólo la desaparición del frente de playa, sino también la desaparición de una ola perfecta para el surf; un valioso recurso natural.

Este tipo de obras ocurren en todas partes. Y esto se debe a que usualmente las personas que están directamente relacionadas con las obras marítimas no conocen sobre las complicaciones que estas podrían ocasionar luego de haber sido construidas.

El caso real es que al construirse un rompeolas perpendicular a la costa, se genera acumulación de sedimento de un lado y erosión del otro. Esto es debido a que los rompeolas cortan el transporte longitudinal de sedimentos. Dicho de otro modo, la arena se mueve a lo largo de la costa en el sentido natural de la corriente marina, y al colocar una barrera, la arena simplemente se acumula de un lado y se pierde del otro lado de la barrera.

Esto se haría muy evidente al analizar lo que ocurrió con otro proyecto marítimo, en el corregimiento de San Carlos, si vemos la secuencia de fotos de Google Earth ( ver imagen 1 ).

OBRA AFECTA LA PLAYA

Un proyecto de construcción afecta la corriente marina

Se trata de un rompeolas perpendicular a la costa que afectará el curso de las corrientes marinas en el área costera.

Esto es debido a que los rompeolas cortan el transporte longitudinal de sedimentos.

La arena se mueve a lo largo de la costa en el sentido natural de la corriente.

En la secuencia de fotos se puede observar cómo las casas que están hacia el nornoreste se van quedando cada día sin frente de playa debido a la construcción de un rompeolas, con una marina para embarcaciones.

La desaparición del frente de playa hace también que las propiedades queden expuestas a la furia de las tormentas marítimas y a las inundaciones que vienen asociadas a estas. Inundaciones tales como las que ocurrieron en el corregimiento de Río Hato a inicios del mes de mayo del 2015.

Estas inundaciones van a seguir ocurriendo, siempre que se mezcle una pleamar máxima viva equinoccial con un gran oleaje de mar de fondo (‘swell').

La mayoría de propietarios de residencias frente al mar responden a la erosión costera con la construcción de muros marítimos longitudinales a la costa, lo que genera aún más erosión costera.

Tal es el caso de Playa Serena, en Coronado, donde los muros longitudinales han erosionado el frente de playa hasta el punto de que ya no hay playa seca en marea alta, lo que hace peligrar la vida de quien, bañándose en la playa, sea sorprendido por la marea, pues no tiene playa seca para poder salir del mar.

Y es que además de eso, la playa es el mejor mecanismo que existe para la disipación de energía proveniente del oleaje, por el simple hecho de que la arena se moldea a cualquier ‘swell' entrante.

Desde el momento preciso en el que empiezan los rellenos para la construcción de una obra marítima, se inicia el proceso de erosión y desaparición del frente de playa, el cuál puede tomar un período mínimo de unos dos o tres años. Esto es, dependiendo de la geometría del proyecto en cuestión.

La explicación para este proceso morfológico costero quedaría mostrada científicamente en la imagen 2, a la izquierda de esta columna.

Si se puede notar, siempre tiende a haber acumulación hacia el suroeste del rompeolas, y esto se debe a que el sentido natural de la corriente marina viene desde ahí y va en dirección hacia el noreste, por lo que constantemente se generaría erosión hacia el otro lado.

Cabe destacar que estos proyectos costeros también afectan al tipo de oleaje incidente, ya que estos generan difracción. La difracción del oleaje no es más que el cambio en la dirección de la ola al encontrarse con una estructura, por lo que cualquier rompeolas de este tipo haría desaparecer para siempre el rompiente natural de Costa Esmeralda.

No obstante, siempre existe una solución viable para cualquier proyecto marítimo sin perjudicar la naturaleza ni los recursos naturales, garantizando un desarrollo sostenible.

La razón por la que estas situaciones se producen es porque usualmente muchas obras las hacen personas que no necesariamente conocen sobre la compleja dinámica de la morfología costera.

* El autor es ingeniero civil, con maestría en ingeniería oceanográfica